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Niños aprenden sobre la urgencia de conservar el ambiente marino

Escolares de toda la provincia se han sumado a las jornadas que se realizan en el puerto de Castro.
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Pedro Bárcena González

Llegó algo tímido pero expectante. Casi no conoce Castro y su ilusión es ser marino. Por ello, Jordan Quilahuilque (11) aprovechó este miércoles cada instante para empaparse de la labor de la Armada y de las otras organizaciones que forman parte de las jornadas ambientales "Mapu-Lafken 2018" que convocó el terminal portuario castreño.

La iniciativa que busca potenciar el compromiso con el cuidado de la biodiversidad, en especial marítima, cautivó a este menor como a sus otros 12 compañeros de la Escuela Rural San Francisco de la isla Meulín de Quinchao. Un grupo que se sumó a otros estudiantes chilotes que avivaron esta actividad que se extiende por tres días y finaliza pasado el mediodía de hoy con un ejercicio de combate de contaminación en la bahía castreña.

Enseñanza

Tal como indicó el pequeño de sexto básico, estas instancias "no solo nos sirven porque salimos de nuestra isla a conocer, sino porque nos enseñan a proteger las playas y nuestro entorno que es especial".

Consuelo Vargas (10) coincidió con esto y, al igual que su amigo, tiene una familia ligada al mar por generaciones, por lo que sabe de la necesidad de cuidarlo.

"En la escuela hacemos tareas de limpieza y salimos a retirar basura de la playa, pero esperemos que estas acciones sean más masivas", indicó la alumna de quinto básico. Su profesora, María Eugenia Guajardo, coincidió en la necesidad de ampliar todas estas convocatorias. "Primera vez que venimos a algo así", aclaró, enfatizando que un exalumno les cursó la invitación: "Ahora esperamos aplicar todo lo que vimos al resto del plantel".

Como estos menores, en las primeras dos jornadas más de un centenar de educandos ha visitado la muestra que se emplaza en las instalaciones del puerto. Una implementación estática de la autoridad naval, más un panel ilustrativo del Centro de Educación Ambiental (CEA) Chiloé, como módulos del municipio local, la Fundación Meri y el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) fueron revisados por estos niños.

Según Paulo Barrientos, encargado del terminal administrado por la Empresa Portuaria Puerto Montt (Empormontt), esta es la segunda temporada en que realizan este proyecto, "enseñando la labor de varias instituciones y efectuando talleres sobre la conservación del ambiente", explicó.

Actor fundamental para posibilitar estos espacios y la concurrencia de los estudiantes de sectores apartados es la Armada. Como recalcó el capitán de puerto de Castro, Guido Fuentes, la intención es "acercar a los más pequeños al mar, que no le tengan miedo y sepan de su importancia".

Los uniformados apoyaron el martes el traslado de educandos de la isla Añihué (Quemchi), ayer se sumaron al despliegue del plantel de Maulín y seguirán respaldando estas instancias.

Dentro de estos lazos también está la coordinación con las otras organizaciones, como Sernapesca. María Álvarez, fiscalizadora del Departamento de Acuicultora de esta entidad, así lo reconoció, añadiendo que en esta oportunidad "se enseñó a cuidar las riquezas del mar, la sustentabilidad de los recursos que tenemos. Les decimos a los niños que pueden ayudar en esta misión".

Junto con explicar el rol de la institución, la profesional agregó que instan a los menores a consumir productos en lugares establecidos. También trataron las especies protegidas en el territorio y cómo las basuras afectan el medio ambiente.

Esfuerzos

En este último punto valioso fue el papel del CEA Chiloé. Su coordinador, Lito Quezada, manifestó que se trajo un panel elaborado dentro del proyecto "Transformando la basura en cultura", en el cual a partir de los desechos diseñaron material de enseñanza.

"Llevamos tres años recorriendo toda la provincia con esta iniciativa. Por eso destacamos estas instancias, aunque es cierto que los esfuerzos son insuficientes en cuanto a educación ambiental, ante lo cual es importante que especialmente los niños se den cuenta que existen cosas que le servirán a futuro y que protejan su entorno", concluyó.

"Los niños saben de la presencia de cetáceos y quieren aprender. Tienen conciencia que las ballenas están en Chiloé".

Catalina Valencia,, de la Fundación Meri"