Pedro Bárcena González

En audiencia de cautela de garantías de carácter "urgente" se instruyó por parte del Juzgado Mixto de Quellón someter a tratamiento de salud mental a un imputado por homicidio, quien se encuentra en la cárcel de Ancud y que ingirió dos hojillas de máquina de afeitar como protesta por los más de 26 meses que lleva en prisión preventiva por esta causa.

Se trata del sujeto de iniciales S. E. M. U. (29), acusado como el responsable de matar de una certera estocada a Víctor Hugo Flores Bustamante (51), en las vísperas de Navidad del 2018. La víctima falleció desangrada entre la calle Capitán Luis Alcázar y el Pasaje 1, de la comuna del sur de la Isla.

12 años de presidio arriesga el obrero, quien desde los albores del caso permanece tras los barrotes. Un periplo que ha incluido los penales de la ciudad del Pudeto, Castro y Puerto Montt. Enfrentará las últimas instancias procesales encerrado, como la preparación de juicio oral programada para este 31 de marzo.

Este escenario y las múltiples negativas de modificación de cautelar colapsaron al encartado, quien no dudó en tragarse las gillettes, dando cuenta a los gendarmes que lo custodian en la unidad ancuditana. Tras una revisión inicial en el recinto fue remitido al Hospital San Carlos.

Una tomografía computarizada a la que fue sometido el acusado en el centro asistencial arrojó la presencia de un cuerpo extraño metálico en el colon. Al no existir camas disponibles en el establecimiento hospitalario ancuditano se ordenó su traslado al Área de Salud (ASA) del Complejo Penitenciario Alto Bonito de la capital regional.

Ante esta situación, el defensor Carlos Barahona solicitó una audiencia para resguardar los derechos del encartado, quien fue dado de alta por María Alejandra Camacho, médica de la unidad especializada puertomontina, al determinarse con una radiografía de abdomen que ya no existía evidencia del cuerpo extraño.

Como especificó el abogado, se invocó esta cautela "por el estado de salud de mi representado, después de ingerir una gillette. Se buscó que reciba tratamiento en algún recinto de atención primaria que corresponda a la cárcel de Ancud".

En su resolución tras la sesión judicial, el magistrado Pablo Farfán dio un plazo de 10 días a Gendarmería para que gestione una hora de atención, especialmente enfocada en la salud mental del imputado.

Por su parte, la fiscal jefa de Quellón, Karyn Alegría, reportó que "no presentamos oposición a este planteamiento que resolvió el tratamiento siquiátrico por una eventual depresión" de parte del valdiviano, por quien la persecutora presentó 45 medios de prueba para acreditar su autoría en el crimen.

Querellante

Asimismo, el abogado querellante, Álex Contreras, coordinador del Centro de Apoyo a Víctimas de Delitos (CAVD), quien representa a Jesica Flores (55), hermana del occiso, remarcó que estas prestaciones no desvían su atención, como anteriormente se vivió en otras solicitudes como cambios de penales.

"La familia pide justicia y que las sanciones sean aplicadas en su máximo. Eso es lo que se busca, ahora que la causa está llegando a su fin", sostuvo como premisa el jurista.

18 testigos, tres peritos y sets con 110 fotos serán analizados como prueba.

24 de diciembre del 2018 se produjo el ataque armado contra la víctima.

Consternación generó en el sur de la Isla, la intempestiva muerte del sargento Juan Ramiro Cortés Millahueque (41), funcionario de la Sexta Comisaría de Carabineros de Quellón, quien sufrió un derrame cerebral producto de un aneurisma.

Desde el 2014 trabajaba en la unidad porteña el efectivo, quien estaba casado y tenía dos hijos, de 13 y 9 años.

"Nos conmociona la partida del sargento, luego de una lucha insistente tras la complicación de su estado producto de un aneurisma cerebral. Agradecemos todos los esfuerzos al personal de salud, quienes a pesar de la contingencia, desplegaron todos sus recursos para intentar salvarlo, no siendo posible", comentó el jefe de la Décima Zona de Carabineros Los Lagos, general Patricio Yáñez.

Asimismo, el oficial resaltó el legado de oriundo de Loncoche (Región de La Araucanía), tanto en su vida como con sus compañeros, motivando el trabajo en equipo y las relaciones humanas dentro y fuera del ámbito laboral. "Más aun nos emociona el hecho que en vida, deseó ser donante y hoy se realizan las gestiones para poder salvar otras vidas", apuntó.

Huella

Por su parte, el mayor Iván Ulloa, comisario de la unidad base quellonina, comentó que "hablar de Juan es hablar de una persona con muchas virtudes. Siempre tenía una palabra de aliento para sus compañeros de trabajo, siempre preocupado de los demás. Estaba a cargo de la Oficina de Órdenes Judiciales, era un excelente profesional y dejará una huella enorme en nuestros corazones".

La tarde del viernes fue entregado el cuerpo a sus familiares, luego que sus órganos fueran donados, siendo trasladado posteriormente a Loncoche donde esta jornada será sepultado.