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El Sacho cumple 40 años anclado en el corazón isleño

Sus actuales dueñas, quienes comenzaron como meseras, desclasificaron la historia del mítico restaurante emplazado en el sector céntrico de Castro.
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Eduardo Burgos Sepúlveda

40 años deleitando a la comunidad chilota y sus visitantes cumple el restaurante Sacho, ubicado en la calle Thompson en el centro de Castro, con una tradición llena de historia, alegrías y esfuerzo que desborda en sus tres propietarias-trabajadoras.

Sonrisas de oreja a oreja es la que lucen siempre Sandra Lizama, María Eugenia Álvarez y Mabel Saldivia, antiguas garzonas del local gastronómico, quienes luego del fallecimiento de la gestora del emprendimiento, Isabel Vergara, en el 2012, se hicieron cargo de la administración.

El recinto inició sus servicios en 1978 en la ciudad de Chonchi, creado por Isabel Vergara y su esposo Raúl Vera, destacando de inmediato por la calidad de sus preparaciones, tanto así que frecuentemente viajaban comensales desde Ancud, Castro, Quellón y otras comunas.

"En el año '80 se traslada el local a Castro porque hizo una sucursal, comenzando en esa época donde está ahora la notaría de Castro", relata Sandra que llegó en 1982 a trabajar, calificando de un "boom" la llegada del restaurante a la capital chilota.

Traspaso

La misma fuente hace un alto en sus labores y continúa contando que "seguimos hasta el 2012 (el 2008 ya estaban en el actual local) cuando la señora Isabel se enfermó y falleció el 26 de enero de ese mismo año", de ahí trabajaron los hijos de la exdueña, Patricia y Magallanes durante dos meses.

En marzo del 2012 los entonces herederos del negocio ofrecieron a las tres garzonas quedarse con el restaurante a cambio de sus finiquitos.

"Fue como un pago con el Sacho por los años de servicios que había tenido, como un trueque en esa época", recordó Sandra, sin ocultar que al comienzo tuvieron temor porque hasta el momento solo habían sido trabajadoras.

"Nos convencimos que éramos capaces, que ya lo habíamos hecho por tantos años así que solo nos quedaba seguir adelante y transformamos el local en el 2013, con la ayuda del arquitecto Edward Rojas, que le puso tejuelas, cambiamos la iluminación, pintamos un poco, hicimos una cocina nueva y le dimos otro toque", sumó esta vez María Eugenia, que también entró al Sacho como garzona, pero en septiembre de 1990.

Cuenta la fuente que la mayoría de la gente no sabe que son las dueñas del local y las ven solo como las garzonas, una labor que desempeñan con orgullo. "Cuando preguntan por la jefa decimos que no está", bromea.

El caso de Mabel es distinto, puesto que llegó de mesera a los 16 años, cuando estudiaba en el Politécnico, en 1984. "Trabajaba en verano y así estuve dos temporadas, el '86 quedé de planta y de ahí no he parado. Este fue mi primer trabajo y en el que todavía sigo", explicó.

"Yo llegué niñita, sin ninguna otra opción de pega porque no conocía ningún otro trabajo, entonces la señora Isabel me enseñó todo y me gustó", agrega Mabel, recalcando que no tienen todavía una fecha en la que vayan a celebrar sus 40 años de historia. Sin embargo, la idea es "tirar la casa por la ventana".

Por sus mesas han desfilado desde presidentes hasta artistas de talla nacional e internacional, entre los primeros Ricardo Lagos y Eduardo Frei, algunos embajadores y ministros. De la farándula, recuerdan haber atendido a los españoles Víctor Manuel y Ana Belén. Probaron también sus preparaciones elencos de distintos programas de televisión y películas y, obviamente, quienes dieron vida a la telenovela La Fiera.

"Nosotros los atendemos como si estuviéramos en nuestra casa y ellos fueran visitas nuestras y ese cariño es el que gusta a la gente y por eso vuelven", destaca Sandra, la más antigua del trío de emprendedoras.