Pedro Bárcena González
Como finalización de las jornadas ambientales que se realizaron por tres días en el puerto castreño, ayer se desarrolló un ejercicio de combate de contaminación en la bahía local. Un simulacro que fue presenciado por estudiantes de las escuelas de Detif (Puqueldón) y Teresa de Los Andes (Castro), como también por alumnos del Instituto Cecal Sur de la capital chilota.
La iniciativa, como especificó el encargado del terminal portuario, Paulo Barrientos, buscó graficar en terreno una de las materias tratadas en los talleres que organizaron.
"El tema de los derrames de hidrocarburos está en la contingencia en Chiloé, sobre todo por la cantidad de embarcaciones en la zona. Por ello, tenemos que prepararnos para estas incidencias", enfatizó el ejecutivo, sumando que trabajaron junto a la Armada para el desarrollo de este operativo.
En el lugar se simuló que desde la LSG Chiloé cayó un metro cúbico de combustible en una faena de abastecimiento, activándose el centro local de respuesta de la Capitanía de Puerto de Castro. De inmediato, zarpó la unidad tipo arcángel y dos botes zódiac para desplegar las barreras de contención.
El ejercicio se extendió por casi 50 minutos y junto a las mangas absorbentes se realizó el proceso de recuperación del líquido contaminante mediante una bomba spate y el equipo mantis. En paralelo, especialistas toman muestras de agua, le aplican químicos para su mantención y las envían a los laboratorios del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
Entrenamiento
El balance del dispositivo fue positivo, según recalcó el gobernador marítimo de Castro, Héctor Aravena, añadiendo que la iniciativa se enmarcó en el rol institucional de preservar el medio ambiente acuático.
"Este fue un entrenamiento para mejorar nuestros sistemas y respuestas. Le mostramos a la gente lo que significa este despliegue, que no es fácil, que necesita de mucho personal y logística", acotó el capitán de navío.
Asimismo, el oficial manifestó que los objetivos que se persiguieron fueron "entregar conocimiento sobre las actividades que realizamos para cuidar el mar, entrenar a nuestra gente, mostrar nuestro material y garantizar que la institución está preparada para estas contingencias".
Y así lo demostraron, como especificó el uniformado, durante el hundimiento del wellboat Seikongen en el sector de Pilpilehue, el 18 de octubre pasado. "En forma inmediata trasladamos todo el material en la patrullera Chiloé. En tres horas llegamos al lugar del hundimiento y rodeamos la nave para evitar una eventual contaminación de la bahía", manifestó.
La fuente aseveró que estos dispositivos continuarán, siempre enfocados en preparar al contingente ante eventuales siniestros en las costas insulares.
Sello
En esta última jornada de actividades en el puerto de Castro estuvo participando un grupo de 17 alumnos, de entre quinto y octavo básico de la Escuela de Detif. Su director, Cristian Vásquez, resaltó la invitación señalando que "siempre tratamos estas materias de protección del entorno. Nuestra escuela tiene sello de cuidado del medio ambiente, por lo cual estas iniciativas son motivantes y se pueden replicar en nuestra comunidad".