Con pérdidas totales terminó un vehículo después de ser incendiado por un desconocido durante la madrugada de ayer en calle Independencia, en el sector Redes Quellón.

La emergencia se registró alrededor de las 2 horas de este miércoles afectando el móvil marca Jac, propiedad de Rolando Hermosilla (27), el cual permanecía estacionado a pocos metros de su domicilio.

Sólo la indicación de lugareños permitió alertar sobre este verdadero atentado a la víctima, quien permanecía durmiendo en su hogar, después de cumplir su jornada laboral.

"Había llegado del trabajo como a las 20.30 y los vecinos fueron los que me dijeron que se estaba quemando mi auto. Así que intentamos hacer todo lo posible con mangueras, pero se quemó todo", acotó el supervisor de seguridad.

Personal de la Tercera Compañía de Bomberos, a cargo del segundo comandante Moisés Nahuelquín, se encargó de combatir las llamas y controlar el siniestro, el cual no amenazó con extenderse a otras estructuras.

A su vez, funcionarios de la Sexta Comisaría de Carabineros local abordaron el procedimiento de rigor y recogieron la denuncia del afectado, para luego notificar los antecedentes a la Fiscalía Local de Quellón.

"Esto fue intencional, puesto que no existe una fuente calórica cerca y además las dos ruedas traseras estaban rajadas. Incluso, tengo sospechas de quién puso ser, así que entregué toda la información a la policía", manifestó el joven, recalcando que otras personas habían sufrido la destrucción de los neumáticos de la misma forma. "Pero ahora fueron demasiado lejos", acotó.

Delincuente queda preso por robo en colegio del sector Llau Llao de Castro

En prisión preventiva quedó un delincuente habitual de Castro, identificado como Carlos Ruiz Iturra (28), por su responsabilidad en el robo de especies desde el interior del Colegio Cahuala Insular. Como indicó el comisario de Carabineros Esteban Escobar, efectivos de la unidad "lo sorprendieron al interior del recinto sustrayendo un cilindro de gas, manteniendo además dos cajas de herramientas y otro cilindro de gas".

Pedro Bárcena González

Con tranquilidad pese a la severa pena que arriesga, enfrentó durante la jornada de ayer el inicio del juicio en su contra un estudiante, sindicado como el responsable de ultrajar en al menos dos ocasiones a la hermana de quien era su pareja. Un caso de abuso sexual infantil en carácter de reiterado que se habría perpetrado en el sector rural de Mocopulli, comuna de Dalcahue.

En el Tribunal Oral en lo Penal de Castro se realiza la audiencia presidida por el magistrado Claudio Ayala, en la cual el joven de iniciales A.A.C.C. (21) enfrenta cargos por las presuntas tocaciones contra una menor de 12 años.

Hasta 10 años de cárcel están invocando contra el imputado que enfrenta esta sesión judicial en libertad y en la cual ayer prestó su primera declaración dentro de la causa, asegurando que nunca tocó a la niña. Es más, recalcó que "solamente mi polola me contó lo que estaban denunciando".

Descripción

La abogada querellante, Karen Vargas Asencio, invoca la pena más alta para este sujeto domiciliado actualmente en Valdivia.

La representante del Programa Reparación y Justicia describió en su acusación que el primer hecho se habría registrado la medianoche del 27 de marzo del año pasado, en los momentos en que el encartado habría entrado al dormitorio de la víctima para realizarle tocaciones. Ambos compartían domicilio en esos meses.

El otro episodio que considera la profesional no tiene fecha específica, pero tendría la misma dinámica de ejecución, la cual habría generado alto impacto en la ofendida.

"La niña vio su desarrollo físico y sicológico interrumpido por estos actos, ante lo cual solicitamos el máximo rigor de la pena", expuso en sus alegatos la jurista, invocando la concurrencia de las agravantes de los abusos de confianza y superioridad física.

En tanto, más específicas fueron las imputaciones formuladas por el Ministerio Público, señalando junto al supuesto incidente del 27 de marzo, uno anterior registrado entre la noche del 24 y madrugada del 25 de marzo del 2017, recalcando que el acusado entró a la habitación de la menor, se acostó a su lado, la abrazó e intentó besar, tras lo cual abandonó el lugar.

A diferencia de la querellante, el fiscal Enrique Canales solamente estima la concurrencia del abuso de confianza, reconociendo además la irreprochable conducta anterior. Bajo este escenario, pide una pena de 6 años de reclusión.

Como expuso el persecutor, en esta causa "se observó una develación inmediata tras la segunda agresión, cuando la niña le cuenta lo sucedido a su madre. Una reacción adecuada que llevó a una denuncia".

Asimismo, recalcó que toda la prueba que se entregará en la audiencia será suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia que ampara al enjuiciado.

Contradictorio

Por su parte, el defensor particular José Ignacio Araneda fue tajante en señalar que su cliente es inocente, por lo que solicita la absolución. Incluso, no dudó en señalar que los acusadores presentan imputaciones "confusas, contradictorias y separadas".

El abogado manifestó que existen cargos que no son constitutivos de delitos (abrazos e intento de besos) y que no existe claridad con las fechas, "lo cual vulnera el principio de congruencia", acotó.

Es más, la fuente dijo que los "hechos sin inverosímiles", puesto que habrían ocurrido según los acusadores en un dormitorio que "no existe", aclaró, detallando que ese lugar es una sala y pasillo que no tiene puertas ni paredes.

Junto al contexto espacial, el defensor alude al plano temporal, describiendo que los supuestos hechos se enfocarían en un instante "donde todos los integrantes de la casa estaban presentes, hasta el hermano mellizo de la víctima, quien duerme a 30 centímetros. Por lo tanto, no se da la clandestinidad necesaria para configurar estos delitos".

La audiencia continúa esta jornada con el resto de la prueba, aguardando por un eventual veredicto de los sentenciadores.