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Papa Francisco dijo en entrevista que podría aceptar más renuncias

El jefe de la Iglesia Católica describió al sacerdote Fernando Karadima como una persona "gravemente perturbada".
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Michael Seguel P. - Medios Regionales

El Papa Francisco afirmó ayer que podría aceptar nuevas renuncias de obispos chilenos, luego de que el 11 de junio se oficializara la salida de los jefes diocesanos de Osorno, Valparaíso y Puerto Montt, Juan Barros, Gonzalo Duarte y Cristián Caro, respectivamente.

La decisión ocurriría luego de que en mayo los prelados chilenos ofrecieran en masa su renuncia al pontífice, en medio de los escándalos por abusos sexuales y acusaciones de encubrimiento que han golpeado a la Iglesia Católica chilena.

En entrevista con Reuters, el Papa señaló que "todavía tengo que aceptar la renuncia de dos (obispos) que han excedido el límite de edad. Pero tal vez voy a aceptar más renuncias. En un caso, pedí que se le den las acusaciones para darle la posibilidad de defenderse de las acusaciones y luego veremos".

Los obispos que cumplieron 75 años -edad que deben presentar su renuncia, la que puede o no ser aceptada- son el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, y el obispo de Rancagua, Alejandro Goic.

De las tres renuncias ya aceptadas, la más controversial fue la del obispo Juan Barros, quien enfrentó una dura resistencia de los feligreses, tras ser destinado a Osorno, en 2015.

Barros fue formado por el expárroco Fernando Karadima, quien fue condenado por el Vaticano en 2011 a vivir una vida de "penitencia y oración", por perpetrar abusos sexuales a menores y adultos. Los otros obispos formados en El Bosque son Horacio Valenzuela (64), de Talca; Tomislav Koljatic (62), de Linares, y el obispo auxiliar de Santiago Andrés Arteaga (59).

Consultado por la permanencia del cardenal emérito Francisco Javier Errázuriz en un grupo asesor del Vaticano, mencionó que "el C-9 no es un honor, es un trabajo. No quiero entrar en el juego de cortar cabezas y buscar chivos expiatorios".

El Papa se refirió además a Fernando Karadima, a quien describió como "una persona gravemente perturbada". Añadió que "es un fenómeno difícil de entender (...). Ciertamente, es el trabajo del espíritu del mal".