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Ministro acusa a militar, carabinero y detective (r) por secuestro y tortura

Entre las víctimas se encuentran chilotes y los investigados corresponden al Cajsi de Puerto Montt.
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Redacción

El Poder Judicial comunicó que el ministro en visita extraordinaria en causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa, dictó acusación en contra de tres miembros del Comando de Área Jurisdiccional de Seguridad Interior (Cajsi) de Puerto Montt, por su responsabilidad en los delitos de secuestro, detención ilegal y aplicación de tormentos a una veintena de víctimas, incluyendo chilotes.

Los ilícitos fueron perpetrados en la capital regional en 1973 y habrían afectado a Conrado Ulloa Uribe, Jaime Benítez Sepúlveda, José Argel Marilicán, Jaime Vera Vera, Edis Rodríguez Robeiro, Jorge Ovando Agüero, Ramón Zambrano Toledo, José Vargas Niello, Luis Silva Hernández, Luis Villegas Alvarado, Luis Guerrero Uribe, Marcia Oyarzo Groff, Juan Leonhardt Catalán, Paulo Anderson Muñoz, Mario Contreras Vegas, César Leiva Garrido, Jaime Moraga Zamorano, Marco Antonio Romero Arias y Saúl Espinoza Villalobos.

En la resolución (causa rol 10.872-P), el ministro en visita atribuye responsabilidad, como autores de los delitos, al oficial de Ejército en retiro Eugenio Covarrubias Valenzuela, quien a la época de los hechos estaba a cargo de la Sección Segunda de Inteligencia del Regimiento de Infantería N° 12 Sangra; al oficial de Carabineros (r) Carlos Segundo Tapia Galleguillos, de la dotación de la Segunda Comisaría de Carabineros de Puerto Montt, y al detective Roberto Javier Díaz Moya, del Departamento de Informaciones de la Prefectura de Puerto Montt de la Policía de Investigaciones.

En la etapa de investigación de la causa, Mesa estableció que "a partir del 11 de septiembre de 1973, las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena quedaron bajo la jurisdicción del Comando de Área Jurisdiccional de Seguridad Interior con asiento en la ciudad de Puerto Montt, que operó en dependencia del edificio de la Intendencia Provincial (actual Gobernación Provincial)".

Detenciones

Además, se comunicó que "integrantes de las Fuerzas Armadas -en algunos casos con orden emanada de la Fiscalía Militar en Tiempo de Guerra y en otros sin orden alguna- detuvieron a cientos de personas que en los días inmediatamente posteriores al 11 de septiembre de 1973 fueron trasladadas a dependencias del Regimiento Sangra, pero después, a medida que las detenciones aumentaron, fueron ingresadas directamente a los calabozos del Cuartel de la Policía de Investigaciones de Puerto Montt y en cuyas dependencias, ubicadas en un piso superior, eran sometidas a interrogatorios por personal subalterno, suboficiales, bajo el mando y dirección de oficiales superiores".

Tal espacio, de acuerdo a Mesa, se transformó en "un lugar de detención e interrogatorios bajo torturas de diversa índole".

"Abrir el secreto sobre un abuso sexual es un acto de confianza"

La coordinadora del Área de Atención de la fundación, dice que develar un abuso sexual puede significar un gran alivio si esto significa ser cuidado por otras personas. Sin embargo, existe la posibilidad que la víctima de abuso no reciba una respuesta adecuada y protectora,
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Abrir el secreto sobre un abuso sexual es un acto de confianza y tremenda valentía, donde la víctima tiene la esperanza en que alguien la podrá apoyar, contener y proteger de este tipo de violencia. Hablar sobre el abuso implica un gran esfuerzo, pues se debe volver a confiar en otras personas y esto puede demorar años, incluso décadas.

Existen personas que deben superar su temor ante las amenazas de quien abusa, otras deben comprender que lo que ha ocurrido es un abuso, otras piensan erróneamente que son culpables y no logran hablar por vergüenza y muchas otras, no logran recordar su experiencia traumática. A veces, el recuerdo vuelve en sueños o en imágenes que no son posibles de comprender, lo que refuerza la imposibilidad de contar algo que no se tiene claridad si ocurrió realmente.

Develar un abuso sexual puede significar un gran alivio si esto significa ser cuidado por otras personas, sin embargo, existe la posibilidad que la víctima de abuso no reciba una respuesta adecuada y protectora, por el contrario, sea cuestionada, estigmatizada y no reciba credibilidad. Quizás esta respuesta permite a los demás cuidarse de no ver el horror del abuso, no saber que esto es posible, dando como resultado que quien abusa, permanezca en la impunidad, permitiendo que continúe transgrediendo en el silencio, sin testigos.

Gran parte del trauma que viven las víctimas de violencia sexual, es por la falla en la respuesta de los terceros, todos nosotros, que no logramos darnos cuenta de la necesidad profunda de protección, credibilidad y disponibilidad emocional que se necesita para detener el abuso y lograr la recuperación a la que se tiene derecho como ser humano.

Las personas que han sufrido un abuso sexual, experimentan una vivencia traumática y requieren del reconocimiento de su vivencia por parte de otras personas para lograr la reparación de las consecuencias de la irrupción y conmoción de este tipo de violencia. Si alguna vez somos testigos de una develación, acompañemos y rompamos el silencio, y así podremos evitar la desprotección, que continúe el abuso y re traumatizar.

Paula Vergara

Coordinadora Área de Atención

Fundación Para la Confianza