Michael Seguel P. - Medios Regionales

Ante 100 mil personas -la mitad de las 200 mil que esperaba la organización- el Papa Francisco celebró ayer en Iquique la última misa de su visita de cuatro días a Chile, donde estuvo también en Santiago y Temuco. En el Campus Lobito, ubicado 20 kilómetros al sur de la ciudad minera, envió un mensaje en favor de los inmigrantes.

Tras casar en pleno vuelo a una pareja de sobrecargos del avión Latam que lo trasladó de Santiago a Iquique, Francisco aterrizó a las 10.24 en la losa del Aeropuerto Diego Aracena. Desde allí, el Papa se trasladó al altar ubicado cerca de la carretera.

A las 11.26, Francisco inició la liturgia ante un colorido público que lo recibió con bailes y cánticos nortinos. Algunos llegaron vestidos con atuendos característicos de la Fiesta de La Tirana, una de las celebraciones nortinas más populares del país.

los migrantes

Durante la homilía, el Papa dirigió su mensaje a quienes "buscan una nueva vida en otra tierra".

Francisco mencionó que Iquique quiere decir lugar de los sueños en aymara y pidió trabajar para que quiénes llegan a esa tierra puedan lograrlos.

"Iquique es tierra de sueños, eso significa en aymara, tierra que ha sabido albergar gente de distintos pueblos y culturas, que han tenido que dejar a los suyos", dijo Francisco.

El Papa añadió que "estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos migrantes porque no conocen el idioma o no tienen sus papeles en regla".

De este modo, el Papa abordó un tema sensible en el país en los últimos años, ya que se estima que cerca de 600 mil inmigrantes viven actualmente en Chile, un país donde, de acuerdo al último censo, hay 17,5 millones de habitantes, y donde, además la Ley de Inmigración data de 1975.

De acuerdo a una encuesta del Centro de Estudios Públicos de Chile (CEP), el 41% de la población chilena considera que la inmigración es un factor que eleva la tasa de criminalidad, pese a que no hay evidencia policial que respalde esa afirmación.

La inmigración reciente hacia Chile proviene principalmente de países sudamericanos, pero también incluye Haití, de donde más de 40 mil personas llegaron solo en 2017.

"No hay alegría cristiana cuando se cierran las puertas y se les hace sentir a otros que sobran", recalcó ayer el Papa.

A las 12.50, el Papa concluyó la misa dirigiendo palabras de agradecimiento a los asistentes. Luego pidió a sus compatriotas argentinos no ponerse "celosos" porque todavía no viaja a su país natal.

Desde el Campus Lobito Francisco se dirigió a descansar junto a las 11 personas que componen su séquito papal, a la Casa de Retiro del Santuario Nuestra Señora de Lourdes, donde almorzó.

A las 16.50 dejó Chile con rumbo a Perú. En el aeropuerto fue despedido por la Presidenta Michelle Bachelet, quien agradeció "el mensaje del Papa de que sigamos avanzando como país en un clima de unidad, fraternidad y solidaridad".

al rescate

Pero antes de partir, pasadas las 13.30, cuando iba a almorzar, ocurrió un evento inesperado. Una carabinera montada que resguardaba el recorrido hasta la casa de retiro, cayó de su caballo, el cual, aparentemente, se asustó con la multitud.

Cuando el Papamóvil pasaba frente al animal, el caballo retrocedió y alcanzó a golpear el costado izquierdo del vehículo, botando a la jinete. Francisco, al percatarse, bajó del vehículo para socorrer a la mujer que estaba en el piso. El Papa estuvo cerca de cinco minutos mirando cómo era asistida.

A las 13.37 subió nuevamente al Papamóvil para seguir su recorrido. Carabineros identificó a la jinete como Ana María Aguilera Casas, quien llegó desde Arica.

Carabineros informó que la funcionaria no perdió el conocimiento tras la caída, y que solo quedó con contusiones leves. En el Hospital Regional de Iquique fue visitada por el general director Bruno Villalobos.