columna
El peligro de improvisar en las elecciones
Hace algunos días, tomó fuerza en algunos sectores políticos del Gobierno y la oposición la idea de realizar las elecciones del próximo 11 de abril en dos días, lo que veo con preocupación considerando que falta tan poco para estos comicios que definirán cargos importantes como los alcaldes, concejales, gobernadores regionales y convencionales constituyentes.
Se recordarán que semanas antes del plebiscito de octubre pasado fue el mismo Gobierno el que se negó a esta medida, en medio de lo peor de la pandemia que ha vivido la humanidad, diciendo que no había personal militar para resguardar todos los lugares de votación y por problemas logísticos.
En el mismo plebiscito hubo solamente dos urnas y ahora, en el que se realizará en poco más de un mes, serán 4, por lo que no se entiende que hoy el Gobierno de Chile crea que puede resguardar el doble de urnas, si hasta hace unos meses no era factible.
Es poco comprensible que se pretenda alterar las normas de la elección a pocas semanas, cuando la fecha está fijada hace mucho tiempo. No me gusta la improvisación y tengo el temor que traiga más problemas que soluciones.
Nuestro país tiene una reputación bien ganada por sus procesos electorales limpios y transparentes; y eso parte por no estar haciendo cambios a última hora.
La pandemia tampoco es excusa para modificar las elecciones. Se estima que en abril habrá más de tres millones de personas con su vacunación completa; por lo que el riesgo de contagio, si bien sigue siendo alto, es menor que en octubre pasado.
Me preocupa que, al alterar las reglas, el Gobierno esté sembrando el camino a posibles denuncias de manipulación y fraude electoral.
El Gobierno puede lamentar una mala decisión: inoportuna, inconveniente y del todo imprudente.
Iván Moreira, senador, por la Región de Los Lagos