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Corto de niños de Castro estará en festival mexicano

"Los tiempos han cambiado" es el título del trabajo realizado por alumnos de la Escuela de Quilquico, Castro.
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Alegría y orgullo hay en el grupo de alumnos creadores del cortometraje "Los tiempos han cambiado", que fue seleccionado para ser parte del 25° Festival Internacional de Cine para Niños (…y no tan Niños) de La Matatena A. C. de México.

Estudiantes de la Escuela Rural de Quilquico, comuna de Castro, participaron en diciembre del año /spasado en un taller dictado por la Corporación Ojo de Pescado, la misma a cargo del tradicional certamen homónimo de cine de Valparaíso, que consistió en el proceso de creación colectiva en técnica de animación y/o técnicas mixtas con una historia completamente hecha por ellos.

Según explicó Andrea Teiguel, directora de la Escuela de Quilquico, aquí se "entrega un mensaje que llega en un momento de alta sensibilidad social respecto a la igualdad de oportunidades y trato entre hombres y mujeres, entonces es un doble orgullo el proceso que fue muy significativo con este taller y que fue muy interesante".

De acuerdo a la docente, "el equipo de producción de ellos estuvo en un verdadero claustro creativo durante 5 días, precisamente para que no haya mayor intermediación o influencia de parte de los profesores en las temáticas que los niños libremente pudieran escoger".

Artistas

El corto "Los tiempos han cambiado" fue realizado por las alumnas Constanza Alderete, Isidora Bustamante, Yippsy Barría, Yasmina Domínguez y Francisca Alderete, actualmente en sexto básico, más los estudiantes Florencia Torres, Yasmín Vera, Esteban Barría, Yuliana Hueicha, Agustín Ulloa y Constanza Leuquen, de séptimo, y Amaro Barría, de quinto año básico.

Teiguel aseveró que esta obra audiovisual es una de los cuatro del país seleccionadas para el certamen que inicialmente contempló mostrar estas piezas en diversas salas cinematográficas de la Ciudad de México y la Estado de México.

La organización La Matatena, Asociación de Cine para Niñas y Niños A. C., define en su sitio web que "el Festival Internacional de Cine para Niños (...y no tan Niños) es un proyecto cultural independiente que tiene como objetivo principal programar y exhibir cine de calidad de México y otras regiones del mundo para fomentar entre el público infantil el gusto por el cine y retroalimentar a las niñas y niños con la recreación de costumbres, inquietudes y cotidianidad de las niñas y niños en otras partes del mundo".

Tras ajustes en el itinerario, finalmente el encuentro internacional este año irá de manera virtual del 15 al 22 de noviembre y exhibirá contenidos en www.filminlatino.mx, la plataforma del Instituto Mexicano de Cinematografía.

columna de opinión

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Diversidad biocultural y descentralización

Chonchi: el 38,5% de los habitantes pertenece a población urbana, mientras que el 61,5% pertenece a población rural, dato relevante que pone en evidencia como en la ruralidad se fraguan o se han constituido las principales manifestaciones, prácticas, oficios, cosmovisiones y costumbres que derivan de una adaptación histórica del habitante desde la diversidad biológica del Archipiélago, con la diversidad cultural de las comunidades, lo que se transfiere a un complejo proceso de diversidad biocultural. Sin embargo, aun cuando estas dinámicas pueden considerarse un dato antropológico para comprender los procesos socioculturales, hace varias décadas han sido sobre todo el ancla de la resistencia cultural de nuestro Archipiélago atravesado por procesos históricos de olvido y despojo.

Las personas en situación de pobreza por ingresos en Chonchi representan el 19,4% del total de la comuna, mientras que a nivel nacional esta misma categoría representa un 11,7%, lo que indica una diferencia clara de casi 8% sobre el promedio nacional, números que representan el desplazamiento histórico de nuestro Archipiélago, producido fundamentalmente por las decisiones y la política centralizada, con un modelo económico impuesto y descontextualizado con respecto a la diversidad biocultural del maritorio y el territorio chilote, y por otro lado la paradoja de que en una comuna como Chonchi con más de 25 kilómetros de borde costero en el mar interior y la presencia de más de 10 industrias en este maritorio, no se produce el prometido y difundido progreso económico de los habitantes, sino que perpetúa aún más el trabajo precario y aumentan las condiciones de desigualdad y de problemáticas medioambientales.

Y como otro antecedente, tenemos que el total de la población sin servicios básicos representa un 49,9%, mientras que esta cifra a nivel nacional desciende bruscamente a un 14,4%, lo que deja una brecha de 35% respecto a la totalidad del país y habla fundamentalmente de la diferencia de acceso a derechos sociales básicos y fundamentales, y por consiguiente una nula o indiferente gestión política con respecto al respeto, promoción y aseguramiento de los derechos sociales de nuestros habitantes.

En ese sentido, me hago la pregunta si acaso ¿el derecho a la vida lo enmarcaremos solo en el plano de lo biológico y la violencia?, o ¿en alguna inflexión de la historia se llegará a comprender que el derecho a la vida fundamentalmente radica en asegurar como mínimo derechos básicos fundamentales para nuestra existencia como seres humanos y como cultura? Sin duda estos datos (que no se alejan de la realidad de otras comunas del Archipiélago) hacen prioritaria una nueva dinámica de participación y movilización social que impulse políticas públicas descentralizadas, un nuevo enfoque en todos los niveles de educación y las distintas expresiones de la sociedad civil como un sistema capaz de escuchar las voces de los territorios/maritorios y acompañar a las comunidades en sus procesos de cambio.

Por todo lo anterior, considero un deber de las comunidades rurales votar en un proceso que permitirá la participación vinculante a través de la Convención Constituyente como medio para impulsar desde el ejercicio de derechos sociales procesos en los que el reconocimiento y la valorización de las identidades y el patrimonio biocultural sean activos capaces de contribuir a una cultura de inclusión, justicia social, cuidado del medio ambiente y despliegue de oportunidades económicas, factores que redunden en una mejor calidad de vida y en el empoderamiento de nuestras comunidades rurales chilotas, teniendo como objetivo principal de la política pública territorial evidenciar las potencialidades que derivan del patrimonio cultural y la biodiversidad presentes en las comunidades que sin duda debiesen ser el nuevo modelo de desarrollo sustentable y sostenible a través del despliegue de nuevas estrategias político/educativas y oportunidades económicas en el marco del respeto a la diversidad biocultural y el medio ambiente, ambos ejes centrales en el desarrollo de la cultura insular.

Cito estadísticas para el cierre, el promedio de la población comunal en Chonchi que se encuentra en el 40% de menores ingresos es de 59,3%, más de 10 puntos porcentuales sobre el promedio nacional de 48,3% y del promedio regional de 44,3%, y justamente estas cifras se encuentran en su mayoría en comunidades rurales con alta potencialidad en términos de diversidad biocultural con posibilidades de fomentar un nuevo modelo participativo para estos maritorios/territorios.

"En la ruralidad se fraguan o se han constituido las principales manifestaciones, prácticas, oficios y costumbres".

Fernando Alvarez,, presidente del Centro para El Progreso y Desarrollo de, Chonchi.

Fernando Álvarez,, director del Museo de las Tradiciones Chonchinas