Luis Contreras Villarroel
Una semana ya cumple el menor Cristian Bilbao Pereda en la localidad francesa de Avène, donde se somete a un tratamiento especializado para el combate de una rebelde enfermedad cutánea.
El niño, cuyo caso incluso llegó a la prensa nacional, viajó junto a su familia desde Castro para acceder a una atención especializada que otorga la Estación Termal de Avène, hasta donde llegan pacientes de diferentes puntos del mundo.
Bilbao, de 4 años de edad, convive con una dermatitis atópica severa, la cual se le declaró hace más de dos años, tiempo durante el cual ha tenido que recibir atención en diferentes hospitales chilenos para controlar la patología.
A siete días desde su arribo a este pueblo francés su madre, Tamara Pereda, explicó que su hijo inició el tratamiento con un diagnóstico médico previo antes de acceder a las instalaciones el mismo día de su ingreso al recinto.
"Se inició el día 26 de marzo, primeramente con la entrevista a la dermatóloga, la cual evaluó el alto grado de dermatitis, hizo la ficha clínica y lo derivó a la estación termal", contó la mamá.
Agrega que "cuando se inicia el tratamiento en la primera semana los niños presentan crisis, alergia y picazón, eso es producto de la reacción; nos explican que eso se debe a que la piel expulsa las células muertas y empieza el proceso regenerativo".
En cuanto a las expectativas, Pereda señaló que "el tratamiento en general lo veo satisfactorio con altos índices de sanación, ya que es muy prolijo y riguroso todo, los niños deben tomar dos litros de agua termal al día".
METODOLOGÍA
El complejo tratamiento al que se somete Cristian se ajusta a todo un plan profesional que ofrece a sus pacientes la Estación Termal de Avène, lugar donde también se producen los afamados productos dermocosméticos del mismo nombre.
Uno de los primeros pasos consiste en la realización de un diagnóstico a cargo de una dermatóloga, Sabine Costard Petit.
Con la ficha médica confeccionada, la especialista dispone el envío del menor al complejo termal, donde es atendido por un completo equipo médico.
Una vez al día, por alrededor de dos horas en el caso de Cristian Bilbao, el niño ingresa a tres sesiones de baño de burbujas, para dar paso a un proceso de exfoliación a cargo de un kinesiólogo.
En el mundo de la dermatología esta fase corresponde a un proceso natural de renovación celular de la piel mediante la eliminación de las células muertas de la epidermis.
Una vez concluida esta sesión, el infante ingresa a una ducha siempre con agua termal, para más tarde acceder a otra sala donde se le realiza un vendaje consistente en telas humedecidas, donde se mantiene por espacio de quince minutos.
Los resultados de este complejo procedimiento comienzan a evidenciarse al cabo de las dos primeras semanas, sin perjuicio de que el pequeño pueda sufrir algún tipo de crisis cutánea, la que debe ser tratada con cremas y jarabes, siendo asumidas en este caso por la familia.
El viaje de Cristian Bilbao junto a su familia fue financiado con aportes solidarios de la comunidad y el mundo privado, debido al alto costo económico que demanda la atención médica en Francia, donde se mantendrá hasta el próximo 15 de abril.
De hecho, el empresario Andróniko Luksic, tras conocer el caso por redes sociales, decidió aportar con los pasajes del grupo familiar, el cual no pudo viajar en octubre del año pasado, ya que la cruzada impulsada no logró completar los recursos requeridos para el traslado. Además, el pequeño había recibido la confirmación para atenderse ese mes en Europa, lo que debió ser reagendado.
22 días debe permanecer el niño en la Estación Termal de Avene en Francia.