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Peregrinos no olvidaron al Nazareno y profesaron su fe

Miles de fieles llegaron hasta la isla de Caguach, comuna de Quinchao, para rendir culto a la imagen traída por el franciscano Fray Hilario Martínez en 1778, en el marco de la festividad que se efectúa en temporada veraniega.
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Miguel Sánchez Güineo

Vitoreando a todo pulmón 'Viva Jesús Nazareno' culminó la tarde de ayer la fiesta religiosa que cada tercer domingo de enero y en la previa se realiza en honor al patrono de la isla Caguach, en la comuna de Quinchao: el Nazareno.

Si bien la concurrencia disminuyó en relación a años anteriores, de acuerdo a estimaciones de la Armada de Chile, más de 4 mil personas llegaron ayer hasta la conocida 'Isla de la Devoción' buscando participar de la festividad realizada en época estival, y que este año cumplió 39 años desde que se decidió efectuarla igualmente en enero, como una alternativa a quienes no pueden llegar a la de invierno.

Desde muy temprano comenzaron a arribar los peregrinos provenientes de distintos puntos del Archipiélago, del país y también de otras naciones que con fervor honraron al milagroso.

Las buenas condiciones que imperaron en la jornada dominical facilitaron el fácil desplazamiento de esta procesión marítima a Caguach, siendo posible divisar embarcaciones de distintos lugares del Archipiélago, las que venían cargadas no solo con fieles, sino que también con la emoción de cada uno de los pasajeros.

A las 9.30 de la mañana se realizó la primera misa del día y fue oficializada por los hermanos franciscanos de la Parroquia Apóstol Santiago de Castro, quienes al comenzar hicieron alusión a la figura de su par Hilario Martínez, fray que hizo las veces de juez en 1778 y decidió unir en la fe cristiana a los 'Cinco Pueblos' de Alao, Apiao, Chaulinec, Tac y Caguach en torno a la figura del Cristo. De igual manera se hizo hincapié en que el 'santito' está en el corazón de los isleños y que las comunidades originarias son protagonistas de la historia local.

Pasado el mediodía, el obispo de la Diócesis San Carlos de Ancud, monseñor Juan María Agurto, dio comienzo a la eucaristía principal, recalcando ante la multitud el especial significado que reviste para el mundo católico el efectuar este tipo de celebraciones cuando el Papa Francisco acaba de visitar Chile.

"Ha sido una significativa manera para nosotros como diócesis celebrar este encuentro con el Papa que nos recuerda nuestra fe universal católica, y nosotros hoy día aquí con esta fiesta y junto a tantos hermanos también estamos reafirmando nuestra fe en él", subrayó el prelado de Chiloé, Palena y las Guaitecas, quien comentó además que en la ocasión se repartieron más de tres mil comuniones durante las misas.

Sentimientos a flor de piel fueron otro de los elementos fáciles de poder distinguir entre quienes llegaron a la pequeña isla ayer, muchos tal vez por primera vez. Tal como hizo Isabel Troncoso, proveniente de Santiago, quien nunca había estado en Caguach y detalló que "es increíble, es una cosa que no se me va a olvidar nunca, ver la fe popular es algo tan maravilloso que te hace recordar todo lo grande que es Dios. Nos da la oportunidad de volver a lo más sólido que tenemos como seres humanos y acá en Chiloé lo saben celebrar muy bien. Es una felicidad estar acá".

Para el castreño Javier Leiva, quien desde niño ha asistido a la festividad siguiendo una tradición familiar que aprendió con sus padres, reveló que "hace un año que no venía y es primera vez que me encuentro con la explanada limpia de comerciantes y considero que eso es bastante positivo, ya que este es un templo de oración y las personas vienen a adorar, a un recogimiento y la venta de tantos productos invadía un poco eso".

desde río gallegos

Tampoco es extraño encontrar en el lugar a feligreses argentinos que tienen bien arraigada la fiesta, tal es el caso de José Contu, quien llegó desde Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, para asistir a la jornada vestido con las ropas tradicionales de un patrón de iglesia.

"En mi comunidad allá en Argentina soy patrón vitalicio de mi iglesia, María de Nazareth, y Jesús Nazareno está dentro del templo y por ahora estamos en una campaña para más adelante tenerle un santuario como él se merece", contó el feligrés que lleva en su sangre raíces chilotas, pues es oriundo de la isla Chaulinec, tierra que abandonó en 1965 cuando se fue a la zona austral a hacer el servicio militar, quedándose finalmente junto a la familia que formó en el vecino país.

Al finalizar la misa principal y posteriormente la procesión por la gran explanada frente al santuario que es Patrimonio de la Humanidad, el obispo enfatizó que este 2018 es una fecha especial para el Nazareno, dado que se cumplen 240 años de su presencia en la zona.

"Vamos a tener que prepararnos para los 250 años desde ya para ver si podemos hacer una gran fiesta para tener un jubileo con los hermanos de Argentina y de otras regiones que sienten de una manera particular esta presencia de Jesús", detalló Monseñor Agurto sobre esta devoción que es replicada en diversas localidades de la Patagonia chilena y trasandina.

Finalmente, en cuanto a la evaluación general de la jornada, el capitán de la Gobernación Marítima de Castro, Pedro Montes, puntualizó que "el desarrollo de todo lo que fue la ceremonia fue muy bueno, tuvimos un día maravilloso y nuestros 62 efectivos se desplegaron para controlar el embarque y desembarque de los pasajeros que salieron principalmente de los puertos de Achao y en Dalcahue en menor cantidad".

Por su parte, personal uniformado de Carabineros perteneciente al Retén de Quenac no reportó situaciones anómalas.

De este modo, pasadas las 16 horas -algunos incluso antes para no esperar las largas filas- los fieles comenzaron a despedirse del Nazareno. Algunos incluso visitarán el próximo 30 de agosto cuando se oficie la celebración oficial del Cristo de Caguach.