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Aventurero desafía con su lente desiertos y glaciares del mundo

Paolo Ávila es fotógrafo y experto en supervivencia en lugares extremos, por lo que conoce rincones únicos a lo largo de Chile y en el extranjero.
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Juan Pablo Fariña López

A la distancia desde la lejana Patagonia Paolo Ávila Navarrete contesta el llamado de La Estrella en la noche, tras varios días perdido en una de sus aventuras. Es que este linarense radicado en Concepción es fotógrafo, tiene una productora llamada Nativo y se dedica a plasmar imágenes de los lugares más extremos del mundo, siguiendo competencias deportivas outdoor.

Por dicha labor, Ávila conoce desiertos como Atacama, Sahara en Marruecos, siguiendo la huella del Rally Dakar, y la alta montaña en la Cordillera de Los Andes en varias latitudes. Con entrenamiento en condiciones duras de sobrevivencia, este hombre de 30 años tiene varias batallas en el cuerpo, que ha resistido el rigor de la naturaleza más hostil.

Sobre sus inicios en esta actividad, explicó que "estudié educación física y por ahí entré a los cursos de supervivencia en lugares extremos. Allí me di cuenta que necesitaba un desafío fuera de la rutina y me animé a dejar mi trabajo como profesor. Nunca pensé dedicarme a la fotografía, un amigo me ofreció comprar una cámara y así empecé".

"Como tenía los cursos a nivel profesional me metí en diversas carreras de deporte aventura y me hice conocido, actualmente soy auspiciado por Nikon y Lippi en mis locuras. He tenido la suerte de poder contar esas historias a través de imágenes en revistas. Vuelves siendo otra persona, es difícil plasmarlo en palabras", añadió.

aventuras

De los lugares que ha podido ver en sus recorridos, el joven recalca sobre los desiertos que "he conocido a casi todos en el mundo, me faltan solo los de Sudáfrica y Australia. En el Sahara puedes estar con un clima despejado y todo tranquilo, pero de la nada te sale un viento y quedas al medio de una tormenta de arena. No puedes ver nada desde el vehículo y te cuesta respirar, hay que estar todo tapado. Uso un reloj con GPS para poder ubicarme, porque te puedes meter en un mar de dunas y nadie te va a ir a rescatar. Es jodido porque también hay que comunicarse con los árabes y si te metes en sus dominios te pueden matar".

"El desierto, en general, no te perdona en ningún momento, porque si te deshidratas pierdes el conocimiento y la razón, todo en un lapso de horas", añadió.

En contraparte, de la experiencia de trabajar en la alta montaña, apunta que "estuve en los glaciares de las Torres del Paine la semana pasada por el paso John Gardner acampando y fue rudo. Varios días con tormenta de nieve que se lleva todo a unos 130 kilómetros por hora. El frío te consume de inmediato, La alta montaña es lo más difícil, porque tienes la falta de oxígeno y además se te pone muy pesado cargar tu equipo después de mucho caminar. Hay que estar bien preparado".

Al ser consultado por cómo es la soledad estando rodeado por la naturaleza, el aventurero destacó que "hace poco estuve en el glaciar Serrano en Puerto Natales. Me tocó estar encerrado tres días en una carpa y en un momento me arranqué para esconderme detrás de unas rocas. Ahí se creó un instante único entre la cámara, la tormenta y yo. No existe el sonido de la ciudad, solo el viento soplando y nieve golpeando. Uno cree no va a ver nada en un glaciar perdido, pero de repente ves pasar zorros o liebres. Ahí te das cuenta que donde nadie sobrevive la naturaleza tiene su propia civilización. Uno es un simple intruso".

"Pasas muchos momentos en silencio y ahí uno lucha contra sí mismo. Si te encuentras con alguien en esos ambientes lo abrazas como si fuera un amigo de toda la vida. Es un gran desgaste mental", agregó.

al límite

En la vida de un aventurero siempre se está al límite del peligro y, por supuesto, lo sabe Paolo, quien recordó momentos críticos en sus viajes.

"En varias situaciones me he visto aproblemado. En el mismo Dakar del 2016 me chocó el piloto francés Cyril Despres (cinco veces ganador de la competencia) en el salar de Uyuni, en Bolivia. Estaba en la zona segura, pero el tipo tomó una curva muy cerrada, la rueda delantera hizo tracción y me golpeó. Me rompió la cámara en dos partes y salí volando, me levanté y le dije que siguiera. Después me dijeron que tenía unas costillas rotas y varios golpes", manifestó.

Otra situación en que la muerte acechó al fotógrafo fue en el glaciar El Plomo, arriba de Valle Nevado, a unos 5.450 metros de altura.

"Hicimos cumbre y estuvimos unos 5 días arriba, todos con menos 21 grados de temperatura. Al bajar había un aire seco de tormenta y desde Santiago llegaba aire caliente de lluvia. Cuando lo sentí me senté en una roca a descansar. Me mandé un pestañeo y de pronto veo un tipo encima zamarreándome, preguntándome si estaba bien. Ahí noté que estaba cubierto de nieve hasta el pecho. Si esa persona no me saca del lapsus no la cuento, estaba muy cansado y debí pasar unos 50 minutos en unos segundos", recordó.

preparación

Respecto al entrenamiento en condiciones límites, el experto advierte que es algo fundamental para no arriesgarse en lugares extremos. Sobre ese tema indicó que "hice muchos cursos con los militares y me puedo definir como una persona con especialidad en supervivencia. O sea me pueden dejar en cualquier lado y puedo sobrevivir esperando un rescate. Siempre actualizo esos cursos, de hecho la última vez fui a uno en el volcán Llaima. Nos agarró una tormenta y tuvimos que estar tres días en una cueva enterrados bajo la nieve, a unos dos metros de profundidad. Igual la convivencia en ese nivel de presión y en un espacio pequeño es compleja, es como un reality extremo".

consejos

Para adentrarse en sitios extremos no es llegar y tomar una mochila, saco de dormir y carpa. Por lo mismo, Ávila también entregó algunos consejos para que excursionistas principiantes no tomen riesgos innecesarios.

"Lo primero es avisar a amigos o familia a dónde uno va a ir de travesía y cuándo se va regresar, es decir vuelvo tal día a tal hora, para que en caso contrario se pueda coordinar un rescate. Además hay que tener un pleno conocimiento del sector donde uno va estar, informarse de los accesos, salidas, clima, refugios y cuevas, porque si uno no sabe eso es tirarse directamente a los leones", explicó.

"Otro aspecto clave es tener el equipo adecuado y si se puede acceder a un teléfono satelital o sistemas de posicionamiento global mejor todavía. Es lo ideal para enviar mensajes de auxilio y en caso contrario ir con mucha comida. Uno nunca está lo suficientemente preparado para enfrentar a la naturaleza, que puede destruirte", agregó.

Sobre la alimentación y en base a su experiencia personal, Paolo señaló que "normalmente prefiero llevar bastante carne seca, carbohidratos de liviano transporte, como puré en polvo o tallarines. También avena, que te deja satisfecho varias horas, lo ideal es tener comida ligera que sea segura y no te vaya a causar algún tipo de alergia. En el desierto hay que tener más prolijidad y lo importante es ir con agua racionada. Siempre esto depende de la zona, porque en montaña puedes encontrar en la ruta algo para comer, en el desierto estás solo".