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Locatarios recuerdan los 10 años del siniestro que arrasó la Feria de Ancud

Más de 100 pequeños comerciantes perdieron toda su mercadería en 2009 y debieron comenzar de cero.
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Gabriela Mayorga Oyarzo

El 4 de febrero de 2009 es una fecha triste para Ancud pero más para quienes vivieron de cerca el incendio que consumió por completo la Feria Municipal esa madrugada: sus locatarios, quienes recuerdan con dolor y nostalgia el antiguo edificio de madera, que dejó de existir hace ya diez años, provocando millonarias pérdidas en más de 100 pequeños comerciantes.

El fuego terminó con el esfuerzo de cientos de personas que habían gestado esa construcción, como lo expresó Frídica Maldonado. "Cuando se quemó lo perdimos todo, yo tenía invertido 5 millones de pesos, no me quedó ni un peso para hacer nada y estaba debiendo y la municipalidad no nos ayudó porque nos dieron un millón de pesos para un congelador y no sé qué otra cosa fue… fue como nada", evoca.

Juvenal Aravena es dueño de un local de venta de pescados y mariscos. Según lo que rememora, el incendio de 2009 fue producto de una negligencia. "La feria antigua se quemó por negligencia administrativa, porque nosotros teníamos una organización acá y fuimos a decirle al administrador que cortara la luz esa noche, porque habían cortocircuitos. No lo hizo", señaló.

Tras el incendio, los puestos de chacarería, entre otros, fueron trasladados a un lugar aledaño en donde hoy se ubica el supermercado Unimarc. Posteriormente, estuvieron también en el terreno colindante al Gimnasio Fiscal, en carpas habilitadas por el municipio. Otros fueron derivados al mercado, como es el caso de la costurera Elsa Oyarzo.

"Es la única feria que hubo y habrá. Esto es como un centro comercial. La feria es para la comunidad, donde viene gente de campo, y la gente de campo no entiende el ascensor, para empezar. Tampoco hay escaleras para minusválidos, entonces para nosotros la feria antigua fue la mejor: éramos unidos, tenía ventilación y acá se huele el olor a pescado por todos lados", sostuvo.

"Bueno" y "malo"

Miriam Altamirano es artesana y cree que en el actual recinto ha podido salir adelante. "Hay días buenos y malos, pero esto me gusta y apasiona, así que nos sobreponemos. Yo creo que hay que pensar que tenemos un lindo espacio", destacó.

En cambio, para Cecilia Peña, también artesana, desde hace 20 años con un puesto en las distintas ferias, incluyendo las provisorias, ha sido un proceso complejo el estar reubicándose. Eso, sin olvidar el incendio ocurrido en 2015 en el actual recinto y las bajas ventas en este período.

"El humo nos perjudicó enormemente porque tenemos ropa y se nos pasó a humo. Y ahora tenemos el cuento de que hay poco flujo de turistas, pero no en la Isla, en Ancud. Las autoridades no se ponen las pilas, no hay publicidad, los dueños de restoranes no se ponen de acuerdo para poner precios razonables, cobran una brutalidad", aseveró.

Tal como recordó la mujer, el 2 de julio de 2015 otro incendio afectó al nuevo edificio, en su parte alta, dejando daños en cocinerías, pescaderías y otros puestos destruidos por el fuego, o bien por el agua usada en la emergencia. Soledad Curumilla trabaja en una y reconoce que a pesar de los inconvenientes hoy tienen mejores condiciones.

"Como en todos lados, nunca hacen las construcciones como corresponden, acá tuvieron que desarmar porque nunca le consultan a quienes trabajan dentro de los espacios. Acá el sistema de alcantarillado estaba mal, tuvieron que cambiar cerámica, los locales se les ha soltado cerámica, pero dentro de todo no está mal", opinó la pescadera.

Hablan damnificados de entonces


Juvenal Aravena vende pescados y mariscos

"Aquí se compraron unas carpas que ahora están en (el Parque Municipal) Bellavista, después volvimos a los galpones al lado del Gimnasio (Fiscal de Ancud), hemos andado de un lado para otro", aseveró el emprendedor.


Elsa Oyarzo, costurera del recinto ferial

"La señora Soledad (Moreno, exalcaldesa de Ancud) dejó puesto un terraplén para que suban las sillas de ruedas porque adentro no hay nada, excepto el ascensor que está por allá por 'Chuchunco'", acusó.


Frídica Maldonado, hortalicera y quesera

"Cuando se quemó la feria, trabajamos tras del Unimarc, donde hoy hay estacionamientos. Ahí era una poza de agua, estuvimos más menos cinco años y ahí me enfermé de mi artrosis de rodilla y no me pude mejorar", dijo.


Mirian Altamirano, artesana

"Para mí esto es una pesadilla (el aniversario) que cada año que se cumple se nos viene todo a la mente, fue terrible, quedamos a brazos cruzados y empezar todo de nuevo", manifestó la creadora de prendas de vestir en lana.


Cecilia Peña, pequeña comerciante

"La feria antigua era espectacular, toda de mañío, locales más amplios, no teníamos ascensor pero la gente se iba fascinada con la madera. Era muy bonita", aseveró sobre el antiguo recinto en el mismo lugar, en calle Arturo Prat.

5.15 horas del miércoles 4 de febrero de 2009 se desató la tragedia.