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A lo Indiana Jones fueron en la búsqueda de los secretos de 14 fuertes españoles en el Bío Bío

Equipo de investigación determinó la ubicación de algunas de las más significativas fortificaciones construidas durante la Colonia a lo largo de los ríos Bío Bío y Laja. Cubrían Chile desde la Cordillera de los Andes al Pacífico.
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José Manuel Castillo

Dar a conocer uno de los bienes patrimoniales más significativos de la historia de Chile: el sistema de fuertes y plazas fortificadas de la frontera de Arauco, que estuvo en operación entre comienzos del siglo XVII y finales del XIX fue el objetivo del proyecto de investigación desarrollado durante el año pasado por el Equipo de Investigación de los Fuertes de la Frontera de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).

El uso de la tecnología del siglo XXI, como los drones, fue fundamental para conocer dónde está lo que queda de o se emplazaban estas estructuras coloniales.

Pese a su importancia histórica, el sistema a la fecha no ha sido protegido de manera oficial, salvo algunos de sus componentes que, por separado, han sido declarados como Monumentos Históricos por la Ley de Monumentos Nacionales, como son el de Nacimiento, Santa Juana, San Diego de Tucapel y San Carlos de Purén.

"La persistencia de una mirada que por muchos años ha asociado el patrimonio con lo monumental ha terminado pasando por alto los principales atributos y valores de este relevante sistema defensivo colonial. Muchos de ellos son aún visibles y requieren ser conocidos, tales como su emplazamiento estratégico frente al paisaje, su trazado heredero de la tratadística militar moderna o su condición sistémica, articulada en torno a los principales cursos de agua y a la costa del golfo de Arauco", señalaron los profesionales en la carta que presenta este trabajo.

En los dos siglos y medio que operó la Frontera se emplazaron cerca de 100 fuertes a lo largo del Bío Bío y sus afluentes. Esta investigación ha decidido trabajar sobre los 14 fuertes y plazas militares a las que hace referencia el informe realizado por el ingeniero militar Juan de Ojeda, por encargo de Ambrosio O'Higgins en 1793. Estos eran permanentemente asolados por mapuches, tanto desde el sur como desde los Andes.

Este registro entrega no solo levantamientos arquitectónicos y descripciones detalladas de cada una de esta infraestructuras de defensa, también da cuenta del sistema operando en la fase final del Imperio Español, justo antes de que comenzaran los sucesos que llevarían a la Independencia de Chile.

-Ustedes trabajaron sobre la base de las catorce fortificaciones referidas en el trabajo de Ojeda y descubrieron que no todas eran iguales. ¿Cuáles eran sus diferencias?

-Trabajamos con las 14 en virtud del informe del militar. Él los mostraba a través de descripciones y de planimetría. Eso no quiere decir que han sido solo esos. Según el padre Gabriel Guarda, que es un estudioso sobre el tema de las fortificaciones en Chile, en la zona del Bío Bío existieron más de 100 fortificaciones durante los casi cuatro siglos en que estuvo presente el conflicto entre españoles, mapuches y, más tarde, el Gobierno de Chile. Las diferencias es que unos corresponden a lo que son el fuerte, que es un recinto que tiene una guarnición militar, generalmente son construcciones pequeñas. Son una especie de cuadrado con una estacada, un foso y que tiene un cuerpo de guardia adentro. Estaban emplazados en lugares de balseadero. El otro término es la Plaza Militar que contiene una fortificación, pero que también contiene población civil Eran mucho más grandes que los fuertes y tenían una intención de ocupación del territorio y de consolidarla.

Terrenos privados

-Algunos estaban en terrenos que hoy son privados y ¿bajo las actuales ciudades igual había vestigios?

-Fuimos en la búsqueda de estos sitios. En ningún caso podemos decir que los descubrimos. Por ejemplo, el Fuerte de Nacimiento es un lugar visitable, que es Monumento Nacional y que ha sido restaurado. Pero había casos como el de la Plaza Militar de Arauco en la actual ciudad de Arauco y que correspondía a un terreno amurallado que estaba apegado al cerro Colo Colo, cerca de donde hoy está la comisaría. De eso no queda nada, porque al ser un recinto amurallado, para el terremoto de 1835 se vio muy dañado. Cabe precisar que durante la República Chilena se fundan pueblos nuevos al alero de estas plazas militares y es así como en Arauco se instala la plaza de armas y se hacen manzanas cuadradas, que luego forman el damero completo que está actualmente.

