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"Castro, esta ciudad en su conjunto es un patrimonio"

Defensor de las antiguas políticas públicas de Vivienda, el destacado profesional que estuvo a cargo, entre otras obras, de la rehabilitación del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, recibió en Chiloé el Premio Nacional de Arquitectura.
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M. Eugenia Núñez G.

Apostando a la descentralización, el Colegio de Arquitectos de Chile entregó ayer por primera vez su máximo galardón fuera de la capital, siendo Castro la ciudad elegida para ello.

Este año el Premio Nacional de Arquitectura recayó en manos del destacado profesional formado en la Universidad de Chile Miguel Lawner Steiman (91). Impulsor de proyectos sociales, fue director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu) durante el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, hasta el Golpe de Estado de 1973.

Entre sus obras destacan el diseño y ejecución de diversos conjuntos habitacionales en Santiago, incluyendo la villa San Luis en Las Condes. También participó en la planificación del edificio que hoy es el Centro Cultural Gabriela Mistral; en el resideño de parques públicos, como el O'Higgins; además, durante su dirección la Cormu construyó alrededor de 158 mil viviendas sociales.

"Me parece maravilloso que el premio se entregue acá en Chiloé, excepcional porque en este país hace rato que una de las trancas que impide su desarrollo es el exceso de centralización, en consecuencia que por las circunstancias que se vive en Santiago a raíz del levantamiento popular de octubre, la Delegación Chiloé hizo la propuesta maravillosa que por estas circunstancias se entregue este premio en provincia, una muy buena señal que debería mantenerse en el futuro y, por cierto, estar acá es un privilegio", indicó el profesional.

vivienda social

-¿Cómo toma este reconocimiento que nace desde sus propios pares?

-En mi caso el premio tiene una connotación un poco especial; hasta ahora en general se premió la gran arquitectura, en mi caso tiene una práctica de arquitectura bastante significativa, pero más en el campo de la vivienda social y en el campo de edificios universitarios. No soy una estrella que haya hecho un edificio deslumbrante, pero tengo una trayectoria en primer lugar gremial muy importante y en segundo lugar he sido muy activo defensor de las políticas del pasado, cuando el Estado era el conductor de las políticas de vivienda y desarrollo urbano. He sido muy activo y combatiente contra la tendencia que impusieron los Chicago Boys de un Estado subsidiario que ha traído consigo el alzamiento popular que estamos viviendo en estos momentos.

-¿Cómo ve las actuales viviendas sociales, considerando que antiguamente estas eran de mayor calidad estructural, más amplias y no necesariamente se construían en la periferia? ¿El ser más pequeñas y alejadas de los centros cívicos aumenta la segregación?

-Nosotros nos formamos en el principio de lo que se llamaban las unidades vecinales; para nosotros es concebible un conjunto que nos haga ciudad, que no esté provisto de los equipamientos comunitarios que deben tener, preocupación por los niños, proximidad a las vías de transporte público, áreas verdes y equipamiento... La arquitectura no solo como un instrumento de lucrar, sino preocupados fundamentalmente del bien común; eso fue una práctica en Chile indiscutible, desde que se creó la Corvi (Corporación de Vivienda) en 1953 hasta el golpe militar pasaron distintos gobiernos y eso se mantuvo: el Estado conductor de las políticas de vivienda y desarrollo urbano, más aún el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva propuso al parlamento una reforma constitucional que fue aprobada, subrayando el rol social de la propiedad. Con esa reforma que yo la tengo en primera fila para la nueva Constitución y con las atribuciones que se le entregó este mismo Gobierno a la Cormu, se logró la adquisición de suelos urbanos y así acabar con la segregación social urbana, pero para lograr eso significa tener los instrumentos. La actual Constitución es un candado que hace imposible adquirir los suelos que el Ministerio de Vivienda debiera adquirir con el objeto de luchar contra la segregación social y le quedan abiertas las periferias, con lo cual se acentúa la desigualdad social que hoy todo el mundo impugna pero que en la práctica retóricamente, porque no se toman las medidas.

-¿Cómo vio la política de barrios integrados que impulsó la expresidenta Michelle Bachelet?

Fue un avance pero muy insuficiente, en el sentido que la magnitud en que la obra realizada con esos principios no se puede comparar con el grueso de la inversión pública en Vivienda que está destinada a otorgar subsidios para esas monstruosidades que se construyen, los llamados guetos verticales. El presupuesto del Ministerio de Vivienda debiera poner énfasis en esa solución (barrios integrados) pero no es así porque no se está lucrando; desgraciadamente donde se lucra es que va el grueso del presupuesto de Vivienda.

-¿Cuál debería ser cambio de mirada del Ministerio de Vivienda y Urbanismo?

-El Ministerio de la Vivienda debe tener atribuciones que le permita comprar los suelos necesarios para construir, renovar la ciudad, eso significa tener una política de adquisición de suelos urbanos, poder expropiar cuando sea necesario, la actual Constitución hace imposible este proceso.

-¿Es importante la construcción con identidad?

-Por supuesto. Castro, esta ciudad en su conjunto es un patrimonio de la humanidad, tenemos en Chile el deber de conservarla y renovarla. Hay que limitar la edificación en altura.

"En este país hace rato que una de las trancas que impide su desarrollo es el exceso se centralización".

Miguel Lawner,, exdirector de la Cormu."