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Informe revela que joven mató de 34 estocadas a su amigo

Ayer fue formalizado por homicidio simple el imputado de este crimen cometido en Queilen. Las pericias forenses y policiales, como la declaración del sujeto dieron cuenta de la dinámica de esta agresión y sus presuntos móviles.
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Pedro Bárcena González

En prisión preventiva quedó ayer un obrero tras ser formalizado por el delito de homicidio simple, en perjuicio de un amigo. Un crimen del cual se encuentra confeso y que ocurrió la madrugada del martes al interior de su casa ubicada en la avenida La Paz de la comuna de Queilen.

Por 72 horas se amplió la aprehensión del sujeto de iniciales P.A.T.M. (27) hasta que este domingo se procedió en el Juzgado de Garantía de Castro a su formalización por su responsabilidad en el asesinato de Diego Andrés Collao Cifuentes (18). Una audiencia en que se revelaron macabros antecedentes de la forma de comisión del mortal ataque.

Con la evacuación de los informes policiales y tanatológicos, el fiscal subrogante Fabián Fernández sustentó una serie de evidencias que acreditaban la autoría del trabajador forestal. Estos datos fueron esclarecedores y se sumaron al testimonio del propio imputado.

Una de las diligencias más esperadas era la autopsia realizada en la Unidad Médico Forense de Castro, durante la tarde del jueves, incluso después del control de la detención del isleño. Y las conclusiones fueron lapidarias.

Como expuso el persecutor en la sesión judicial, la víctima falleció producto de un shock hipovelémico generado por múltiples heridas cortopunzantes en la zona cervical, torácico-abdominal y parietral derecha. "Las lesiones seguían un patrón común y se contabilizaron 34 heridas de arma blanca", aclaró.

El examen externo realizado por la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de Castro, como las pericias de la Brigada de Homicidios (BH) de Puerto Montt ya vislumbraban este sangriento escenario. En la información que proporcionaron dieron cuenta que al menos una decena de agresiones se concentraron en el área de la cabeza y el cuello. Además, levantaron la presunta arma homicida que tiene un largo 35,5 centímetros.

Detalles

Dentro de la dinámica del crimen, los datos aportados por el propio detenido fueron claves, más allá que las pistas tarde o temprano iban a llegar a su individualización.

Como relató el abogado del Ministerio Público, en un primer momento el joven desconoció su participación, pero ante el peso de las evidencias reconoció su autoría. Es más, detalló aspectos impactantes de su forma de operar.

En su declaración, el imputado manifestó que se había juntado con el adolescente, a quien conocía desde que éste tenía apenas 6 años, para tomar alcohol. Primero estuvieron en al costanera de Queilen, para luego trasladarse a la casa en que vivía el obrero junto a sus padres.

Tras varias horas de ingesta alcohólica, ambos jóvenes se fueron a dormir a la pieza matrimonial, donde se habría generado el móvil de la furiosa reacción del asesino. El imputado señaló en su testimonio que despertó por las tocaciones que le estaba realizando su amigo en la zona genital, ante lo cual se originó una pelea y fue a buscar un cuchillo carnicero con el cual procedió a atacarlo.

"Descargué toda mi rabia", expuso el obrero forestal, quien habría dejado el cuerpo en el piso y tapado con sábanas en la pieza de su madre, tras lo cual se durmió. Al abrir los ojos el cadáver de su amigo de infancia gatilló su angustia. Lo trasladó a su habitación y le puso una bolsa en la cabeza. "Lo tapé para no verle la cara porque me hacía recordar lo que hice", manifestó en su versión en señal de arrepentimiento. Después, se trasladó al campo en Aulen y su madre descubrió el cuerpo unas 40 horas después del homicidio, durante la noche del miércoles.

Estos datos testimoniales y las pruebas fácticas levantadas y que están siendo analizadas por el Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la capital regional, sustentaron la posición del ente persecutor que invocó la cautelar más gravosa, aduciendo que la libertad del sujeto es un peligro para la sociedad.

La defensora Fernanda Molina se opuso a esta precautoria, solicitando el arresto domiciliario total. Ello, aunque no discutió los presupuestos materiales del caso. Es decir, la participación de su representado y la existencia del delito estarían acreditadas.

"Se debe reconocer la irreprochable conducta anterior, además de la colaboración sustancial, ya que declaró en la noche de los hechos renunciando a su derecho de guardar silencio y luego ratificó sus dichos en la Fiscalía", explicó en sala la abogada.

Insistió la fuente argumentando que la exposición del imputado "entregó detalles de la comisión del hecho, su participación, donde dejó el arma homicida (bajo la tina del baño), como alteró el sitio del suceso (limpiando los restos de sangre del piso y el techo) y la forma en que desplazó el cuerpo (desde la pieza de su madre, pasando por la cocina hasta la cama de su dormitorio)".

Resolución

Pese a estas argumentaciones, la magistrada Jesica Yáñez decretó la prisión preventiva. Junto con estimar el peligro para la sociedad, resaltó que el joven fue formalizado por un delito grave, que tiene pena de crimen -partiendo de los 10 años y un día de presidio- y que "cualquier condena a la que se llegue sería de cumplimiento efectivo", acotó.

Por ello, se instruyó el ingresó del imputado a la cárcel de Castro y se determinó un plazo indagatorio de 120 días.