Pericias descartan violación colectiva, aunque víctima insiste en su versión
PDI y Fiscalía dieron cuenta de vuelco en el caso de presunto ultraje en Castro.
Las pericias efectuadas tras la denuncia por un bestial ataque sexual contra una mujer en el sector Ten Ten de Castro dieron un vuelco en el caso. Las diligencias abrieron una nueva arista investigativa, ya que restan veracidad al testimonio de la víctima, aunque ella insiste en su versión.
Compleja ha sido la evolución de la causa que comenzó con numerosas diligencias de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de Ancud, tras la acusación de una comerciante de 39 años centrada en que la noche del viernes pasado, desconocidos en un taxi "pirata" la trasladaron al sector de la Puntilla del balneario castreño, donde fue ultrajada por al menos ocho sujetos.
Además, la lotina avecindada en la capital chilota indicó que los mismos agresores la trasladaron de regreso a la ciudad, la madrugada del sábado, logrando huir desde el auto en movimiento. En calle O'Higgins habría pedido ayuda en una bencinera Petrobras, luego de lo cual Carabineros acogió el denuncio que inició una indagatoria por robo con violación.
Y fueron estas pesquisas las que arrojaron resultados inesperados. Como indicó ayer en conferencia de prensa el jefe de la Prefectura de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chiloé, Emilio Massú, en base a este despliegue, "contrastando las declaraciones y por la inconsistencia de las mismas, se solicitó una nueva orden de investigar que finalmente permitió establecer estas inconsistencias".
Asimismo, como recalcó el oficial, otras acciones sustentaron esta situación. "Se efectuaron las pericias sexológicas, entrevistas a testigos y (se detectaron) lugares que posicionaban a la eventual víctima en puntos distintos a los señalados en primera instancia, por lo cual se comprobó que no había veracidad en los hechos señalados", acotó. Es más, el subprefecto fue tajante en señalar que "se descartó totalmente la dinámica indicada en primera instancia", relativa al supuesto ataque sexual colectivo en la playa.
Igualmente, la fuente apuntó que las incongruencias descubiertas resultaron del cotejo de "las pruebas científicas, empadronamiento de testigos y revisión de registros audiovisuales". Estas imágenes situaban a la mujer en un hostal del centro de la ciudad. "Nunca habría llegado al sector de Ten Ten", remató.
Dentro de esta misma esfera, la vocera de la Fiscalía Regional de Los Lagos, Carmen Barra, manifestó que gracias al despliegue de los medios investigativos se logró "el esclarecimiento de los hechos". Así de tajante.
Como detalló la abogada, las diligencias realizadas por la Brisex, "en especial con el análisis de las cámaras de seguridad y la declaración de testigos presenciales, se logró determinar que la denunciante se mantuvo en un inmueble ubicado en el sector céntrico de Castro desde la tarde del pasado viernes hasta momentos antes de realizar la denuncia".
Remarcó la fuente que esta información fue recibida preliminarmente de parte de los detectives y que se espera el informe final de las pericias.
Despliegue
Bajo este escenario, la causa sigue vigente de manera desjudicializada bajo la misma tipificación, aunque ahora el despliegue de medios no será tan amplio como en primer instancia.
De acuerdo al subprefecto Massú, ante la gravedad de los hechos denunciados se movilizaron todos los recursos disponibles. "Llegó (desde Ancud) un equipo de alrededor de 12 detectives, con la consiguiente pérdida de tiempo y horas hombre", confesó, tras calificar que los dichos de la víctima no eran verídicos.
Más allá de este cúmulo de pruebas, que incluso incluirían imágenes y el testimonio de los regentes del local donde habría estado y hasta la persona con quien permaneció, la comerciante insistió en su versión. Incluso, llegó la tarde de ayer al cuartel de la PDI con un grupo de cercanas, cuestionando estas conclusiones policiales, evidenciando sus lesiones y ratificando que su calvario fue real.