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Profesora utiliza la cocina y la naturaleza para enseñar

Nancy Camus creó el Centro de Apoyo Educativo Ecológico, donde los niños aprenden ciencia haciendo un volcán comestible o matemáticas amasando pan. Su proyecto ganó el premio Impulso Chileno, que destaca a emprendedores.
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Marcela Guajardo Pérez

Después de 15 años en la sala de clases, Nancy Camus tuvo que dejar su trabajo como profesora para hacerse cargo de su hija, Sendy Olivares, quien sufría de ataques de epilepsia.

Se dio cuenta que su hija lograba mejorías al contacto con los animales y decidió hacer una microgranja. Con la venta de los animales mantenía la casa, mientras su hija podía sociabilizar con los clientes.

"Paralelamente comenzaron las visitas de jardines y escuelas de los alrededores y yo simplemente, los hacía pasar al patio de mi casa. Ahí me di cuenta lo que generaba en los alumnos y lo que significaba para ellos esta manera de obtener conocimientos", cuenta ella.

Así comenzó el Centro de Apoyo Educativo Ecológico La Calera, un espacio a la comunidad con diferentes especies como plantas medicinales, conejos, cuyes, peces y distintos tipos de hongos.

"El Centro de Apoyo Educativo Ecológico nace por la demanda de los niños, por estar en contacto con la naturaleza. Les hago visualizar los cinco reinos del mundo animal, como mamíferos, peces, aves, hongos, bacterias y protozoos", explica Nancy.

Niños con discapacidades y en distintos niveles de enseñanza acuden a este centro para aprender a través de los llamados "kits autogestionados": paquetes educativos donde los estudiantes pueden aprender a formar un microcosmos, volcán comestible o reacciones químicas para volar un cohete.

También se puede arrendar algunos materiales como la amasandería, que contiene tabla de amasar, delantal, gorro y todos los insumos para amasar pancito en el aula, y el transgeo, lo cual permite desarrollar conocimientos de geometría y matemáticas desde prekinder a 4° medio.

Una nueva forma de enseñanza que se gestó a raíz de su propia experiencia con el modelo educativo tradicional.

"Desde pequeña recuerdo haber tenido dificultades para aprender y siempre tuve conciencia de eso, pero no me quedé atrás y fui creando técnicas para facilitar mi aprendizaje escolar al relacionar el humor, el juego o utilizando la tecnología disponible en ese tiempo", cuenta la educadora.

Actualmente Nancy trabaja con jóvenes con discapacidad de la ONG "Yo también puedo", quienes la ayudan y acompañan a las diferentes escuelas.

Ellos hoy aprenden huerto vertical regado gota a gota, también sobre plantas medicinales y el ahorro del agua, ya que estas habilidades serán usadas por los jóvenes en la búsqueda de oportunidades laborales en el futuro, destaca.

"Son cosas novedosas que el docente no puede hacer por cuenta propia y, por lo tanto, yo los ayudo con el objetivo educativo y ellos a mí dando a conocer por el boca a boca mi emprendimiento", agrega Nancy.

Premio

Para seguir impulsando el centro, Nancy decidió postular al fondo Impulso Chileno y así poder crear otros tipos de implementos como, por ejemplo, un laboratorio móvil con microscopios para que los alumnos puedanvisualizar las bacterias. Además, su idea también incluye generar un impacto social y contratar profesores jubilados para aumentar el equipo de trabajo y así llegar a más niños.

El Centro de Apoyo Educativo Ecológico La Calera fue uno de los 60 ganadores de este premio que entrega la Fundación Impulso Inicial, ligada al empresario Andrónico Luksic y que busca apoyar a distintos emprendimientos sociales.