La reinvención digital de Rodrigo Díaz que ofrecerá becas para regiones
El bailarín se reunió con otros directores de nueve academias internacionales y crearon una escuela virtual.
Ignacio Silva
Apenas se confirmaron los primeros casos de coronavirus en Chile, Rodrigo Díaz tomó la decisión de cerrar su academia de baile (@academiardsantiago). Entonces, cuenta, una idea rondó su cabeza.
"Cerré el 15 de marzo porque sabía la gravedad de la situación, pero se me ocurrió convertir mi casa en un estudio de televisión", dice entre risas. "O sea, cuando me di cuenta que íbamos a estar encerrados al menos tres meses, partí a la academia, saqué los focos que tenía allá, los equipos de música, unas luces, me traje todo, todo", agrega.
Con los implementos y la ayuda de un roomate comunicador audiovisual, el ex"Rojo" comenzó a impartir clases online que, además de servir de solución a la crisis, pronto llamaron la atención en el exterior: desde Perú le llegó una invitación para unir fuerzas con otros nueve directores de escuelas latinoamericanas y dar forma así a la plataforma virtual de danza más grande de la región.
Exponentes
"Cada uno aportó con profesores y formamos una plataforma de clases con exponentes de toda Latinoamérica. Una vez que ya teníamos eso, empezamos a contratar coreógrafos importantes de Estados Unidos como Brooklyn Jai, Cameron Lee o Buddha Stretch, que es el padre del hip hop", resume Díaz sobre la iniciativa que -según cuenta- ha permitido que bailarines de Santiago y regiones puedan tomar clases con quienes son considerados entre los maestros de la disciplina a nivel mundial.
-¿Sientes que esta situación ha traído oportunidades que antes no existían?
-Exactamente. Y lo que nació como una forma para poder sacar adelante nuestra academia, porque efectivamente todos los directores estábamos viéndonos afectados por el tema de las clases presenciales, se transformó hoy día en la plataforma de baile más grande de Latinoamérica. Nosotros trabajamos con los mejores profesores del mundo, piensa que tengo al coreógrafo de J Balvin, coreógrafos de Britney Spears como Cameron Lee. Eso antes no se daba. Los bailarines tenían que juntar dinero todo el año para poder ir a tomar clases con ellos a Los Ángeles. Entonces hoy día se rompen todas esas barreras, todas esas fronteras, y hoy día está la posibilidad de que se puedan entrenar y puedan capacitarse.
-¿Crees que este modelo que creaste en contingencia se pueda mantener post pandemia?
-Sí, por supuesto que sí. O sea, se abrió todo un mercado nuevo virtual. Yo lo veo en mis clases de Zumba. Durante muchos años estuve viajando a hacer clases de Zumba a muchos países y hoy día tengo alumnas de Europa, alumnas que toman clases a las 1 de la mañana, de Eslovaquia, de Perú, de Ecuador, de Colombia, Costa Rica. Esto llegó para quedarse.
Rodrigo Díaz respalda su idea sobre los beneficios de la danza con un dato: a fines de mayo, la encuesta Cadem reveló que el 41% de las personas prefiere el baile como actividad física durante la cuarentena.
"Pero también es un experimento práctico. Es cosa de ver a las personas cuando empiezan una clase de baile y ver la cara que tienen cuando termina la clase. Es como que hubiesen tenido una cirugía plástica", asegura.
Por eso, dice, se propuso llevar su metodología digital a regiones: comenzarán las audiciones que lo llevarán a repartir becas exclusivas para personas que vivan fuera de Santiago que quieran tomar sus clases.
"Yo ya había hecho esta audición, la hice en mayo con una muy buena acogida, audicionaron cerca de 400 personas y regalamos cerca de 200 becas. Pero nos llamó la atención que nos escribió mucha gente de regiones", cuenta el bailarín. "Con esto quiero dar una ayuda para que puedan entrenarse y para que puedan tener esto como una forma de poder trabajar y que el día de mañana puedan estar dando clases básicas", agrega sobre las clases que imparte en nivel básico, intermedio y avanzado.
-En lo concreto, ¿cómo son esas audiciones?
-La audición se hace vía Zoom, en esa plataforma, bueno, yo estoy con monitor, estoy con pantalla y con todo mi equipo viendo a los alumnos, y después de que dan la audición con una coreografía que se les enseña en vivo, los alumnos tienen que mandar en video la coreografía enseñada en la audición.
Ahí es donde nosotros examinamos bien y hacemos un comparativo con lo que vimos en vivo.
"Es cosa de ver a las personas cuando empiezan una clase de baile y ver cuando termina. Es como que hubiesen tenido una cirugía plástica".
Rodrigo Díaz.