columna
Los fuegos artificiales son ingobernables
En el 2000, hace 20 años, los fuegos artificiales eran comercializados sin límite a personas naturales, incluyendo niños, lo que nos puso en la lista de los países sin regulación en la materia en América, con cifras impresentables de niños quemados a causa de fuegos de artificio.
Esta batalla que se dio desde diferentes instituciones como Bomberos, Coaniquem, por nombrar algunas, tenían claro que "los fuegos artificiales son ingobernables" y de ahí, gran parte del riesgo y peligro que podían ocasionar, un artefacto peligroso que se lanza y no sabemos dónde puede caer.
La estadística demostraba que quemaban al operador y a aquellos que sin tener "arte ni parte" miraban la operación, porque también podían ser impactados por "la bengala" o un artefacto similar, además se ocasionaban incendios en casas y pastizales aledaños.
En mayo de 2000 se logró la promulgación de la Ley 19.680 del Ministerio de Defensa Nacional que prohíbe el uso de fuegos artificiales, la venta al público de ellos y regula la realización de espectáculos pirotécnicos masivos.
Esto permitió que la estadística de quemados por esa razón bajara visiblemente, así como bajaron los incendios a consecuencia de los mismos fuegos de artificio.
Los espectáculos pirotécnicos realizados por profesionales aumentaron sus exigencias, pero siguiendo la misma máxima que "los fuegos artificiales son ingobernables" convivieron con el riesgo asociado.
Hoy nos vemos en un escenario donde la venta clandestina ha aumentado, es común escuchar en las noches o ver fuegos artificiales en poblaciones, vía pública, actos familiares, en actos mayores o menores sin regulación aparente.
¿Dónde se compran? ¿Quién los trae? ¿Quién los comercializa? Seguramente no podremos contestar con certeza a estas preguntas, pero sí podemos establecer con certeza una realidad: no habría comercio si no hubiera interesados. Quienes los comercializan son adultos y los mayores perjudicados siempre son terceros, son niños que observan o manipulan un artefacto que es ingobernable.
Hace 20 años nos sentíamos orgullosos porque ingresábamos a la lista de países serios en esta materia; hoy estamos en la lista de los que teniendo una ley, esta no es efectiva.
Nuevamente tendremos que apelar al autocuidado, el mismo que no ha funcionado del todo bien con el covid-19. No compre ni opere fuegos artificiales; además de ser un delito, puede quemarse el operador; aquel que mira, un niño, puede quemarse lo más preciado para nosotros. Recuerde: los fuegos artificiales son ingobernables.
Luis Carrasco Garrido, ingeniero y académico del Depto. de Prevención de Riesgo y Medio Ambiente, UTEM