Emotiva despedida tuvo el cabo Galindo en su natal Cañete
El mártir de Carabineros fue despedido por su comunidad, tras ser asesinado en Santiago durante un operativo.
Redacción - Medios Regionales
Globos blancos y negros adornaban ayer la casa de infancia del cabo Óscar Galindo, ubicada a la salida de Cañete, Región del Bío Bío, quien esta semana murió tras recibir dos tiros en la cabeza en un procedimiento antidrogas realizado al sur de Santiago, presuntamente perpetrado por un joven de 17 años con antecedentes penales, quien fue enviado a internación provisoria y que como máximo cumplirá 10 años de cárcel.
Su caso causó impacto nacional y reactivó el debate sobre si aumentar o no las penas a los reincidentes. También dejó a una funcionaria policial viuda y a tres niños sin su padre. Además, a una mamá sin su hijo de 29 años.
"Cuando se entregaba a su trabajo, siempre quería hacerlo bien. Yo le decía que muchas veces no vale la pena arriesgarse tanto, que pensara en sus hijas y en mí, que es lo único que tengo, mi único hijo", aseveró ayer su madre, Ximena Saravia, durante el velorio.
A la casa de madera del sector Santa Elisa llegaron delegaciones de Carabineros y de la Policía de Investigaciones, además de vecinos y parientes del policía, de Santiago y Cañete.
Entre ellos estaba su primo Héctor Luengo, quien manifestó a 24H_que "él se formó en este lugar, con sus abuelitos, con su madre, y la vocación de carabinero yo creo que viene toda por las raíces del padre, que fue carabinero".
Emanuel Soto, cuñado del policía muerto, relató que Galindo tuvo un recibimiento de "héroe" al llegar a Cañete a las 1.45 horas de ayer y también durante el trayecto desde Santiago por la Ruta 5, donde ciudadanos salieron a despedir la carroza.
Por la tarde llegaron a la iglesia de Cañete el ministro del Interior, Andrés Chadwick, y el general director de Carabineros, Hermes Soto, quienes asistieron a su misa fúnebre.
Su féretro estaba cubierto por una bandera chilena.
Los restos de Galindo habían partido el jueves desde Santiago, donde el Presidente Sebastián Piñera y el general Soto cargaron el ataúd.
"Quiero dar mi más sentida solidaridad a la familia del cabo Galindo y Carabineros de Chile. Tenemos total compromiso de que vamos a perseguir sin tregua a estas bandas que matan a nuestros uniformados y que aterrorizan a nuestra población", sumó el mandatario en la oportunidad.
"Cuando se entregaba a su trabajo, siempre quería hacerlo bien. Yo le decía que muchas veces no vale la pena".
Ximena Saravia,, madre del policía."