Visión Acuícola
Una menor posibilidad del salmón del Atlántico a adaptarse al medio acuático, es una de las conclusiones que sostiene la doctora en Ecología Doris Soto, investigadora del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, Incar, de la Universidad de Concepción, y experta en escape de salmones.
La profesional entregó antecedentes al debate generado por los posibles impactos de esta especie en el medio acuático, a propósito del masivo escape de peces registrado este último mes desde el centro de cultivo Punta Redonda de Marine Harvert.
El evento, ocurrido a primeras horas del pasado 5 de julio, significó justamente la liberación al medio acuático de 690 mil peces pertenecientes a esta especie en el seno de Reloncaví, luego de que la infraestructura del centro de engorda colapsara producto de la acción de un intenso viento cordillerano, que golpeó con fuerza las jaulas de cultivo y causó el accidente.
Desde entonces, se ha generado un debate por los posibles impactos de la fuga en el medio ambiente. En este sentido, Soto, quien ha investigado esta problemática por más de 20 años, señala que desde mediados de la década del 90 que existen los primeros estudios sobre posibles efectos de salmones fugados en el medio ambiente.
El primero de ellos, y en el cual trabajó Soto, fue realizado en 1995 por la Universidad Austral de Chile, gracias a un Fondo de Investigación Pesquera.
"Estudiamos un escape de salmones ocurrido entre 1994 y 1995, donde se escaparon 4 millones de salmones en una temporada que tuvo tormentas muy violentas, donde los sistemas de cultivo estaban mucho menos preparados que actualmente. Hubo un trabajo que se prolongó por más de un año con la participación incluso de pescadores artesanales", recuerda la investigadora.
En base a los resultados de este trabajo, titulado "Evaluación de salmónidos de agua libre existentes en las aguas interiores de las regiones X y XI", la investigadora sostiene que concluyeron que el salmón del Atlántico tiene una menor posibilidad de adaptarse a las condiciones de nuestra zona y "entiendo que hasta hoy, no me parece que esté en condiciones de hacerlo a diferencia de otras especies", recalca la doctora en Ecología.
Esto, porque "esta especie no es muy buena aprendiendo a alimentarse", agrega la experta, y eso la hace "diferente al (salmón) Chinook".
Efectos
De todas formas, Soto no descarta la posibilidad de que una fuga como la que ocurrió el pasado 5 de julio pueda tener una serie de efectos.
"La pesca artesanal ha tenido que ser bien eficiente. Este salmón tiende a volver a las redes", agrega la profesional. "Hay que hacer un monitoreo y analizar su contenido estomacal, para ver qué es lo que consumieron", manifiesta la fuente.
Por otro lado, añade que es necesario que se investigue este nuevo escape. "Tengo entendido que (Marine Harvest) está trabajando y se quiere formar un núcleo de investigación, lo que es fundamental".
"Esta especie (salmón del Atlántico) no es muy buena aprendiendo a alimentarse".
Doris Soto,, investigadora Incar"