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Con "cumple" humanizan atención en UPC castreña

Francisco Alvarado celebró sus 77 años en esta unidad del hospital, donde ha estado más de 11 meses.
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Pedro Bárcena González

El 6 de agosto del año pasado, la vida de Francisco Alvarado cambió por completo. Es más, estuvo al borde de la muerte. De golpe debió cambiar sus activas jornadas en su campo de La Estancia, comuna de Castro, junto a su familia y animales, a permanecer inmóvil y entubado. Casi fallece producto de un infarto cardiorrespiratorio.

Desde ese día, el agricultor se encuentra internado en la Unidad de Pacientes Críticos (UPC) del Hospital Augusto Riffart. Cerca de un año de cuidados intensivos, recaídas y tratamientos que han implicado un fuerte golpe para sus cercanos que solamente lo pueden ver entre cables, implorando por su mejoría y que retorne a su hogar.

Sin embargo, la estadía de este isleño ha tratado de ser diferente. Los esfuerzos de los técnicos y profesionales de la salud que lo atienden se han diversificado, apelando a lo emocional. En este servicio también se apunta a humanizar la estadía de los pacientes.

Por ello, el martes le celebraron con todo el cumpleaños 77 al castreño. Por unos minutos, don Pancho pensó que estaba en su casa con sus amigos.

Valoración

Así lo describió Ingrid Alvarado, hija de este paciente, quien estoica ha permanecido cada día junto a su papá, sobrellevando su enfermedad y aspirando a su pronta recuperación, para lo cual valora estas iniciativas que van más allá de una terapia convencional.

"Un día le subió la presión y le dio un paro, quedando conectado a un ventilador mecánico. Ya vamos por un año en la UPC y tras superar algunas complicaciones, se le ve más animado, ayudando para esto estas iniciativas espontáneas", aclaró la vecina.

La fuente recalcó que este festejo se gestó con la coordinación del mismo equipo de esta unidad hospitalaria. "Hablaron conmigo y se hizo algo", acotó, sumando que "todo esto ayuda enfrentar este proceso, que mi papá se olvide un poco del lugar donde está".

Por su parte, Marisel Valenzuela, enfermera jefa de la UPC, enfatizó que estas buenas prácticas se están desplegando desde antes que asumiera, en diciembre pasado, valorando los resultados obtenidos.

"Realizamos una serie de actividades distintas al ámbito de salud que no solo vienen en directo beneficio de los pacientes, sino también de sus familiares. La gente debe ser muy valorada, ya que siempre los pacientes acá están cercanos a la muerte. En conjunto apuntamos a la humanización por las personas, la mejor atención y dedicación", explicó.

La profesional recalcó que en esta repartición son 25 trabajadores abocados a la atención integral de los usuarios, donde no solo se celebran cumpleaños. Por ejemplo, como describió, "a un paciente extranjero le trajimos a su mamá desde Venezuela. Lo hicimos de manera interna con colaboración de todo el equipo de la unidad".

Un despliegue que esperan seguir potenciando, con el objetivo de aislar al máximo el crudo concepto de enfermos críticos de esta repartición.