"Queremos generar una escuela audiovisual (tras este festival)"
El documentalista habla de los desafíos presentes y a futuro que surgen por el primer certamen internacional de cine en Chiloé, el que por estos días se desarrolla en Ancud.
Rory Barrientos Lamas (30) es titulado de Cine con Mención en Guión Cinematográfico de la Universidad Arcis. Es oriundo de Castro y durante estos días se encuentra en la ciudad de Ancud dirigiendo el Primer Festival Internacional de Cine de Chiloé, el que considera una gran oportunidad para que los vecinos puedan conocer el trabajo de numerosos creadores chilenos y extranjeros, pero también para que puedan vivir la experiencia del séptimo arte.
"Wefvn Meu", "Contra la corriente", "Zona seca" y "El Guru" son los trabajos audiovisuales que hasta ahora son parte de su currículum, pero también este isleño se dedica a la docencia, con lo que ha logrado autofinanciar sus documentales. El año recién pasado obtuvo el premio Work In Progress Latinoamericano del Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic). Con ello podrá financiar la postproducción completa de la película "El Guru", que contempla edición, montaje de diálogos, diseño de ambientes, efectos, entre otros detalles.
Todo un logro que este chilote espera pueda servir de ejemplo para que los más pequeños, así como los que participan en el taller audiovisual del actual festival, se entusiasmen y se atrevan a crear.
organización
-¿Qué tal ha sido la experiencia de estar a cargo de este festival internacional?
-Yo tenía muy poco conocimiento de cómo se van conformando las etapas de un festival, si bien he participado en varios, pero es muy distinto estar organizando un evento de esa magnitud. Entonces, en cuanto a la organización y trabajo en equipo, ha sido un aprendizaje constante, sobre todo como estrategia para atraer a la gente, porque lo que a mí me interesa es que estas instancias las aproveche la comunidad. Sin sonar populista, el trabajo y la logística están pensados para la gente chilota, y eso es una razón por las cuales hicimos este festival.
-¿Y a partir de esta experiencia qué proyecciones tiene el evento?
-Todos los días vemos qué mejorar, en cuanto a las proyecciones las charlas y los talleres infantiles que han funcionado súper bien. Los niños se han integrado muy bien, todo está funcionando y cada día vamos ganando gente.
La idea es abordar Chiloé siempre, pero si bien es cierto este año recibimos un apoyo súper importante del municipio de Ancud, aun así nuestra idea es masificar más el festival como territorio; ojalá unos tres o cuatro municipios funcionaran y se abarcara gran parte de la Isla, llegar a otras islas, Achao, Curaco, incluso algo itinerante. Son muchos los sueños que uno tiene, pero hay que ir paso a paso. Se hará un análisis en grupo y en base a eso es como vamos a armar una segunda versión, con menos márgenes de error, es imposible decir que no lo habrá.
En verdad, el festival más allá de proyectar películas de alto reconocimiento, es que queremos generar una instancia de crear una escuela audiovisual, especialmente para los niños, adolescentes e incluso adultos. En base a mi experiencia personal, cualquiera puede hacer cine, solamente faltan ganas. Cualquiera puede pintar, escribir, entonces si uno acerca el conocimiento al territorio hay más probabilidades de que alguien se inspire o anime a ver a realizadores y que te cuenten su experiencia, y que se den cuenta de que realmente no es tan difícil hacer películas.
-Dices que no es complejo hacer cine, en general se tiene la percepción de que es todo lo contrario…
-Yo creo que es la perseverancia de cada persona por lo que uno hace, la pasión que uno le pone a las cosas.
-¿Cuáles son las complicaciones de hacer cine en Chile?
-La parte del financiamiento es como el punto de partida para cualquier proyecto, si uno lo plantea desde la mecánica de producción audiovisual, y no solamente en cine, sino que cualquier producción de arte. Ahí entran como las soluciones fantasmas, en que uno tiene que ingeniárselas por dónde podría ser que se consiga financiamiento. En mi caso, yo he tenido oficios desde garzón y con esas lucas financiaba mis proyectos y durante el año hago talleres de cine, lo que me permite vivir, trabajar tranquilo. Te mentiría si digo quiero hacer una película con grandes efectos, no es lo que busco y no es lo que quiero hacer. Si mis películas emocionan es porque están hechas con cariño.
-Has reflejado justamente en tus trabajos parte de lo que es Chiloé…
-Es diferente el arraigo que uno tiene, yo creo que uno lo va valorando con el tiempo, y hay muchas cosas que agradecerle a la Isla, en verdad es un privilegio vivir acá. La misión de los documentalistas no solamente es entretención, sino que cada pieza cinematográfica tiene que dejar una huella.
-¿En qué pie está "El Guru", documental sobre el boxeador castreño Carlos "Guru Guru" Ruiz, con la que ganaste un premio del Sanfic el año pasado?
-Estoy en la etapa de posproducción de imagen, sonido, así que la película se prepara para salir a una sala de cine, y ha sido un trabajo de reencontrarme con el territorio, un proceso extenso de 5 años y por fin está viendo la luz.