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"Debemos avanzar en sistemas de observación de terremotos"

Experto realizó una charla en Ancud donde analizó las nuevas formas de medición de sismos, como el establecimiento de sensores en el fondo marino.
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Gabriela Mayorga Oyarzo

En Chiloé todavía hay quienes recuerdan lo ocurrido en 1960, cuando un terremoto y maremoto devastó la zona. Desde esa experiencia, mucho se ha aprendido, pero también se ha avanzado en materia tecnológica e investigación.

Qué se sabe en la actualidad sobre estos fenómenos y los desafíos en dicha materia, es parte de lo que expuso en Ancud el director del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos.

-¿Qué significa que la tierra y el agua se muevan, como es el título de la charla que usted dio en Chiloé?

-Lo que hemos aprendido acerca de los movimientos verticales en la costa es en relación al mar, a cómo se graba la altura, los cambios de elevación en relación al mar, ese ha sido uno de los principales elementos que se han ocupado en el pasado. Hoy hay métodos satelitales que ayudan a entenderlo en más detalle, pero el mar es un elemento fundamental para poder establecer cuáles son los levantamientos y hundimientos de la costa. Eso además de los tsunamis y el efecto que tuvo el maremoto a nivel global. El mar se levantó aproximadamente entre 1,6 a 1,7 milímetros en todo el mundo producto de ese terremoto de 1960, es decir, el impacto fue tremendo.

-Señaló que no se sabe mucho de cambios que se producen en el fondo marino, que son muy costosas esas investigaciones. ¿Queda una tarea pendiente en ese aspecto?

- El próximo paso en instrumentación para observar el fenómeno sismológico consiste en establecer sensores, sistemas de monitoreo en el fondo oceánico, justamente es ahí donde se están preparando los próximos terremotos en el país. Y lamentablemente porque estos sistemas son costosos no podemos en todas partes establecer estos cables submarinos para monitorear. Diría que es parte de un esfuerzo conjunto, tenemos que generar la institucionalidad lo hemos conversado con Onemi, con el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, para hacer un esfuerzo común que vaya en esta dirección, hay mucho que avanzar para establecer estas redes de observación.

-El astrónomo José Maza ha planteado que se necesita mayor inversión en ciencias para crecer como país, ¿qué opinión tiene usted al respecto?

-No hay científico que no esté de acuerdo con eso, el 0,38% no es suficiente a nivel del país que se encuentra Chile, que tiene una economía mediana y cuando se compara con otros países que están en situaciones más menos similares. Si Chile aspira a seguir creciendo, una de las tareas es mejorar este tipo de inversión, porque es por ahí donde puede mejorar el ingreso más adelante.

- ¿Para qué serviría invertir en más sistemas de observación, si no sabemos cuándo puede ocurrir un evento de grandes magnitudes?

-En realidad sirve para muchas cosas, pero las dos más importantes a mi juicio es el hecho de poder establecer, por una parte, cuando uno está más cerca de la fuente sísmica, observándola, podría detectar mejores sistemas de alerta temprana. Chile no tiene sistemas de alerta temprana en este momento, pero cuando los desarrolle el hecho de estar más cerca de la fuente sísmica da incluso una mayor cantidad de segundos para poder alertar a otras comunidades que viven más lejos, si se acerca una vibración importante producto de las ondas sísmicas, eso puede llegar a salvar vidas en algunos casos. Lo segundo, tiene que ver con alerta temprana de tsunamis. Con este sistema de cables submarinos uno puede medir cambios en el nivel del mar, que están asociados a fenómenos tectónicos, de levantamiento de la costa pero también tsunamis, entonces se puede medir el tamaño del tsunami, y tomar medidas adecuadas antes de que llegue a la costa. Y eso es con minutos de anticipación.

-El terremoto del 25 de diciembre de 2016 en Chiloé, habría sido una réplica del megasismo de 1960. ¿Cómo se concluye aquello?

-Hay diferentes interpretaciones, hay quienes lo pueden interpretar como una réplica, porque ocurre en un lugar donde el terremoto del '60 no había desplazado todo lo equivalente en lo que se había acumulado desde ese año hasta ahora. El terremoto de Navidad, es la respuesta a la placa de Nazca moviéndose bajo la placa Sudamericana. Lo hizo a más de 3,6 metros, que es lo que se ha acumulado de 1960 hasta ahora. Entonces lo hizo un poco más, y la interpretación es porque fue ese poco más, entonces es respuesta un poco atrasada a lo que ocurrió.

La interpretación es gracias a que tenemos estos sistemas de medición, si esa pregunta hubiera sido hecha hace cinco años atrás no la habríamos podido responder porque no teníamos equipamiento.

-¿Chile entonces está preparado para enfrentar catástrofes como la ocurrida en 2010 o incluso en 1960?

-Hemos avanzado muchísimo, en el aspecto de observación tenemos un sistema instalado después del terremoto de 2010 que obedece a una respuesta general de cómo caracterizar rápidamente los terremotos. Cada año avanzamos un poco más, incorporando nuevas metodologías a partir de GPS y eso permite establecer desplazamientos que ocurren en la costa. Estamos en camino de hacerla y mejor de lo que estábamos antes de 2010, pero podemos avanzar mucho más como en instrumentar el fondo oceánico. En algunas partes de Chile hay fallas superficiales, y eso hay que verlo con mayor detalle tal como lo estamos haciendo en la famosa falla de San Ramón, y hay otras en Chile en la que no lo estamos haciendo. Mientras más conozcamos de este tipo de fenómenos, mejor preparados vamos a estar y vamos a responder de mejor manera.

-¿Qué otro desafío tiene la sismología en Chile?

-Al ser nuestro país tan sísmico las posibilidades de avanzar probando y desarrollando nuevos sistemas de observación, que midamos no solamente las tres variables fundamentales desplazamiento, velocidad y aceleración del suelo, asociados a terremotos. Pero tener otros equipos de medición para interpretar de mejor manera el proceso general de terremotos. Tenemos que avanzar mucho en el estudio de paleosismología, conocer de qué manera ocurrieron los terremotos en el pasado, de qué tamaño han sido y qué zonas han afectado, eso lo podemos hacer. Si conocemos mejor el pasado, sabemos que esperar en el futuro, y eso es tarea pendiente.