M. Eugenia Núñez G.
Una delegación de más de 500 personas, fue la embajada chilota que se hizo presente en la base aérea Maquehue, en la Región de La Araucanía, para participar de la eucaristía del Papa Francisco, denominada "Por el Progreso de los Pueblos".
Fueron más de diez horas de viaje desde el envío (bendición) llevado a cabo en Chacao, con un arribo a Padre Las Casas pasadas las 5 de la madrugada de ayer, y que contó además con la participación de seis sacerdotes de la Diócesis San Carlos de Ancud y una delegación de 53 voluntarios que colaboró como guardias papales.
Los isleños pese al calor, valoraron la organización y seguridad presente en esta actividad, como también la entrega de agua para la hidratación, la instalación de baños y la presencia de la Cruz Roja, entre otras instituciones.
"Fue una misa muy emotiva, con harto simbolismo, donde estuvo presente la cultura mapuche y lo propio de la fe católica. Estuvo todo muy bonito, mucha gente también, sin duda actividades como esta nos animan a seguir adelante para ver la vida desde otra perspectiva", dijo el peregrino de Quellón, Sebastián Araya.
Asimismo, calificó este encuentro con su Santidad como una gran experiencia, "que pese al cansancio y la espera valió la pena, son oportunidades que se dan muy pocas veces en la vida".
Una opinión similar sostuvo la estudiante de Ancud, Bárbara Opitz, quien añadió que este viaje fue maravilloso, pese al sacrificio que significó.
"A pesar de lo mucho que tuvimos que caminar para ingresar al recinto y comer en forma express, fue todo súper bonito porque es una experiencia irrepetible, además que puedas verlo (al Papa) tan cerca y escucharlo ya vale todo la pena", indicó la joven.
Por su parte, Imma Pérez, coordinadora de la Pastoral Juvenil del Liceo El Pilar de Ancud, destacó la seguridad del aeródromo y cómo las ubicaciones dentro de él permitieron que todos puedan ver a Jorge Mario Bergoglio.
"Cuando llegamos nos encontramos que nuestra zona asignada estaba ocupada pero nos cambiaron a una mucho más liberada, nos pudimos acercar a las vallas papales y de ahí ver más de cerca el paso del Papamóvil, la organización estuvo estupenda y ahora de regreso nos vamos con el corazón lleno y el gran desafío que nos dejó el Papa, de trabajar por la unidad", afirmó la profesional.
Voluntarios
Finalmente y pese a que amanecieron en la vigilia cumpliendo labores de guardias papales, los voluntarios chilotes presentes en la base aérea Maquehue, señalaron estar felices por lo aprendido.
Así lo destacó la coordinadora de este grupo, Anita Pérez, quien añadió que "fue una experiencia maravillosa para nosotros, tuvimos la oportunidad de observar cómo el Papamóvil recorría el lugar bendiciendo a los fieles, la iglesia vibró con la presencia del Papa, puedo decir que mi sueño se hizo realidad".