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Vislumbran el primer museo náutico chilote

A pesar de su rica historia, muchos isleños y chilenos desconocen el patrimonio actual y pasado de la navegación en el Archipiélago. De concretarse la idea, será el cuarto recinto de su tipo en el país.
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César Cárdenas Ruiz

Las embarcaciones han sido un elemento vital para las poblaciones de Chiloé (y de los archipiélagos que continúan hacia más al sur de Chile), constituyéndose durante años, como la única forma de movilizarse y también de subsistir.

Esta zona del país posee una geografía única en el mundo para navegar: volcanes, canales, islas, islotes y bosques nativos convergen formando paisajes inigualables, haciendo de la navegación una actividad cultural y turística característica del sector.

Hoy la navegación chilota lucha por mantenerse vigente, y el desafío de mantener vivo el oficio y la tradición patrimonial que representa tal actividad marítima recae en importantes actores sociales de la provincia.

Uno de ellos es el profesor de historia castreño Rubén Barría, quien si bien destacó la gran cantidad de elementos patrimoniales que concitan el interés de los diferentes agentes culturales de Chiloé, hay uno al cual no se le ha sacado el provecho suficiente: el mar.

"Tú puedes hacer acá muchos estudios, Chiloé tiene mucho por hacer. Pero hay una parte que nunca se ha estudiado y nadie ha metido mano, que es el mar; nadie se ha metido a estudiar el mar. ¿Qué pasa con el mar de Chiloé? Entonces hace más de diez años quise meterme a estudiar el mar, qué pasa con el mar, con las embarcaciones, porque en esta zona insular el mar para mí es el camino del chilote", señaló el alguna vez gobernador provincial.

La construcción de un museo náutico para Chiloé es uno de los proyectos anhelados por este docente, quien hace más de una década se introdujo de lleno al mundo de las naves, a través del estudio e investigaciones de aquellas que representan importancia para la historia del territorio insular, a través del simbolismo que constituyen milenios de cultura náutica.

"En diciembre de este año yo comienzo a construir un museo, un museo en la ciudad de Chonchi, en pleno centro de Chonchi en un sector que da a la bahía de Chonchi, ahí yo tengo un terreno de 15 metros por 35 de fondo. Quiero que este museo tenga esas dimensiones, donde vamos a poder exhibir lo que son las maquetas, y más que eso rendir un homenaje a los chilotes que han sido grandes marinos", esgrimió.

En ese contexto histórico de la navegación chilota, la expedición de la Goleta Ancud, por ejemplo, materializó la integración y consolidación territorial y geopolítica de la República de Chile actual. Además, dio inicio al proceso migracional y colonizador más importante de poblamiento en la Patagonia, compartida por Argentina y nuestro país.

"También queremos rendir homenaje a aquellos chilotes que han sido generosos en su trabajo con el resto de los chilotes, y también para los viajeros a la zona de la Patagonia chileno-argentina", relata Barría.

El proyecto de construcción del museo pretende conformar un acervo material e inmaterial de este patrimonio, reflejando todos los aspectos culturales de la historia náutica y marítima del Archipiélago. Algo que, a juicio de este profesional, debe ser traspasado a las nuevas generaciones para que no se pierda.

"Yo te diría que en este momento todo lo que es el patrimonio marítimo está vivo, muy vivo, y hay personas que están realmente interesadas en seguir haciendo este rescate cultural, no solamente marítimo sino que también cultural. Acá hay un problema y es que todas las personas que estamos dedicadas al mar, todos, la mayoría tenemos sobre los 60 años de edad, entonces es aquí donde nosotros tenemos que motivar a la gente joven", enuncia.

artista

Otro de los isleños que trabaja por preservar el patrimonio náutico del Archipiélago es el artista Juan Vásquez, dibujante técnico de profesión que partió en esta actividad como un pasatiempo y que lo ha convertido en un profesional del modelismo naval.

Posee trabajos que, en términos cronológicos, "parten" en el siglo XVII con un galeón holandés y "llegan" hasta tiempos actuales, incluyendo las desaparecidas goletas. Es un trabajo de toda una vida para este creador que hace hincapié en el poco conocimiento que existe en relación a la cultura del mar: "El patrimonio naval y marítimo que comprende entre el canal de Chacao y el cabo de Hornos es enorme, pero casi absolutamente desconocido. Se cuentan por cientos, por miles, los personajes, los episodios, los naufragios, los éxitos, en fin, y eso no se conoce".

Acota que "lo grafico de la siguiente manera: en Chile hay tres museos navales: el de Iquique, muy acotado; el de Valparaíso, y el de Punta Arenas y no hay más. En Chiloé debiera haber un museo naval y no lo hay, por eso yo celebro la iniciativa de Rubén".

En tal sentido recalca que "es fundamental que exista infraestructura para eso, los museos pasan a formar una parte muy importante, porque a través de los museos las generaciones juveniles e infantiles que vienen detrás de nosotros pueden eventualmente motivarse".

concepto amplio

El patrimonio marítimo no se limita a los elementos materiales, sino que comprende también expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes: tradiciones orales, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, además de saberes y técnicas vinculados al mundo del trabajo.

De acuerdo al historiador ancuditano José Ulloa, "Chiloé con su aislamiento secular ha sido un perpetuo estímulo al viaje por la más austral de las aguas. Sus caminos se abren por el mar interior y exterior. Sus vías de comunicación son surcadas por los carruajes de las aguas desde la dalca y piragua primigenia hasta los otros medios de navegar post y ultramodernos".

El profesor de historia y geografía subraya la importancia internacional que también ha tenido esta práctica: "Sus derroteros iban a Lima con su comercio unilateral, al sur en demanda del Estrecho, de los ingleses y los Césares".