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Dirigentes exigen la presencia del intendente para zanjar el conflicto

Representantes del Gobierno, entre ellos el gobernador y al menos dos seremis, resultaron agredidos por vecinos tras el fracaso de la reunión desarrollada al anochecer.
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Un sinsabor dejó el nulo resultado de una extensa conversación de más de una hora sostenida al anochecer entre el gobernador Fernando Bórquez, dirigentes del llamado Movimiento de Defensa de Dicham y el Concejo Municipal de Chonchi.

Además, desde Puerto Montt viajaron durante la tarde las secretarias regionales ministeriales de Gobierno, Ingrid Schettino, y de Salud, Scarlett Molt. Ya antes se encontraba en la Isla el seremi de Medio Ambiente, Klaus Kosiel, quien participó en una actividad en Castro (ver pág. 5) y luego también se trasladó hasta Chonchi.

Sin embargo y a pesar de los intentos de los manifestantes por lograr el cometido de asegurar el cierre de operaciones del depósito industrial, la mesa de diálogo se "quebró" por parte de los dirigentes locales.

Marcos Márquez, presidente de la Junta de Vecinos de Dicham, señaló molesto a los pobladores a la salida de la improvisada reunión en el lugar -a la que no ingresó la prensa- que "acabo de quebrar la mesa porque cómo puede ser que funcionarios regionales son enviados y después de un montón de discursos, solo les interesa (saber) dónde van a llevar los residuos industriales".

A su vez, el dirigente local de Nalhuitad Jonathan Fará sumó que "la voluntad de la mesa nuestra siempre ha sido la defensa del derecho humano para que cada vecino pueda vivir en un ambiente libre de contaminación".

Junto con ratificar la protesta de manera indefinida y con bloqueo total en Huitauque, el vecino chonchino lanzó que "a la autoridad lo ilegal no le interesó (...), pero cuando no le interesó la salud de las personas, nos pusimos de pie y le dijimos que la conversación no seguía".

La misma fuente subrayó que "el único interlocutor válido para formar una nueva mesa de conversación es el intendente (Harry Jürgensen)", cuya presencia ya era requerida antes del fracasado diálogo.

Además, tras el quiebre momentáneo de las conversaciones y en medio de una caótica salida resultaron agredidos por parte de vecinos, al menos, el gobernador Bórquez, las seremis de Gobierno y Salud y una periodista del aparato público que las acompañaba.