Pedro Bárcena González

Impacto ha causado el inicio de la investigación formal contra un radiólogo que trabaja en Castro, sindicado como el responsable de tres casos de abuso sexual y otros cuatro de ofensas al pudor, en perjuicio de siete mujeres que acudieron a su actual como anterior consulta particular.

Los hechos se habrían registrado entre el 19 de junio del 2014 y el 10 de abril del 2018, en dos centros médicos de la capital chilota, donde llegaron las pacientes a someterse a exámenes.

Tras las primeras denuncias, la causa se archivó, como explicó el fiscal especializado en indagar delitos sexuales, Enrique Canales, debido a "la ausencia de antecedentes de corroboración a las declaraciones de las afectadas". Sin embargo, ante nuevas denuncias se reactivaron las pericias que llevaron a encausar al médico de origen argentino.

Justamente, la joven de 26 años que habría sufrido los últimos embates del especialista permitió con su versión reabrir la causa que tardó más de un año en judicializarse.

Esta tardanza fue criticada por la denunciante, enfatizando que "me parece una pena que después de todas las acusaciones tuvieron que pasar 15 meses -para formalizar- donde él siguió trabajando como radiólogo con pacientes, a pesar de tener las denuncias. Es irresponsable y una falta de respeto para las personas que fuimos abusadas por él".

Asimismo, la afectada que actualmente se encuentra en extranjero espera las máximas sanciones contra el imputado.

"Un doctor que agrede así a pacientes es una persona sin escrúpulos, una persona enferma, que eso debería ser suficiente razón para que al momento de ser investigado lo hubieran sacado de sus labores", aclaró.

Agregó la fuente que "espero que como sanción no pueda más ejercer su profesión, que quede registrado como abusador sexual, que se sepa quién es y de qué manera agrede a mujeres".

Por su parte, otra de las jóvenes que acusó al profesional, específicamente por supuestas vejaciones ocurridas el 1 de julio del 2014, dijo que en ese entonces tenía datos de estas prácticas y que pese a su conocimiento, igual se vio afectada.

"Mi mamá me acompañó a un examen. (El radiólogo) Tiene tanto poder de manipulación y además con su título de médico te lava la cabeza y te convence que lo que hace es justificado", apuntó la castreña, sumando que de "buena onda" le ofrecía otras prestaciones.

"Me dijo que yo, como era muy alta, podía tener problemas a la columna y que necesitaba verme las escápulas, después verme sin polera... ahí me di cuenta que esto no es necesario", aseveró, agregando que "me dijo que necesitaba medir si mis pezones estaban alineados. A eso quería llegar, pero me sentí incómoda y quedó ahí".

Medidas

La isleña denunció casi inmediatamente ante la Policía de Investigaciones y, como la otra joven, aguarda por el peso de la justicia.

"No es un profesional apto y debe ser sancionado, le deben revocar su licencia, más porque lo que hace es por su título de doctor, la gente confía en su título para acceder a sus requerimientos. Yo fui a sabiendas de lo que pasaba y me pasó igual, por eso es grave. Debe haber gente que se queda callada pensando que esto es normal y no es así", acotó.

En tanto, el neurólogo Miguel Chávez, presidente del Capítulo Médico del Hospital Castro, que pertenece al Colegio Médico Regional Puerto Montt, informó que el gremio no puede pronunciarse frente a los delitos que se mencionan por cuanto el facultativo no pertenece a la agrupación, ni forma parte de la institución pública.

Aun así, el vocero en una declaratoria recalcó que "creemos que es un acto que debe ser repudiado desde todo punto de vista".

En relación a la lex artis, agregó el profesional, "el acto médico es privado, es un acto consensuado y es coherente con la enfermedad. Esto nos obliga a tener una conducta de acuerdo a la necesidad de cada paciente, con respeto y sin excederse en las acciones que puedan incomodarlos".