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Mecánico se expone a 25 años de cárcel por ataque a escopetazos a hermanos

Lo acusan de dos homicidios frustrados en Quemchi. Alega legítima defensa.
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Pedro Bárcena González

Con la exposición de dos posturas diametralmente opuestas comenzó ayer en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro el juicio contra un joven acusado de balear a dos hermanos y golpear a un tercero, en el sector rural de Guardiamó, comuna de Quemchi. Por estos ataques arriesga más de 25 años de cárcel. Sin embargo, asegura que actuó en legítima defensa.

La sala presidida por la magistrada Angélica Monsalve analiza el caso registrado la madrugada del 10 de septiembre del 2017, en plena vía pública. Se acusa al mecánico de iniciales N.R.B.M. (35) por dos homicidios frustrados, más un delito de lesiones menos graves y otro de posesión, tenencia y porte ilegal de arma de fuego.

Según las imputaciones, el isleño atacó a escopetazos a Juan Javier y Cristian Damián Coñocar Vargas, de 35 y 21 años, respectivamente; mientras que José Raúl Coñocar (36) fue agredido con un objeto contundente en la cabeza. Incluso, los dos primeros resultaron con riesgo vital debido a la gravedad de sus heridas.

El fiscal Javier Calisto enfatizó que la abundante evidencia -se fijaron 75 medios de prueba para ser empleados en la audiencia- permitirá acreditar la existencia de los delitos, como la participación del encartado.

"Presentaremos testigos, como las propias víctimas que confirmarán los disparos a dos de los hermanos, quienes resultaron con peligro inmediato de perder la vida. Además, hay elementos científicos que establecerán la gravedad de las lesiones, la presencia de residuos de la utilización de la escopeta, prueba balística y la corta distancia en que se efectuaron los disparos", acotó el abogado.

Querellante

Para el abogado querellante Álex Contreras, del Centro de Apoyo a Víctimas de Delitos (CAVD), no hay dudas en la configuración penal de los hechos, revelando que los roces entre los intervinientes se observaron tras una fiesta realizada en la localidad de Calen.

"En el bingo estaban presentes los tres hermanos y el acusado. Al salir del lugar el imputado cruzó su vehículo en varias ocasiones, para luego atravesarlo en el camino, esperando a las víctimas y disparando a quemarropa a dos de ellos", aseveró el jurista.

Para el coordinador del CAVD este accionar denota un "claro ánimo de matar", lo cual comprobarían con la evidencia que comenzó a exponerse este miércoles ante los sentenciadores.

A diferencia de los acusadores, el defensor particular Andrés Firmani planteó en sus alegatos y en sus intervenciones posteriores el concurso de una legítima defensa, detallando que los hechos no se dieron como fueron presentados en la acusación.

Sostuvo la fuente que su cliente "tuvo problemas al interior de la fiesta con los hermanos, lo cual detonó una persecución vehicular", explicando que habrían sido los parientes quienes se cruzaron en la ruta W-169 cortando el paso al jeep de su representado.

"Los hermanos portaban un fierro, con el cual se percuta un disparo que arroja muchos perdigones que dan a uno de los familiares y por proyección dañan a otro", expuso el profesional, reiterando que el imputado "participa de una riña en la cual se defiende de una agresión ilegítima".

Solicitudes

Bajo estas argumentaciones, el abogado solicita la absolución por una legítima defensa. En su defecto, invoca que esta acción sea considerada como eximente incompleta de responsabilidad. Y una tercera petición apunta a que no existiría dolo de matar, sino que de lesionar en el marco de una pelea.

La audiencia continúa esta jornada con la exposición de otros testigos y peritos de la parte acusadora.

Testimonio

El acusado por estos hechos declaró en estrado, afirmando que "salí con mi suegro a la fiesta, donde tomamos cerveza". En la sede de Calen recalcó que fue hostigado y amenazado por los hermanos Coñocar, por lo cual se retira del lugar. Afirmó que ellos en su auto se cruzaron en el camino. "Al salir a hablar con ellos, uno viene con un fierro y me pegó. Forcejeamos e intenté quitarle el fierro, hasta que sentí una explosión fuerte y lo solté", acotó el acusado.

Además, el joven resaltó que "fui el primero en llamar a Carabineros", reconociendo que sí golpeó un puñetazo a José Raúl Coñocar y que el arma quedó en el lugar. Nunca fue incautada.

50 perdigones recibió Juan Javier Coñocar en diferentes partes de su cuerpo.

10 meses estuvo privado de libertad el acusado por estos hechos en el norte de la Isla.