María Eugenia Núñez G.
La pandemia del Covid-19 dejó sin clases presenciales a todo el país y hoy muchos escolares continúan sus estudios en forma remota. Sin embargo, no todos cuentan con los recursos tecnológicos para ello.
Ese es el caso de la Escuela Alla Mapu, plantel particular subvencionado del sector de Chepu, en la comuna de Ancud, que posee una matrícula de 76 niños, donde 71 de ellos son prioritarios y de alta vulnerabilidad social.
Dotar a cada uno de ellos con un tablet, arrendar mientras dure esta modalidad de estudio a distancia una plataforma online para las clases virtuales y apoyar con planes de internet a las familias, fue el esfuerzo que este establecimiento realizó para no interrumpir el proceso formativo de sus alumnos.
"Primero enviábamos guías y videos explicativos por WhatsApp y se les repartió sus libros en sus hogares, pero nos dimos cuenta de varias cosas, primero que sólo tres niños tenían computador, eran los que el año pasado lo recibieron por Junaeb, sólo algunos tenían acceso a internet pero a través de los celulares de sus papás, siendo la mayoría por prepago", recuerda Consuelo Cárdenas, jefa UTP y una de las sostenedoras del plantel.
Con recursos del año pasado compraron los 76 tablets y se los entregaron a sus alumnos, luego con dineros que este año no se ocuparon por no tener clases presenciales arrendaron la plataforma 'Apoderados' para las clases virtuales que permite al docente interactuar con los alumnos.
"Hacemos clases, subimos presentaciones, ponemos ejercicios en la pizarra virtual y los chicos lo resuelven, ellos interactúan con el profesor. Antes de aplicar la plataforma hicimos un sondeo con los papás si tenían internet, algunos compartían datos de sus celulares, muchos tenían prepago o muy pocos datos, así que sacamos cuentas y optamos por contratar planes que se están costeando con las platas del recorrido escolar que hoy no se puede hacer", indicó la docente.
Esfuerzo
Tres horas diarias de clases, una hora por ramo, son las que tienen estos menores desde primero a octavo año básico, modalidad que al final del día les permite a través de la plataforma ver y saludar a sus compañeros.
"Ha sido una tremenda ayuda, para nosotros era bastante complejo pues no teníamos acceso a internet, así que estoy muy agradecida del esfuerzo que el colegio está haciendo por nuestros hijos para que puedan seguir con sus estudios", dijo la apoderada de quinto básico, Bernardita Huentelicán, del sector Coquiao.
Una opinión similar sostuvo Camila Barría, cuya hija cursa primero básico. "Estoy muy agradecida, la escuela y los profesores se han portado demasiado bien con nosotros, hay una vocación detrás importante por entregar educación a los niños pese a todo. Mi hija cuando tiene clases se pone contenta, feliz", acotó.