¿Qué sabemos de la Dermatitis Atópica?
Columna de opinión
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel crónica con periodos de remisión y brotes de lesiones que provocan grandes molestias a quienes lo padecen. Aunque puede presentarse a cualquier edad, el 85% de los casos se presenta en menores de 5 años, especialmente en el grupo de los menores de dos años. Solo un 20% persiste en la vida adulta, remitiendo la gran mayoría en el periodo de adolescentes.
En la dermatitis atópica existe una barrera cutánea dañada y una inflamación permanente debido a un sistema inmunológico activado en forma descontrolada y que, sumado a factores ambientales como la falta de humedad, las bajas temperaturas, el estrés y el humo del tabaco, incrementa el daño a la barrera cutánea y se torna persistente.
Muchos padres de pacientes con esta patología señalan: mi hijo "es muy alérgico", "siempre ha tenido la piel delicada", "tiene la piel seca, no hay crema que le sirva y toma harta agua", "todo lo que usa le pica". Todas estas declaraciones se relacionan con esta condición de la piel en que existe una sequedad que es característica y, por tanto, tienen una piel delicada y todo puede generarles molestia y comezón, recalcando que no hay dermatitis atópica sin picazón.
La dermatitis seborreica, en tanto, se caracteriza por la aparición de costras amarillas en la cabeza, y se asocia a la dermatitis atópica, llegando incluso a generar lesiones en cara u otras zonas.
Afirmaciones como: "La piel de la cara es áspera y tienes las mejillas rojas", "tiene heridas que le pican detrás de las rodillas", "se le hacen heridas en los pies", son relatadas por los afectados en los distintos grupos etarios. En el caso de los lactantes predominan las lesiones en mejillas y zonas extensoras, mientras que en niños más grandes y adultos se ven comprometidas zonas flexoras como pliegues cubitales y fosas poplíteas.
Algunos pacientes al ser picados por un bicho sufren de urticaria los que en la mayoría de los casos se resuelven al llegar a la adolescencia.
"Todos mis hijos han tenido problemas a la piel". Es otra de las frases típicas que señalan los padres al consultar y se explica por el componente genético de la enfermedad que lo hace heredable. Si uno de los padres tiene atopia el riesgo de que su hijo lo tenga aumenta hasta en 3 veces y si ambos tienen atopia el riesgo se eleva a 5 veces.
Muchos pacientes se quejan que no logran mejorarse de la enfermedad, aunque siguen al pie de la letra las indicaciones médicas. Lo importante es entender que al ser una enfermedad crónica existe la posibilidad de brotes, y es recomendable mantener la línea de tratamiento con el médico tratante, quien ya conoce de la evolución de la enfermedad.
Los exámenes, son solicitados sólo cuando existe sospecha de alguna alergia alimentaria o inhalatoria que esté provocando el cuadro de dermatitis y que es muy poco frecuente, por tanto, sólo en casos específicos, cuando la dermatitis es severa o no responde a los tratamientos habituales es cuando se debe realizar el estudio dirigido de alergias, solicitando exámenes específicos para diagnosticarla.
Recuerde mantener siempre la piel lubricada, lo que debe realizarse al menos dos veces al día con cremas ricas en ácidos grasos, utilizar ropa de algodón y elegir detergentes hipoalergénicos, sin olvidar elegir un fotoprotector mineral, sobre todo en esta época del año.
"La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel crónica con periodos de remisión y brotes de lesiones que provocan grandes molestias a quienes lo padecen. Aunque puede presentarse a cualquier edad, el 85% de los casos se presenta en menores de 5 años".
Dra. Danae Álvarez, pediatra y dermatóloga Univ. de Chile, Hospital de Castro