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Dejan preso a imputado de botellazo que causó la pérdida de un ojo a joven

Avanzada de la PDI capturó al sujeto vinculado a la agresión en Quellón.
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Pedro Bárcena González

A menos de 10 minutos de abandonar la comuna de Quellón, fue detenido un sujeto sindicado como el responsable de atacar con una botella a un joven, quien perdió el ojo derecho. Una agresión registrada a la salida de una discoteca del sector Punta de Lapas y por la cual el imputado ayer quedó en prisión preventiva.

En un certero trabajo de inteligencia realizado por la Avanzada de la Policía de Investigaciones (PDI) local se logró dar con el paradero del sospechoso, después de la denuncia interpuesta por familiares de Nicolás Alvarado Camus (25) en el Hospital de Quellón, al que llegó con una severa lesión ocular.

Estos antecedentes preliminares fueron notificados al Ministerio Público, el que instruyó una orden de indagar a la policía civil porteña, que a su vez desplegó sus medios para esclarecer la dinámica del incidente.

De acuerdo a lo señalado por el subcomisario Luis Díaz Barría, jefe de esta unidad, el ilícito se habría registrado alrededor de las 4 de la madrugada del sábado y a las 21 de esa jornada recibieron el llamado para comenzar con las diligencias.

El oficial recalcó que los hechos se originaron "en el contexto de una riña que se produjo en el estacionamiento de la disco", donde se produjo la salvaje embestida contra el chilote. Eso sí, la fuente resaltó que el afectado fue "atacado de forma sorpresiva y sin provocación alguna".

Datos

La información entregada por testigos de oída llevó a supuestas personas que habrían observado el ataque.

"Con los datos de los testigos presenciales pudimos determinar la identidad del presunto autor. Junto a estos empadronamientos, de forma aleatoria efectuamos una labor de inteligencia con análisis de redes sociales incluido para buscar el domicilio", aclaró el jefe policial.

Gracias a estas pesquisas, los detectives reunieron un cúmulo de antecedentes que llevó a solicitar la orden de detención verbal que se concretó durante este martes.

"Lo encontramos (al sospechoso) 10 minutos antes que tomara un bus con dirección a Castro para abandonar la comuna", explicó Díaz.

El detenido fue identificado con las iniciales H.O.M. (32), quien tiene condenas anteriores por delitos contra las personas, incluyendo un homicidio del 2007.

Este miércoles, el imputado fue remitido desde la Prefectura de la PDI en Castro -este recinto tiene calabozo y la Avanzada porteña no- hasta el Juzgado Mixto de Quellón, donde se controló su detención, la cual fue declarada ajustada a derecho.

Asimismo, en la misma audiencia el fiscal asistente Piero Buscaglione procedió a formalizar una investigación por el delito de lesiones graves gravísimas, solicitando la prisión preventiva contra el imputado por la severidad del ilícito y los antecedentes penales anteriores que posee. Una cautelar que fue acogida por el tribunal.

Como explicó la fiscal jefe de Quellón, Karen Rosas, quien instruyó las primeras diligencias por este caso, justamente la información recopilada de estas pesquisas sustentaron todas las pretensiones del persecutor en esta instancia procesal.

"El agresor fue reconocido fotográficamente", apuntó la abogada, añadiendo que pese a la menor gravosidad que pudiese tener esta figura penal, "puede alcanzar el margen de crimen -de 5 años y un día de presidio hacia arriba- con el concurso de agravantes", lo que podría configurarse con este imputado si se acredita su responsabilidad en los hechos.

Defensa

Y es esta participación la que refuta el defensor Carlos Gatica, quien considera que a estas alturas de la causa, no hay evidencia contundente que demuestre la autoría de su representado.

El jurista no cuestiona la existencia de la agresión a la víctima, pero de plano cuestiona la intervención del detenido dentro de lo que calificó como un "tumulto" a la salida de la discoteca. Incluso, al entrevistarse con su cliente, este le indicó que "lo cargaron por ser conocido".

A su vez, el profesional sostuvo que en la sesión judicial de este miércoles no se exhibió algún video que reflejara la supuesta acción agresora del imputado. "Solo se presentó una fotografía del registro de las cámaras, donde aparece una interacción entre el imputado y un acompañante de la víctima, pero por ahora no aparece nada del botellazo", expresó.

Al estimar que esta "insuficiencia" probatoria no permite aclarar la participación del aprehendido, el defensor se opuso a la cautelar más gravosa, invocando el arresto domiciliario.

Sin embargo, su postura fue desechada por el magistrado Pablo Farfán, quien acogió los argumentos del persecutor y además decretó un plazo de 80 días para el desarrollo de la investigación de este caso que remeció el sur de la Isla.

Familia apoya y exige justicia

Tras ser dado de alta el martes desde el Hospital Base de Puerto Montt, la víctima del ataque espera su rehabilitación junto a sus parientes. Según Rolando Alvarado, padre del joven, este "se encuentra bien dentro de lo que se puede, en mi casa, intentando asimilar lo que pasó junto a su familia y así tratar de salir adelante". El propio progenitor relató la verdadera pesadilla que vivieron tras la agresión. "Llegó inconsciente al Hospital de Quellón, entonces lo estabilizaron, le colocaron calmantes para el dolor y esperamos la ambulancia para llevarlo a Castro (al Augusto Riffart), donde lo revisó un oftalmólogo que determinó su traslado a Puerto Montt". Además, la fuente reconoció que en la capital regional se tomó la drástica decisión. "Al revisarlo el especialista se determinó que ya no había nada más que hacer... debieron sacarle el ojo para limpiarle lo que tenía atrás, puesto que tenía vidrio y cortes", señaló. Alvarado recalcó que su hijo no interaccionó con el imputado, enfatizando que pidió las grabaciones de las cámaras de seguridad. "Fue una agresión directa, Nicolás nunca vio al otro sujeto, quien llegó por la espalda a atacarlo", apuntó, sumando que "se iba (de la discoteca), no estaba en la riña y fue agredido... le enterraron el gollete", detalló, junto con exigir el máximo rigor de la justicia y calificar al imputado como "un peligro para la sociedad".

25 años tiene el afectado por este ataque que lo dejó en grave estado de salud.

2007 fue la condena por homicidio que recibió el actual imputado por esta causa.

80 días se decretaron para el desarrollo de las pericias indagatorias por parte del tribunal.