Estudian en Ancud una de las pocas anémonas de estuario en el mundo
Especie puede sobrevivir a importantes cambios en los niveles de radiación UV-B, salinidad y temperatura.
Mauricio Cubillos, doctor y biólogo marino especialista en respuestas celulares de invertebrados marinos frente al estrés ambiental de la Universidad Austral de Chile, estudia unas de las pocas anémonas del mundo que vive en un estuario.
Se trata de ejemplares que habitan en el popularmente llamado Quempillén, aunque realmente el río se llama Cumpillén. Los estuarios corresponden a cursos de agua de gran anchura y caudal que han sido invadidos por el mar debido a la influencia de las mareas y al hundimiento de las riberas.
Las anémonas son animales primitivos que debido a la carencia de movilidad aparente poseen estrategias bioquímicas y de comportamiento que les permiten tolerar periódicas fluctuaciones en las condiciones ambientales.
El Dr. Cubillos estudia las anémonas que habitan particularmente zonas de estuarios, hábitats considerados altamente estresantes debidos a las periódicas fluctuaciones en las condiciones ambientales circundantes productos de los cambios de marea. Rápidas fluctuaciones en los niveles de salinidad en el agua pueden generar problemas en este tipo de organismos para ajustar a tiempo su metabolismo, considerando que ellos carecen de protección física externa y de movilidad aparente.
Recientemente el investigador se adjudicó un proyecto Fondecyt (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico) Regular, que le permitirá avanzar en el conocimiento sobre la anémona simbionte Anthopleura hermaphroditica.
"Lo que buscamos entender con esta investigación son las distintas estrategias celulares, fisiológicas y también de comportamiento que tienen las anémonas de estuario que le permiten desarrollarse en un ambiente donde los cambios salinos son periódicos", explicó el científico.
embriones
Algo interesante, explica el académico de la Universidad Austral, y docente del Doctorado de Biología Marina de la UACh, es que, aunque esta anémona incuba sus embriones al interior del cuerpo, existe un mecanismo altamente eficiente que permite protegerlos para que ellos puedan continuar su desarrollo hasta que estén listos para enfrentar un ambiente sin los padres.
"Creemos que este tipo de organismos no solo deben utilizar estrategias de comportamiento como el enterrarse en el sedimento o aislarse del medio a través de la retracción corporal, sino que deben utilizar moléculas especiales que le permiten generar un ambiente propicio para el desarrollo de los adultos como de los embriones incubados frente a las fluctuaciones salinas del estuario", explicó.
Durante este verano los investigadores en el marco de este proyecto realizarán actividades de terreno para determinar parámetros poblacionales y llevar a cabo algunos experimentos fisiológicos, como tasa consumo de oxígeno y respuesta fotosintética de este organismo simbionte frente a distintos niveles de salinidad.
Las anémonas pertenecen al Phylum Cnidaria o filo cnidarios, agrupación que reúne también a los corales y a las medusas.