La ayuda pronta y oportuna para quienes realmente la necesitan
En estos meses he podido escuchar un concepto que se repite cuando hemos brindado asistencia por la crisis del coronavirus a nuestros vecinos y vecinas: existe la percepción que se les ayuda a los mismos de siempre. La pandemia nos ha permitido reafirmar que esta impresión, tenía mucho de verdad.
Acompañando a funcionarios de Dideco a entregar canastas que son parte del Plan Alimentos para Chile, otras asignadas con recursos municipales y donaciones de la empresa privada, nos permitió visualizar esta situación: ciertamente existe un grupo de personas que requieren apoyo de manera recurrente, dada su compleja condición socioeconómica. Pero, por otro lado, nos encontramos con vecinos y vecinas en un escenario de vulnerabilidad severa y que nunca habían sido auxiliados o, peor aún, no aparecían siquiera inscritos en el Registro Social de Hogares, instrumento del Ministerio de Desarrollo Social y Familia que determina a quienes se les debe entregar los beneficios del Estado.
Es cierto que para reducir la pobreza al máximo, debemos avanzar hacia un sistema de protección social más completo, con políticas públicas estratégicas, con sentido de corresponsabilidad, dejando de lado el asistencialismo, para que más familias puedan cruzar ese umbral de pobreza que queremos erradicar. Pero ante emergencias como la que estamos viviendo, nuestro deber como autoridades es llegar rápidamente a los grupos más afectados, extendiendo la asignación de subsidios y programas sociales, a la mayor cantidad de personas posible.
Esto deja de manifiesto un punto importante para lograr ser eficientes: la mejor manera que el Estado llegue a las familias más desposeídas, con la celeridad que se requiere en trances tan difíciles como los que estamos viviendo, es mediante la participación activa de los municipios. Somos estos últimos quienes conocemos las realidades de nuestros territorios. Por supuesto que queda en evidencia, lo vital de aumentar el aporte gubernamental en estas circunstancias.
Singularidades
En el caso de nuestra provincia, cada comuna tiene una singularidad que la hace especial: existen sectores insulares y rurales con una alta dispersión geográfica, y son los equipos municipales de Dideco o Salud principalmente, quienes conocen la realidad de las familias que están sufriendo la pobreza en cada lugar.
Pero para acercar el municipio a las comunidades más apartadas, nuestros funcionarios deben realizar extensos viajes por tierra o mar (muchas veces con clima adverso), y visitar las localidades en vehículos todoterreno para llegar a cada comunidad. Esta es la única forma de conocer la realidad de nuestros habitantes, de otro modo, la estrategia sería convocarlos a recintos municipales locales, lo que excluiría a quienes por enfermedades o vejez no pueden movilizarse, situación que queda de plano descartada, puesto que estamos llegando a cada rincón de la comuna de Quemchi.
Hoy, nuestra Dirección de Desarrollo Comunitario tiene el mandato que cada asistente social visite, ya sea en sectores insulares, rurales y en toda la comuna en general, a aquellas viviendas y personas que se visualicen como más necesitadas y se corrobore que esto sea así, para que de esta forma, no solamente lleguemos a la gente guiados por el Registro Social de Hogares, que por cierto debe perfeccionarse.
Esto es parte del cambio de actitud que la ciudadanía nos pide: abarcar la mayor parte del territorio y arribar a aquellos lugares donde viva y haga patria alguna persona, y no solamente quedarnos con aquellos que van al municipio u otro organismo de Gobierno a solicitar asistencia; debemos llegar efectivamente a todos y no solo a ciertos grupos de familias que habitualmente reciben el auxilio del Estado.
"Para acercar el municipio a las comunidades más apartadas, nuestros funcionarios deben realizar extensos viajes por tierra o mar (muchas veces con clima adverso), y visitar las localidades en vehículos todoterreno para llegar a cada comunidad".
Gustavo Lobos Marín, alcalde de Quemchi