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Monseñor Agurto dice que seguirá siendo obispo de Ancud hasta que el Papa Francisco decida lo contrario

Prelado local mañana oficiará misa en la Catedral San Carlos a las 10 horas, tras su viaje a Roma.
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Nelson Soto Asencio.

Diversas reacciones, incluyendo la del mismo prelado de Chiloé, Palena y las Guaitecas, ha generado en el mundo católico local y la comunidad el que todos los obispos en ejercicio de la Iglesia Católica de Chile renunciaran ante el Papa Francisco.

Esta situación ocurrió después de las reuniones que sostuvo el episcopado nacional con el pontífice durante tres días en la Ciudad del Vaticano. Encuentros convocados por el sucesor de San Pedro tras el detallado informe del cardenal Charles Scicluna, arzobispo de Malta, y el sacerdote español Jordi Bertomeu sobre los abusos sexuales en la institución en Chile y las acusaciones de encubrimiento de parte de Juan Barros, obispo de Osorno, y otros religiosos en el caso Karadima.

A través de un documento de diez carillas el Papa realizó fuertes críticas a los líderes de la Iglesia Católica en el país, asegurando que "la remoción de personas no alcanza" para reparar el escándalo.

Mientras regresaba desde Europa el obispo de la Diócesis San Carlos de Ancud, Juan María Agurto, monseñor mantuvo contacto con Diario La Estrella de Chiloé. El prelado que debe llegar hoy al norte de la Isla manifestó que a pesar de entregar su renuncia a Francisco, aún sigue siendo obispo de Chiloé, Palena y Guaitecas.

"Oficialmente el domingo en un programa radial entregaré mi versión. Por otro lado, yo como el resto de mis hermanos hemos puesto nuestros encargos pastorales en las manos del Papa y mientras él no diga otra cosa yo seguiré como obispo en Ancud", enfatizó el jefe diocesano.

Agurto sumó que su agenda sigue normal y que mañana desarrollará confirmaciones y las misas dominicales.

El religioso tiene 59 años, pertenece a la Orden Siervos de María, fue ordenado sacerdote el 28 de junio 1986 y obispo el 6 de enero de 2002, asumiendo entonces como coadjutor de la Diócesis de Ancud, liderada en aquella época por Juan Luis Ysern, obispo emérito que también viajó a Roma esta semana.

Reacciones

Las renuncias de los obispos y arzobispos en ejercicio de Chile es el tema entre los fieles católicos. Es el caso de la vecina Isaura Torres, quien valoró que se tome esta medida, pero no con todos los prelados.

"No me parece bien por la sencilla razón de que el obispo que tenemos es una persona colaboradora y muy entregada a su pueblo. No estoy de acuerdo con el Papa, que me desagrada, y no sé por qué se hizo esa reunión en Roma", lamentó la feligresa.

Por su parte, Hernán Álvarez, excandidato a alcalde por Ancud y quien estudió en el Colegio Seminario Conciliar, lamentó esta decisión y sostuvo que solo se debe alejar de las jefaturas diocesanas a quienes son los culpables.

"Esta es una situación muy penosa, fuera del alcance de todo pensamiento que pueda tener un cristiano. Aquí se ha involucrado a todo un grupo de cristiano y también se ha querido juzgar a toda la Iglesia en Chile", apuntó.

En tanto, Heriberto Navarro, trabajador de la Radio Estrella del Mar, dependiente del obispado local, catalogó que todo el mundo debe estar en contra de cualquier tipo de vulneraciones, independiente de donde provenga.

"Y como cristiano estoy en contra de los abusos sexuales y a favor de las personas que fueron afectadas con estos acontecimientos. Las personas que taparon esta situación son cómplices, al igual que las personas que cometieron esas faltas graves contra estas personas inocentes", sentenció.

sacerdotes

En tanto, el sacerdote Julio Campos, párroco de la Parroquia Apóstol Santiago de Castro, sostuvo que Chile es testigo de un acontecimiento histórico.

"El Santo Padre ha recibido al Consejo Episcopal en pleno, es inédito y es la primera vez. Han hecho un trabajo de discernimiento y análisis, un mea culpa de las dificultades que nosotros como Iglesia no fuimos capaces de enfrentar", puntualizó el franciscano.

Sumó que "muchas veces el dolor de las víctimas no fue bien acogido y los obispos han tenido la tremenda generosidad de reconocer que en algún momento hubo dificultades que no se han abordado bien y han tenido la generosidad de entregar su apostolado al Santo Padre".

A su vez, el padre Álex Gallardo, vicario de pastoral de la Diócesis San Carlos de Ancud, recalcó que a pesar de la renuncia de los obispos chilenos, estos se mantendrán en el cargo hasta el pronunciamiento explícito de Francisco.

"Más que preocupación de las renuncias, es una esperanza que a partir de esta disponibilidad que tienen los obispos puedan surgir nuevos frutos en la Iglesia, no solo de Chiloé sino en general. Obviamente, se rechaza todo tipo de abuso y así lo han dicho los obispos y el Santo Padre", acotó el ministro religioso.

Hablan feligreses y religioso


Isaura Torres, vecina católica de Ancud

"Si hay sacerdotes que por esa cosas de la vida cometieron errores, juzguen a esos sacerdotes. Creo que los cristianos cometemos errores, hay muchas mentiras que se nos han hecho creer y eso no está bien. Se debe saber la verdad, pero no tirar barro a todos", dijo.


Hernán Álvarez, exalumno del Colegio Seminario Conciliar

"Me parece una situación muy peligrosa que la Iglesia entre a lidiar con quienes dirigen. Hoy se le está quitando toda esa imagen de seriedad de la Iglesia. Yo estudié en el Seminario y vi sus labores, sus deberes, su honradez; estos problemas se ventilan internamente", acotó.


Heriberto Navarro, trabajador de la Radio Estrella del Mar

"Creo que el papa debe ser bien riguroso, cortar de una vez las cabezas de quienes encubrieron estos acontecimientos. No creo que todos los obispos hayan estado al tanto de todo, los que deben renunciar son los que están mas cercanos a los hechos", apuntó.


Julio Campos, párroco de la Parroquia Apóstol Santiago de Castro

"Hoy día la Iglesia no está acéfala, el Santo Padre con tranquilidad la maneja, sin histeria va a tomar las decisiones que tiene que tomar y no solo de cambios de nombres o remoción de algunas personas, sino una profunda renovación", manifestó.