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Los cañones de La Moneda tienen "hermanos" en Lebu

El Marte y El Rayo adornan la Plaza de Armas de Lebu, mientras que El Relámpago y El Furioso están en el Patio de los Cañones del Palacio de La Moneda. Antes de 1930, todos estaban en la comuna sureña.
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Pablo Martínez Tizka - La Estrella de Concepción

El Patio de Los Cañones es uno de los atractivos turísticos más importantes del Palacio de La Moneda. Allí se encuentran El Furioso y El Relámpago, dos cañones que adornan hace muchos años el interior de la sede presidencial. Pero lo que no muchos saben es que estas armas, fabricadas enteramente de bronce, tienen otros "dos hermanos" a más de 600 kilómetros al sur de Santiago.

En la Plaza de Armas Benjamín Vicuña Mackenna, en Lebu, está la respuesta. Ahí están instalados El Marte y El Rayo que forman parte de los cuatro cañones fabricados en 1772 para fortalecer los puertos de Chile y que fueron declarados Monumentos Históricos.

El Furioso y El Relámpago estuvieron mucho tiempo en la ciudad ubicada a 140 kilómetros al sur de Concepción, hasta que fueron donados al Palacio de La Moneda. ¿En qué lugar de la comuna araucana se ubicaron? ¿Cuáles fueron los motivos para que las reliquias estén actualmente en la capital del país?

El profesor de arte e investigador Víctor Hugo Garcés pertenece al Instituto Histórico de Lebu y se ha dedicado a recopilar y a dar a conocer nuevos datos sobre estos elementos, lo que se tradujo en su libro "Cañones de la Plaza de Lebu y sus similares en La Moneda".

historia

Garcés señaló que los cañones fueron mandados a fundir por orden del virrey del Perú Manuel de Amat y Junyent, en 1772. El maestro que llevó a cabo la tarea fue Johannes Espinossa, cuyo nombre está inscrito en los cuatro monumentos.

El profesor apuntó que "se trajeron para reforzar el puerto de Lebu en 1879, pero nunca fueron disparados. El Marte y El Rayo estaban en la boca norte del río Lebu en terrenos que pertenecían al general Cornelio Saavedra, mientras que El Relámpago y El Furioso se instalaron en la boca sur, probablemente en los Establecimientos Errázuriz".

Como evidencia de que nunca se utilizaron como arma, Garcés puso como ejemplo un documento del historiador José Alejandro Pizarro en 1986, en que señaló que los cañones "jamás pertenecieron al fuerte de Lebu y jamás dispararon un tiro. Solo fueron, son y serán simples adornos".

Los cuatro artefactos tienen un estilo barroco y están hechos de bronce, con un calibre de 24 libras y con un ancho ánima de 16 centímetros de diámetro. En el caso de las medidas, Garcés acotó que "en el caso de El Marte, mide 3,58 metros, mientras que El Rayo tiene un largo de 3,53 metros".

Añadió que "el peso está indicado en el monumento. En el caso de El Rayo, la leyenda dice 61qq 50/s, que significa 61 quintales y 50 libras, lo que corresponde a 2 mil 829 kilos aproximadamente. El Marte pesa 3 mil 42 kilos".

Sobre su composición, el investigador explicó que "está el escudo de la monarquía española, en la faja alta de la culata tiene el nombre del maestro fundidor y en la cara circular del muñón izquierdo está el número de fabricación. En el sector inmediato al brocal se grabó el nombre de la pieza y, a modo de mangos, hay figuras estilizadas con dos delfines que custodian el escudo del Reino de España".

Traslado y donación

De acuerdo con el libro del profesor lebulense, en 1910 se logró la autorización del gobierno de Pedro Montt para que El Rayo y El Marte fueran trasladados de la boca del río a la Plaza de Armas de Lebu, lo que se concretó en 1913. Los otros dos ejemplares se ubicaron en la Plazuela Esmeralda, ubicada en la misma comuna, en 1917.

