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Misterioso desafío de Momo atemoriza niños por WhatsApp

Jefe de la Brigada del Cibercrimen de Viña del Mar desmenuzó el nuevo viral que circula a través de redes sociales, que al parecer no es más que un mito urbano. Sicólogo infantil advierte sobre vulnerabilidad de los niños ante este fenómeno.
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Nicole Valverde S.

El viral desafío de Momo está atemorizando a niños y niñas a través de WhatsApp. De hecho, muchos padres y madres están alertas porque sus pequeños -de alguna u otra forma- entraron en contacto con el misterioso personaje.

Momo es una figura perturbadora. Tiene ojos saltones, cabello negro, y una prominente sonrisa. Una imagen extraña y escalofriante, muy similar a los personajes de películas japonesas de terror como "El grito", "El aro", entre otras.

Número desconocido

Según la información que circula en la web, para entrar en contacto con Momo, es necesario registrar su número en un teléfono móvil, como cualquier contacto de WhatsApp.

El nuevo mito de moda en internet señala que supuestamente Momo sería una especie de demonio con el que se puede entrar en contacto a través de la red social. Para eso se deben cumplir ciertas instrucciones, como escribirle a las 3 de la madrugada. Se supone que a partir de ese primer contacto Momo responde mensajes escritos y también llamadas, y a cambio quienes le contactan pueden recibir amenazantes respuestas, e incluso imágenes perturbadoras.

¿Les suena conocido? El año pasado ocurrió algo similar con el viral "El juego de la ballena azul", salvo que en este caso el desafío de 50 retos instaba a los chicos y chicas a autoinfringirse heridas e incluso a quitarse la vida.

La diferencia con el caso de Momo es que se puede generar diálogo o interacción, ya que -quien sea o lo que sea que está detrás de los mensajes- la mayoría de las veces responde, y en algunos casos incita a hacer cosas peligrosas.

Mito urbano

Pero, ¿qué o quiénes están detrás del desafío de Momo? Consultamos al subprefecto Hugo Miranda, jefe de la Brigada Investigadora del Cibercrimen de Viña del Mar, quien desmenuzó el nuevo viral que circula y se masifica a través de redes sociales.

El oficial reconoció que estaba al tanto de la existencia de Momo; primero, por su labor de jefe del Cibercrimen de la Policía de Investigaciones y, segundo, porque es padre de una hija adolescente que es muy activa en redes sociales.

"Leí e investigué algo sobre este tema cuando comenzó a aparecer en redes sociales. Pero no hay una denuncia formal, y esto tiene más relación con un mito urbano", apuntó.

Y detalló: "El teléfono es un número extranjero. Dicen que llama a las tres de la mañana, pero no hay un registro de que haya llamado a alguien a esa hora. Lo otro es que si dices más de tres veces su nombre, así como "Beetlejuice. Beetlejuice. Beetlejuice", se podría desatar una maldición, pero eso es solo parte de la construcción de este mito urbano que a través de las redes sociales va creciendo como una bola de nieve".

De hecho, el subprefecto Miranda llamó al supuesto número que contacta con Momo, pero nadie contestó.

Inteligencia artificial

En ese sentido, lo más seguro es que el temible Momo funcione a través de un sistema de inteligencia computarizada.

"Actualmente existe la tecnología para que un programa te llame, te envíe mensajes a ciertas horas, y se llama 'bot'. Ahora, que alguien invierta dinero para que ocurra esto, para un juego, o hacer algo malo... es un poco difícil", consignó.

¿cómo evitarlo?

En su rol de jefe del Cibercrimen, pero también de padre, Miranda recomendó a los progenitores y adultos responsables de menores, que se hagan parte de estos temas y se converse.

"El llamado es a que los padres participen con sus hijos en la navegación de internet, en que conozcan a sus ciberamistades y ese tipo de cosas", aconsejó.

Lo otro es nunca entregar datos personales.

"El cuidado de los datos personales es tal cual el cuidado personal. Por eso uno les dice a los chicos: no tengas amigos que no conoces en tú red. ¿Por qué? Porque estás compartiendo demasiada información, y la dejas libre para que alguien pueda utilizarla para algo malo, turbio, o quizás someterte a un juego para asustarte o provocar temor", justificó.

¿cuándo denunciar?

En ese contexto, es importante identificar cuándo este juego o viral podría estar incurriendo en una falta o delito, y es necesario denunciarlo ante los organismos competentes.

"Cuando sienta que se pasan a llevar sus derechos básicos como persona; cuando se torne molesto, por ejemplo, cuando un niño recibe constantes llamadas a las tres de la mañana, eso es acoso. O cuando la persona se siente molestada en su intimidad o su privacidad, eso ya es una falta que podría considerarse delito. Ahí se recomienda hacer una denuncia", subraya el subprefecto Hugo Miranda.

Vulnerabilidad

Por otro lado, inquieta saber qué tanto puede afectar este tipo de "juegos" a los niños y niñas que caen en su dinámica. Es por eso que La Estrella conversó con el sicólogo infantil y académico de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar, Felipe Matamala, quien encendió la alerta sobre la vulnerabilidad de los niños y niñas ante este tipo de virales que se expanden a través de las redes sociales.

"Hoy día como sociedad parece ser que le hemos dado una garantía de educación a las plataformas virtuales. Y ahí hay un tema de autocrítica respecto del mundo adulto. El aparato celular ha venido a funcionar como una suerte de control. Sin embargo, el problema es que los niños y las niñas -en general- no tienen el raciocinio ni el conocimiento, como para poder ejercer prácticas preventivas. Y yo creo que ahí es donde nosotros como sociedad hemos cometido un gran error".

Buscan un perfil

Por otro lado, el experto enfatizó que no todos los niños son proclives a ser víctimas de estos virales, sino que todo pasa por un perfil que estos sistemas -o los creadores de estos softwares en particular- buscan.

"Quienes crean esto buscan un perfil, una víctima que tenga menos relaciones sociales y esté en una situación de aislamiento. Porque hoy en día los niños no socializan, no comparten mucho con sus adultos", dice.

"Hay una característica que es propia de la niñez, y es que los críos en estos momentos están necesitando demostrar cuán competentes son. Ciertamente, los niños necesitan sentirse competentes. Y hoy en día, en el mundo tecnologizado en el que estamos, que no sienta que sabe manejar un aparato telefónico, que no sienta que es industrioso, laborioso, y virtuoso a la hora de manejar una red social, claramente se va quedando descontinuado", sumó.

"Hoy día todo se satisface a través del aparato telefónico, pero en el fondo también tiene que ver con que el sistema, la cultura, y la sociedad, ha ido creando fórmulas para deshumanizar las relaciones. Y en eso se instalan estas plaquitas que lo que hacen es lastimar y dañar en forma mucho más terrible la vida de un niño o niña", concluyó el sicólogo Matamala.