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Sepa qué hacer si sus hijos se llevan como el perro y el gato

O como Kel y Nano Calderón, si prefiere los ejemplos de farándula... Expertos aconsejan a los padres intervenir en las peleas entre hermanos, tomando como resguardo mantenerse neutral. Si merecen una sanción, debe aplicarse.
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Michael Seguel P.

Páginas y páginas de farándula se han llenado estos días con la pelea entre Kel Calderón y su hermano menor Nano, quien acusó a la egresada de derecho de ser un "asco" de persona, a lo que ella respondió que resolvería sus problemas en familia. Un camino posible, ya que las malas relaciones entre hermanos son tan antiguas como la historia misma -desde Caín y Abel, si quiere remitirse al Génesis-, lo que deja a los papás en una situación complicada, especialmente cuando se trata de adolescentes.

"Una de las características de los adolescentes es que pueden ser eventualmente impulsivos. Tienen la sensación de invulnerabilidad e impunidad. Es decir, que no les va a pasar nada", dice el psicólogo Luis Pino, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas.

Dado esto es que los expertos consultados por La Estrella dan acá sus consejos para evitar que las disputas entre hermanos adolescentes lleguen a tener dimensiones casi bíblicas.

No se resuelve solo

Luis Pino aclara que los padres no deben caer en la ingenuidad de pensar que porque sus hijos "están grandes", el problema se solucionará solo.

"Hay que intervenir, porque los adolescentes aún están en proceso de aprendizaje. La intervención, además de que ayudará a resolver el problema , sirve como experiencia para que en el futuro se tomen ese tipo de medidas para abordar un conflicto", apunta el profesional.

Diálogo cara a cara

Nicklas Bornhausen, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Andrés Bello, aconseja a los papás partir por el diálogo. Sobre todo si el conflicto se origina a partir de comentarios o publicaciones en redes sociales.

"Se trata de acompañar al adolescente y la instancia para eso es la de una conversación cara a cara", indica la fuente. El experto añade que lo ideal sería usar los espacios de reunión familiar para aclarar el tema: una comida, por ejemplo.

"El diálogo no debe ser un evento único, sino que una práctica. El primer momento es para identificar el problema y poner paños fríos", recalca el especialista. Ahora, ojo porque la conversación no tiene un límite de tiempo: "No deben quedar cosas 'atravesadas' o por decir, pero tampoco se debe pretender que todo termine en una sesión".

No se haga el "amigo"

La clave para marcar autoridad es que los padres no pretendan ser "amigos" de sus hijos.

"Un buen padre (o madre) no es el permisivo, ni el que se siente un par de su hijo. Es parte de la función paterna poner límites y hacer ver las cosas que el adolescente no es capaz de ver", dice Bornhausen.

El experto plantea que en el caso de los padres separados, quien tenga la tutela de los hijos debe avisar a la otra parte para resolver el conflicto.

"Les guste o no, todos deben ser parte del conflicto", insiste el docente.

Añade que debe haber una comunicación entre los padres para saber qué originó la pelea y así "evitar que los adolescentes se metan en las grietas de una incomunicación entre los padres" y saquen provecho generando distintas versiones sobre lo que ocurrió.

Pino señala que los padres no deben tomar partido de inmediato por el adolescente que cumple el rol de "víctima" en la discusión, porque este papel se puede invertir en una próxima pelea. El rol de los padres debe ser neutral.

Reto y sanción

Ambos psicólogos coinciden en que es correcto sancionar a los hijos.

Sin embargo, Pino hace una distinción en cuanto al castigo, porque, si es muy restrictivo, puede generar más roces. Se aconseja hablar de la sanción como "una consecuencia" de la pelea entre hermanos.

"Si íbamos a ir todos a un paseo el fin de semana y los hijos están peleados, como sanción no vamos a ir a ninguna parte", expone.

Lo mismo puede ocurrir con rechazar el permiso para ir a una fiesta u otros compromisos de los hijos fuera de la casa .

Qué hacer si se enojan

Si el adolescente se molesta y reacciona peor tras el reto o castigo, Luis Pino aconseja tener paciencia y no reprimir su ira o enojo.

"La contención de la ira genera más ira. Si alguien se para de la mesa, hay que darle su tiempo. Hay personas que se calman en minutos, otros requieren más tiempo o estar solos. Cuando (el adolescente) se calme es el momento para acercarse y acompañar a los hijos", concluye Pino.

"Una de las características de los adolescentes es que pueden ser eventualmente impulsivos. Tienen la sensación de invulnerabilidad y de impunidad".

Luis Pino,, psicólogo"

tres tips para papás si su hijo está repitiendo de curso

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Puede retar, pero no castigar

El psicólogo y académico Luis Pino dice que no es mala la corrección por parte de los padres. Por otro lado plantea que el castigo puede aumentar el estrés en el niño que no lo está pasando bien. "Lo mejor es que los padres asuman el rol de guías de su hijo, que conversen con él", dice Pino. En el diálogo, los padres deben lograr entender la razón de por qué repitió su hijo. "Cuando se logra esto, es bueno pensar en el próximo paso: quedarse en el mismo establecimiento o buscar otro colegio", añade el experto.


Trate de no proyectarse en el hijo

"Al hijo le llega más duro (el reto) porque es confrontado con las expectativas que muchas veces tienen los padres", sostiene Nicklas Bornhausen, psicólogo y docente. El experto detalla que esta "proyección" es algo casi inevitable y parte de la paternidad. Sin embargo, "las personas tienen que hacerse cargo de esta proyección", suma el experto. "No existen los hijos perfectos, ni tampoco los padres perfectos. Repetir (de curso) no implica que se acabe la vida o que el hijo sea un fracasado", enfatiza el psicólogo.


No haga bromas con esto

Una vez que se produjo la conversación con el hijo o hija, los expertos recomiendan no volver a tocar el tema, una y otra vez. Esto, evidentemente hará que se reviva constantemente en el niño la sensación de frustración. "Si se vuelve a insistir en el tema de la repitencia pueden surgir problemas de frustración en el hijo, porque no está cumpliendo con los parámetros de la familia. Peor aún si es que tiene hermanos que pasaron de curso con buenas notas", dice Pino. Asimismo, evite lanzar bromas con la situación.