Nada cambió hasta que llegó 1929, año en que se produjo la despedida de El Furioso y El Relámpago. "El alcalde de Lebu, Arístides Cabrera Zapata, junto con un grupo de vecinos decidieron donar los dos cañones al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo. Durante esa época, hubo importantes adelantos en la comuna", sumó Garcés.

El vapor Tirúa fue la embarcación que trasladó los cañones donados hacia Valparaíso, para posteriormente ser llevados a Santiago en un camión.

En 1930, fueron colocados en el Palacio de La Moneda, montados sobre flamantes cureñas de madera. Por ese motivo, se nombró como Patio de los Cañones a uno de los sectores interiores de la sede presidencial.

Víctor Hugo Garcés afirmó que en El Furioso y El Relámpago "había una inscripción en la antigua base que decía Homenaje de la Provincia de Arauco al Supremo Gobierno de la República, pero con la restauración de La Moneda, se reemplazaron las bases sin mantener esa inscripción".

En 2007 se llevó a cabo una ceremonia de restitución de placa con una nueva inscripción en base de cureñas. "Recuerdo haber estado presente ahí y fue emocionante explicar cómo los cañones llegaron a Santiago", confesó Garcés.

Los cuatro cañones, fabricados por Johannes Espinossa, fueron declarados Monumentos Históricos el 2 de agosto de 1995.

Lebulenses opinan

Consultado sobre si existe algún debate o disconformidad de los lebulenses con respecto a la ubicación de los cañones en el Palacio de La Moneda, el profesor Garcés mencionó que "personalmente estoy orgulloso de tener dos cañones en mi ciudad y que los otros estén en Santiago".

Agregó que "son nuestros embajadores en la capital, aunque algunos digan que la donación era a una persona en particular o que fue en forma de pago más que una donación, por todos los adelantos que se dieron en la época. Por ejemplo, en 1930 se comenzó a construir el puente Viejo y se pagó una deuda por la construcción de ferrocarriles en la zona, se construyó una cancha de tenis".

Garcés recalcó que "no ha habido ninguna propuesta seria de personas que quisieran los cañones de vuelta en Lebu".

José Navarro, mientras visitaba la plaza de armas de su comuna, consignó que "son recuerdos de épocas pasadas. Los turistas están pendientes porque siempre se sacan fotos y saben la importancia de ellos. Es lo primero que hacen. Nunca he pensado que los otros cañones regresen porque no sé dónde podrían colocarlos".

Juan Sanhueza se define como un lebulense de corazón y se emociona al hablar de los monumentos. "Para nosotros esto representa mucho. Siempre me preguntan el significado de los cañones y de su historia. Es tremendo que nos representen en La Moneda. No es tan necesario que todos estén en Lebu. Creo que si así fuera, menos gente los vería y lo ideal es que las cosas bellas se muestren más", contó.

Diego Saavedra pasa seguido por la plaza y aseveró que "están bien cuidados y preservados. He escuchado sobre la curiosidad de saber por qué se fueron de Lebu y que algunos creen que deberían volver, creo que muchas personas quisieran que su comuna esté presente en La Moneda de alguna manera".

Osvaldo Schmessane, en tanto, catalogó que "los cañones se echan de menos y desde que tengo uso de razón que sé que los de La Moneda son de Lebu, pero como fueron donados ya no hay nada que hacer. El Patio de Los Cañones es casi sinónimo de nuestra comuna. Dentro de todo, es un orgullo que algo de la ciudad esté allá".

Son 643 kilómetros los que distancian a El Relámpago y El Furioso de El Rayo y El Marte, pero están unidos para siempre por su historia. Los lebulenses están orgullosos de eso.

"Los cañones se trajeron para reforzar el puerto de Lebu, pero nunca fueron disparados".

Víctor Hugo Garcés,

historiador."