César Cárdenas Ruiz - Carolina Larenas Faúndez
Asumiendo el enorme desafío que significa estar a cargo de la organización de la Jornada por la Rehabilitación, Leyla Yurie González se ha transformado en los últimos años en el rostro insigne de la cruzada solidaria que lleva adelante el Club de Leones de Ancud desde 2012.
Esta comerciante chilota de 45 años ha estado ligada a la entidad leonística desde siempre, puesto que, entre otros aspectos, sus padres también formaron parte de la organización leona por largos años. Fue así como ella integró en primera instancia el Comité de Damas.
Actualmente, esta emprendedora centra todos sus esfuerzos en la preparación de lo que será la Séptima Jornada por la Rehabilitación, fijada para los días 9 y 10 de noviembre. La tarea no es para nada sencilla, hay que superar la meta de 84 millones de pesos recaudados el 2017, dineros necesarios para mantener el funcionamiento de la institución benéfica.
"El tiempo siempre se encarga de poner a cada quien en su lugar". Esta frase cobra una particular importancia si hablamos de la vida de Leyla, para quien la experiencia de trabajar al servicio de esta iniciativa hace ya dos años, no es algo desconocido, pues hace algún tiempo debió hacerse cargo de la rehabilitación de su madre por más de un año. A raíz de este capítulo en su vida, asegura que su labor se vuelve más cercana con cada familia que llega hasta el Centro de Rehabilitación en busca de ayuda.
"Está todo conectado, yo tuve que coordinar la rehabilitación de mi madre, y tuvimos que hacerlo a través del sistema público-privado, porque no existe una institución de rehabilitación para adultos, estuve allí un año y medio. Después eso me motivó a trabajar en la campaña, porque logré darme cuenta que con lo que se gasta en el mundo privado durante un año para rehabilitar a una persona, tú puedes aquí trabajar con 125 usuarios, a los que estás ayudándoles a desarrollar la máxima capacidad posible", expresó.
-¿Qué significó hacerte cargo del desarrollo de esta campaña, única en Chiloé?
-La verdad es que el primer año me dio mucho susto, fue un desafío muy grande; trabajé el año anterior con el coordinador para saber más o menos de que se trataba, desconocía absolutamente los medios, que era lo que había que hacer, cómo se gestionaba algo. Fue un tremendo desafío, no estuvo exento de problemas, tuvimos conflictos ese año (2016) con la municipalidad por el gimnasio, pero el haber superado eso me motivó a seguir un año más, para tratar de hacerlo mejor. Este año ya estamos consagrados como ancuditanos, como capital de la solidaridad.
Entusiasmo
-¿De dónde se saca el entusiasmo y la motivación para seguir al frente de esta iniciativa?
-Eso si es increíble, porque la gran mayoría de las veces cuando ya estás cansado, porque la verdad es que es un trabajo agotador 24 por 7, aparece Cristian Villarroel (usuario) y te da un abrazo, aparece Javier Bahamonde (símbolo de la campaña 2018) y te da las gracias, o ves a la Paulita, que fue rostro el año pasado, ya caminar. Ellos con toda la cantidad de trabas que le ponemos como sociedad, no se quejan y son felices, qué me voy a quejar yo porque esté cansada.
-¿Cuál es el mensaje a la comunidad, a poco más de un mes de la Séptima Jornada por la Rehabilitación?
-Hay una frase que me gusta mucho: "Yo agradezco estar hoy en la posición del que da la ayuda, porque no sabemos si a futuro vamos a ser nosotros los que vamos a necesitar esa ayuda". Lo otro es que como chilota de tomo y lomo, los llamo a cooperar y a volver a nuestras raíces, a trabajar en las mingas y entender que en la medida que mi entorno y mis vecinos estén bien, yo voy a estar mejor.
"Ellos con toda la cantidad de trabas que le ponemos como sociedad, no se quejan y son felices, qué me voy a quejar yo".
Leyla Yurie,, comerciante ancuditana."