"Eso también pasó en Yumbel tras el terremoto de 1835 que dañó mucho a esas fortificaciones. Los únicos que estaban en terrenos públicos eran el Fuerte de Nacimiento, el de Los Ángeles que corresponde a la manzana donde está la Gobernación, el de Santa Juana y el San Diego de Tucapel. Los demás están todos en terrenos de particulares", señaló Luis Eduardo Toloza, coordinador del proyecto Fondart "Levantamiento, visualización y difusión del sistema de fortificaciones del Bío Bío".

-¿Existe colaboración de los municipios y los actuales dueños de los terrenos para poder preservarlos y mejorarlos?

-Durante todo este trabajo hemos hablado mucho con los municipios locales. Ellos ven como poner en valor estos sitios y desarrollarlos para sus comunas, por lo general, todos piensan igual; entonces, creo el tema pasa que para el privado, por lo general, tener una fortificación o ser dueño del terreno en donde estaba emplazada la fortificación por ser declarado como Monumento Histórico o por ser un sitio arqueológico, para el privado es más una carga que una oportunidad. La gestión tiene que ir por el lado de que los municipios locales o el Estado puedan adquirir estos terrenos para poder generar proyectos a futuro.

-Tras las presentaciones realizadas en todo Chile, ¿qué han podido concluir en lo referente al interés ciudadano?

-La exposición es una muestra muy gráfica. Con planimetría se hicieron 28 maquetas en donde se mostraban el fuerte como había sido en la Colonia según el levantamiento de Juan de Ojeda y el fuerte como estaría hoy. Se hacía el paralelo como muchos de estos ya no existen y son principalmente ciudad y otros son terrenos rurales. Se podía ver el antes y el después y había una maqueta más grande que mostraba todo el territorio que permitía entender que no eran elementos aislados, sino que formaban parte de un sistema que era la llamada línea defensiva del Bío Bío, que era de alguna forma la frontera entre el Pueblo Mapuche y el Imperio Español. Frontera que se daba por los ríos Bío Bío y Laja. Va desde la Cordillera de los Andes al mar. Esa maqueta muestra la geografía de la región con los puntos en donde estaban los fuertes para que se pudiese leer el sistema. Por lo general, los comentarios han sido basten buenos en el sentido de que es muy clara la presentación a través de la gráfica y de las maquetas. En Nacimiento se hicieron talleres con niños, los alumnos podían tocar las maquetas y podían comentar. También muchos nos comentaban que era desconocido para la región. Incluso la comunidad local no conocían los que existían en su territorio.

Queremos seguir trabajando en la cosmovisión mapuche de este proyecto. No solamente quedarnos con el fuerte como un elemento que fue construido por los españoles, fue un elemento que si bien ocupó el territorio por parte de los españoles, sirvió también como una punto donde también se generaba intercambio con el pueblo mapuche, porque existió una guerra, pero que no fue constante durante los 300 años. Hubo episodios de alzamientos indígenas y los españoles se metían al territorio mapuche a generar las malocas. También existían periodos de treinta o cuarenta años en que se existía una relativa tregua que daba para que estos lugares fueran como verdaderas aduanas en donde se intercambiaban productos como ganado, textiles, cerámicas, platas, armas. Por eso no solo los debemos considerar como elementos de guerra, sino que también como elementos importantes de este mestizaje que se fue desarrollando en esta región.

-¿Cuál fue el que más les llamó la atención?

-Para los alumnos el Fuerte de Nacimiento es el que está en mejores condiciones y uno lo puede entender como era. De cierta forma es el que está más presente, pero también había otros que eran muy interesantes, tal vez no por la lógica de su construcción, porque la mayoría de ellos eran muy precarios en su construcción, por lo general eran fosos que tenían una estacada de madera que de cierta forma separaba el terreno que estaba dominado por el resto del territorio, pero era el paisaje por lo general lo que como equipo nos llamaba mucho más la atención, en el sentido de que a pesar de que la fortificación podía ser muy precaria, el lugar geográfico en donde se emplazaba era lo impresionante. Es decir, la estrategia de poder instalarse en un territorio donde tienes vistas hacia la cordillera, hacia el río, hacia el llano, era algo que desde el paisaje te llamaba la atención. La Universidad Católica adquirió el Fuerte de Ballenar que está en Antuco y justo surgió que el fuerte estaba a la venta y la universidad vio la oportunidad y lo compró y ese está emplazado frente al volcán Antuco en un terreno llano que está a la orilla del río Laja y sobre un pequeño cerrito con muros de contención de piedra. Tú subes ocho metros sobre el llano y se te abre todo el valle. Ves el volcán al fondo por el que se le cerraba el paso a los pehuenches que venían desde las pampas argentinas y se ve el paso hacia el Valle Central de Chile. Más que dar ejemplos, todos son interesantes por el entorno en que están.

"Para el privado es más una carga que una oportunidad".

Luis Eduardo Toloza,, coordinador del proyecto Fondart."