Versiones opuestas marcan juicio por ataque que le perforó un ojo a un joven
10 años de cárcel invocan contra acusado de bestial botellazo en Quellón.
Con los contrastantes testimonios de los involucrados en el caso, comenzó ayer el debate probatorio por el juicio contra un obrero acusado de atacar con una botella a un joven, a la salida de un local nocturno de Quellón. 10 años de cárcel piden contra el encartado por la agresión que provocó la pérdida del ojo derecho del isleño.
En el Tribunal Oral en lo Penal de Castro se desarrolla la audiencia por el delito de lesiones graves gravísimas que se le imputa al sujeto de iniciales H.G.O.M. (33), por la embestida contra Nicolás Andrés Alvarado Camus (26), registrada alrededor de las 4.45 horas del 17 de marzo de 2018, en el sector de Punta de Lapas, a las afueras de la discoteca D2.
La propia víctima se encargó de revelar detalles del ilícito que coartó su vida. "Fuimos al local con mi hermano y un amigo. A la salida vimos una discusión y llega este tipo de frente que me tira una botella a la cara, como a un metro de distancia", expresó en estrado.
Tras la acometida, el afectado de inmediato empezó a sangrar hasta desplomarse. Despertó en el Hospital de Quellón, para luego ser derivado al Augusto Riffart de Castro, donde confirmaron el dramático diagnóstico: laceración en esclera y córnea, con protrusión de vidrio.
Incluso, los especialistas intervinieron en el Hospital Base de Puerto Montt al paciente, sin evitar que perdiera la visión del ojo derecho.
"Antes veía igual que ustedes, pero después de esto perdí mi trabajo, mi licencia de conducir profesional... tuve que explicarle a mi hijito qué me había pasado. Con una lesión así no te recuperas nunca", señaló el joven, añadiendo que tiene pena e impotencia, "puesto que no hice nada para recibir esta agresión".
Dentro de los 21 medios de prueba que contaba el fiscal Luis Barría, quien sustanció el juicio, la declaración de la víctima era el primordial. Se complementó también con informes médicos, policiales y periciales, como otros testigos.
"Todos los antecedentes presentados permitirán acreditar la existencia del hecho, como también la calificación jurídica, puesto que la lesión sufrida por el joven le produce la extirpación del ojo", expuso el persecutor.
Por su parte, el abogado Álex Contreras, coordinador del Centro de Apoyo a Víctimas de Delitos (CAVD), quien representa al ofendido, recalcó este "fue agredido de manera artera y sin provocación alguna, causándole una lesión que le afectó por completo su calidad de vida, como desarrollo laboral. La extensión del daño sufrido es muy profundo, por lo cual coincidimos -con la Fiscalía- en solicitar la máxima pena", aseveró.
Imputado
En tanto, renunciando a su derecho de guardar silencio, el acusado entregó su versión, negando por completo su autoría en el botellazo. Eso sí, reconoció que tuvo un altercado con un tercero al salir de la "disco", pero que no habría interaccionado con Alvarado Camus.
"Le pegué unos combos a un muchacho, mientras que mi amigo -con el cual fue a la fiesta- le pegaba en el suelo a otro cabro. Luego, me llevan -su polola- al auto y le grito que le deje de pegar y se apurara. Cuando llega -el adolescente que lo acompañó al centro nocturno- me dijo que 'me lo pitié' y que nos vayamos", declaró el obrero.
En su versión, el encartado busca asociar responsabilidad en el ataque a su amigo de 17 años, quien posteriormente se suicidó. Con esta postura la defensa plantea su absolución. Una teoría que analiza la sala presidida por la jueza suplente Carolina Norambuena, que hoy escucha los alegatos de clausura para entregar, eventualmente, su veredicto en la misma jornada.
Contradicciones
El defensor Daniel Henríquez cuestiona la autoría de su representado, indicando que "existen contradicciones en las versiones de los testigos. Hubo una investigación larga, pero esta no acredita la participación del acusado. Se levantaron imágenes de cámaras, hay testimonios de personal especializado, pero no revelan nada". Además, el abogado señaló que los testigos "estaban ebrios", por lo que sus relatos son poco objetivos.