Luis Contreras Villarroel
Un control rutinario permitió a funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) del Aeródromo Mocopulli sorprender a un pasajero portando un arma y municiones en una maleta a minutos de retornar desde Chiloé a Santiago.
El procedimiento que terminó con el turista detenido se produjo la jornada del domingo en los instantes previos al embarque en uno de los servicios de transporte en el terminal aéreo.
Un arma y un total de doce municiones fueron pesquisadas por los operarios del aeródromo y que pertenecían al cónsul honorario de Costa de Marfil en Chile.
El hombre de nacionalidad chilena fue llevado la mañana de ayer al Juzgado de Garantía de Castro, donde se controló su detención y posterior formalización de la investigación por el delito de porte ilegal de arma.
Pamela Saldivia, fiscal (s) del Ministerio Público, explicó que el inculpado "tenía autorización para porte pero no para el traslado del arma (…); era por falta de conocimiento del formulario para el traslado del arma".
defensor
En esta misma línea el defensor penal público Nelson Troncoso expuso que su defendido portaba la pieza debidamente inscrita para fines de protección de su círculo familiar.
El profesional mencionó que "si bien tiene autorización para tener su arma en su domicilio, no tiene autorización para portarla; por lo tanto, él se habría trasladado desde Santiago por el tema de veraneo para proteger a él y su familia".
"Creo que es favorable la causa de la forma de término, no tiene condenas anteriores, tiene irreprochable conducta, va a prestar declaración; por lo tanto, está colaborando en los actos iniciales del procedimiento", subrayó el jurista sin descartar una salida alternativa del mismo procedimiento.
Troncoso reveló que durante lo que resta de la investigación se efectuarán los peritajes a las municiones y armamento que portaba el funcionario diplomático del país de la zona occidental del continente africano.
La indagatoria por este caso cuenta con un plazo de 100 días para su desarrollo por parte del Ministerio Público de la capital chilota.
12 municiones portaba además el cónsul de Sierra Leona a la hora de su control y posterior detención.