Eduardo Burgos Sepúlveda
Conmoción ha causado en la comunidad queilina la noticia del desastre aéreo ocurrido de camino entre América y la Antártica, donde se le perdió el rastro a un avión Hércules de la Fuerza Aérea de Chile (pág. 10) que se dirigía al continente helado con 38 personas, entre ellas el suboficial Santiago Velásquez Macías (54).
Se trata de la aeronave Hércules C130, que despegó a las 16.53 horas del lunes desde Punta Arenas y perdió contacto poco después de las 18 horas. En su interior viajan 38 personas, de las cuales 17 son tripulantes y 21 pasajeros, dijo la institución a través de un comunicado.
Velásquez Macías llevaba 31 años en la institución y, a pesar de haber vivido en Puna Arenas y desempeñado ahí su carrera militar, nunca había visitado la Antártica; un sueño sin cumplir, ya que jubiló hace pocas semanas y la FACh le ofreció ir en este vuelo, antes de su retiro definitivo.
prima
Rosa Cárdenas, queilina, es prima hermana del desaparecido, de quien comenta que "en el transcurso de la madrugada (de ayer) nos contactaron a nosotros. El hermano de él, nuestro otro primo, nos avisó que andaba en el avión él".
La vecina sumó que tales parientes de la zona austral "venían todos los años, porque la única familia que les queda es acá en Queilen".
Cárdenas agregó que su primo uniformado en retiro "se había jubilado hacía muy poquito y ya había salido, pero todavía parece que no recibía su jubilación", acotando que "él estaba fuera ya, pero le ofrecieron un paseo, porque él siempre anhelaba de conocer la Antártica".
La chilota confesó que espera un milagro y que su familia pueda volver a estar con su primo este verano, tal como lo hacen por décadas, cuando Velásquez viaja a Chiloé a recorrer sus paisajes y disfrutar su rica gastronomía. "Eso es lo que más le gusta a Santiago y venir a compartir con los suyos", reveló.
"Todos estamos atentos a que Dios haga un milagro, aunque igual la búsqueda es harta e intensa, pero por lo que se dice, no es fácil esa labor en la Antártica porque es una zona muy amplia, muy profunda y más en las condiciones de tiempo", consignó.
esperanza
Según contó Rosa, su primo tiene a sus dos progenitores vivos en Punta Arenas y que "están muy estresados con esto", reconociendo que "para nosotros son nuestros primos más cercanos, con quienes estamos más en contacto y ellos nunca han dejado sus raíces, porque nuestros tíos fueron nacidos y criados acá y eso es algo que nunca han dejado de lado".
"Las esperanzas nunca hay que perderlas", añadió la queilina, junto con resaltar que en este caso se trata en su mayoría de personal de la FACh preparado para emergencias aéreas; por lo tanto, sostiene que hay más posibilidades de que pueda darse ese "milagro" de Navidad para los tripulantes y pasajeros desaparecidos rumbo a la Antártica.
31 años de servicio había cumplido el puntarenense con raíces chilotas.