Leo Riquelme
La demanda por artículos sanitizantes en tiempo de pandemia ha activado un mercado negro que, además de los perjuicios legales y económicos asociados, podría tener graves efectos en la salud de quienes los compren, lo que es especialmente serio en un producto que se ha vuelto cotidiano hoy: el alcohol gel.
Según antecedentes proporcionados por la Policía de Investigaciones (PDI), en lo que va del año se han decomisado 62.196 litros de este líquido en el país, producido y vendido de manera ilegal.
Lo más serio es que la revisión hecha por el Instituto de Salud Pública (ISP) arrojó que de once partidas analizadas, apenas una cumplía con el 70% de alcohol, que corresponde al porcentaje normado para este producto y que es lo que le da la propiedad sanitizante que se busca para reducir las opciones de contagio de Covid-19.
"Hasta ahora no hay denuncias de la posible presencia de otros componentes, pero el sólo hecho que no cumpla con la exigencia del porcentaje de alcohol se considera como producto adulterado, que puede provocar daño a la salud", comenta a este medio el jefe del departamento Agencia Nacional de Medicamentos (Anamed) del ISP, Heriberto García.
"Usar un producto que no cumpla con la especificación técnica de alcohol, con concentraciones menores a 70%, implica que las personas no están higienizando sus manos", alerta.
Aunque García recuerda que este producto de todas formas no reemplaza el lavado de manos con agua y jabón, es una realidad que muchas personas basan en él su aseo cotidiano contra el SARS-CoV-2.
El jefe nacional de Delitos Económicos y Medio Ambiente de la PDI, prefecto inspector Jaime Ansieta, comenta que, lamentablemente, más allá de lo que han logrado detectar, el riesgo está en lo que ya se ha vendido.
"¿Por qué? porque hay gente que tiene la sensación de que se está protegiendo, se está sanitizando de la propagación del virus, cuando en realidad no lo está. Eso es mucho más peligroso que lo que está incautado en fábrica", plantea.
Ansieta asegura que se han encontrado productos en los que la concentración de alcohol ni siquiera llega 30%, por lo que de ninguna forma otorgará el beneficiado buscado.
Más que alcohol
La PDI ha frenado en este período de pandemia la venta a público de 134.495 litros de productos sanitizantes, avaluados en poco más de 425 millones de pesos.
Tras el alcohol gel, en orden decreciente lo más decomisado son el amonio cuaternario, el cloro, el cloro gel, el triclosan, desinfectantes y el gel de limpieza.
A ellos han llegado por denuncias anónimas y monitoreos por internet y redes sociales en los que pesquisan las diferentes modalidades de venta que hay en el mercado.
"El delincuente tiene una gran capacidad de adaptación porque detecta la ventaja de que estamos en un problema que nos afecta a todos, estamos ante una urgencia. De esas son la cosas que se aprovecha el delincuente, a quien se le abre un caldo de cultivo espectacular", añade Ansieta.
Cuando la policía y el ISP desbaratan una banda o empresa dedicada a la venta o producción ilegal de este tipo de productos, se abren sendas investigaciones sanitarias y penales.
Para la primera se inicia un sumario que puede terminar con multas que llegan a las 1.000 Unidades Tributaria Mensuales (UTM), es decir, poco más de 50 millones de pesos.
Para la investigación penal se considera lo hecho como un delito a la salud pública, que está castigado con hasta tres años de cárcel o multas que fluctúan de 6 a 200 UTM, o sea, de $301.932 a $10.064.400.
Por seguridad, los especialistas llaman a que los consumidores privilegien la compra de productos sanitizantes en locales autorizados y revisen las resolución sanitaria que deben estar en el etiquetado del envase.
