"Hoy el comercio ha 'comido' bastantes inmuebles (antiguos)"
Maestro lidera agrupación de maestros que trabaja por mantener la antigua arquitectura insular, colectivo que esta semana ha desarrollado el primer encuentro de su tipo en Chile con pares de Latinoamérica.
Chiloé, tierra rica en tradiciones y cultura, tiene a su arquitectura como una de sus mejores cartas de presentación en el mundo. Desde los singulares palafitos, casas que se construyeron sobre el mar debido a la migración campo-ciudad, hasta sus iglesias, 16 de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y otras sin este reconocimiento pero con la misma importancia, nos muestran un arte que, más allá del diseño, está marcado por un mismo factor: la madera.
Desde el comienzo de la historia en la zona, el chilote ha utilizado este recurso como el material principal en la mayoría de sus actividades. Con el correr del tiempo, los isleños aprendieron el valor de cada tipo de madera, a conocer su resistencia a la lluvia y a la humedad, además de saber cuál es la más apropiada para hacer un mortero, una lumilla, un quelgo o una vivienda.
Es por ello que el rol del carpintero en sus diversas facetas es clave para entender la vida insular. Aquí es donde aparece la figura de José Luis Catalán, un trabajador de 35 años, casado y padre de dos hijos, oriundo de la comuna de Río Bueno, Región de Los Ríos.
Este descendiente directo de carpintero y amante de la madera, luego de cursar sus estudios de construcción, llegó hasta el Archipiélago hace 16 años, con el objetivo de realizar su práctica profesional. Laboró en la remodelación de las dependencias del antiguo Convento de la Inmaculada Concepción de Ancud, lugar en que conoció al exsecretario ejecutivo de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé (Faich), Hernán Pressa.
El exrepresentante de la entidad ligada al Obispado de Ancud fue quien lo invitó a formar parte de un proyecto con el objetivo de restaurar los templos declarados en 2000 y 2011 como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Ya han pasado casi dos décadas desde que Catalán aceptó la propuesta, asumiendo el desafío de dicha labor y la situación es muy distinta. Actualmente, la Faich no cuenta con los recursos económicos para continuar con este trabajo. A consecuencia de esto, es que José Luis y otros carpinteros isleños conformaron la Asociación de Carpinteros Patrimoniales de Chiloé, a fin de poder dar continuidad a esta noble faena.
Fundación
-¿Cuál es el trabajo específico que realiza esta agrupación que usted preside?
-Nosotros teníamos mucha experiencia que se había obtenido en los 13 o 14 años en que la fundación (Faich) estuvo en marcha; entonces, nosotros no podíamos dejar ir toda esa experiencia, toda esa sabiduría que había de por medio. Nosotros nos dedicamos ahora a ejecutar con las comunidades mingas, trabajar con las iglesias que no son Patrimonio de la Humanidad, las iglesias más chicas, las que están en sectores más apartados, que son las "nn" que les nombramos nosotros. Estamos enfocados a aportarles con nuestro trabajo en diferentes lugares de la Isla.
¿Cómo han sido estos años de labor y vivencias en Chiloé?
-Yo llegué hace casi 20 años, mi señora es chilota, mis dos hijos son chilotes. Me he enamorado desde el momento en que me vine a Chiloé. Estuve estudiando un año en Santiago haciendo análisis de estructuras. Empecé a trabajar en el momento en que se estaba iniciando la segunda etapa de la fundación (Faich), a mediados del 2003; empezamos a trabajar con las primeras restauraciones de las iglesias que son Patrimonio de la Humanidad. Así ha sido toda mi formación, hemos puesto en marcha todo lo que hemos aprendido todos estos años, con las comunidades y este amor al patrimonio. A veces me dicen "tú no eres chilote" y, la verdad, me siento a veces medio discriminado, pero uno no decide donde nacer, pero sí donde vivir.
-Durante esta semana se ha desarrollado el Primer Encuentro de Carpinteros de América Latina, organizado por la asociación que usted lidera y que ha incluido charlas, conversatorios, exposiciones, visitas a terreno y ahora una muestra costumbrista. ¿Cómo surgió la idea de desarrollar esta actividad?
-Nosotros estamos colaborando con Red de Escuelas Taller (de Chile) a nivel nacional y a nivel de Latinoamérica, y hace ya como alrededor de seis meses atrás surgió la idea de poder hacer este encuentro a nivel latinoamericano que nunca se había hecho en Chile, para poder poner en valor el oficio de los carpinteros, el cual -y como lo he reiterado muchas veces- se ha visto postergado.
¿Cuál es tu opinión respecto a la importancia de la cultura patrimonial chilota, sobre todo considerando la edificación de estructuras que no van en esa línea en los últimos años?
-En este tipo de patrimonios, muebles y casas, estamos en deuda, y lo digo porque las autoridades locales también tienen que ser parte de esto y ser responsables, hoy en día el comercio ha comido bastantes inmuebles (antiguos), han demolido, y nosotros mismos tenemos que darnos cuenta del daño que le hemos estado haciendo a Chiloé. Sin ir más lejos, creo que Ancud y Chonchi son las únicas (ciudades) que tienen en Chiloé casas más antiguas.
"En este tipo de patrimonios, muebles y casas, estamos en deuda, y lo digo porque las autoridades locales también tienen que ser parte de esto y ser responsables".
José Luis Catalán, carpintero."