Amante de los peces tenía más de 250 ejemplares ilegales en su casa
Por años, un treintañero compartió con su padre el amor por los peces. Con una colección que iba en aumento, el joven pronto vio en su hobby una opción para hacer negocios e inició un comercio clandestino que ahora lo hará enfrentar a la justicia.
En su casa de Cerro Navia, Santiago, personal de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente (Bidema) Metropolitana de la PDI halló 258 peces, los que el individuo habría ingresado al país de forma ilícita.
El hallazgo se dio luego que un equipo especializado que constantemente monitorea las redes sociales en busca de delitos detectara una venta irregular a través de Facebook. Tras indagar el hecho, los detectives confirmaron con el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) que el comerciante no tenía permisos para ingresar las 32 especies que tenía a su disposición, todas ornamentales y varias de ellas exóticas. Así se inició la indagatoria que en un mes detectó al menos 50 ventas de mascotas por esa vía, todas bajo el mismo sistema: el contacto era por internet y los clientes llegaban al domicilio del comerciante.
Por fuera, la casa no tiene letreros comerciales ni permite el acceso a público sin previo contacto. "Era un local clandestino. Se hacía todo a escondidas", dijo el subcomisario Francisco Valdenegro. Con las pruebas en mano, la Bidema allanó el recinto y se encontró con unas 30 peceras de distintos tamaños, algunas de hasta dos metros, todas llenas de animales.