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Vecinos piden un plan efectivo en barrios para atacar el tráfico de drogas en Ancud

Mientras las familias están temerosas por lo que califican una escalada en la venta de estupefacientes en poblaciones, dirigentes emplazan a las autoridades a abordar de mejor forma esta problemática. Policía y Gobierno instan a denunciar.
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César Cárdenas Ruiz

La seguridad en los barrios en Ancud afectados por la delincuencia o en ciertos casos la precariedad urbana, han sido foco de la agenda pública y debate entre los vecinos permanentemente.

Como ha sido característico en los últimos años, la preocupación de los pobladores -sobre todo de aquellos barrios más populosos- se centra en cómo las bandas dedicadas a la venta de drogas afectan la vida cotidiana de los vecindarios.

Recogiendo la voz de las comunidades, se puede entender cómo viven el problema y qué situaciones realmente los afectan. No obstante, de acuerdo a algunos testimonios, las prioridades de las poblaciones más golpeadas por el micro o narcotráfico, no han sido el centro de las propuestas de las políticas públicas ni de la cobertura mediática por parte de las autoridades de turno.

En época de pandemia esta situación inclusive fue tomando otros ribetes, según lo señalado por residentes. Filas en las botillerías antes de que se acerque el horario de toque de queda, junto al constante bombardeo en redes sociales, parecieran dar cuenta que en tiempos de coronavirus el consumo de alcohol y otras drogas se incrementó.

De acuerdo a algunos moradores, temerosos por ser individualizados en una denuncia, la presencia de grupos delictuales vinculados al tráfico de drogas se ha vuelto mucho más normal que hace una década atrás. Habría entonces una adaptación de estos sectores a la realidad que se vive actualmente. ¿Hay más acceso de drogas en los mismos barrios donde viven? Lo que ocurre en la oferta, efectivamente repercute en la demanda.

Por otra parte, de manera similar a lo manifestado por las personas, junto a la venta de drogas lo que atemoriza las familias de forma permanente es el uso casi "normal" de armas de fuego por parte de bandas que buscan ejercer control en los territorios, como lo visto en el sector de Altos de Caracoles donde se pudo observar mediante un video casero, a un individuo intimidando a otros con una pistola.

"Los viernes, sábados y domingos se vuelve peligroso, nos inquieta. Siempre ha habido grupitos en las esquinas, pero antes era muy tranquilo y acá viven muchos adultos mayores. Ahora hay venta clandestina de alcohol y autos que se mueven vendiendo droga, lo tenemos claro", explicó una vecina preocupada del sector de Fátima, quien por motivos de seguridad pidió resguardar su identidad.

"Asusta que muchos de los chicos que venden y compran droga, sobre todo cocaína y marihuana, son menores. Se mueven en autos y lo peor es que no se sabe de dónde sacarán tanta plata para comprar. El toque de queda les da lo mismo, ahí andan en las noches", fue otro de los testomonios anónimos de un poblador de población Padre Hurtado en Pudeto Bajo, producto del temor a exponerse a futuras represalias.

Crítica

Una visión crítica es la que tiene Alicia Nauco, presidenta de la Junta de Vecinos Las

Rosas de Bonilla, uno de los sectores más afectados por este tipo de prácticas relacionadas fundamentalmente a la venta de drogas.

La dirigenta endosa gran parte de la responsabilidad de lo que acontece, a las autoridades comunales.

"Es algo que se da, se sigue dando y se seguirá dando; en el barrio Bonilla hay varios microtráficos, en varias partes: en población Vista Hermosa, en Goleta Sebastiana, en Bonilla en sí, hay, de todos es sabido ¿Por qué? Porque hay un gobierno comunal que ha sido incapaz de ver el tema, conversarlo con la comunidad y los dirigentes sociales, para trabajar desde ahí el tema", cosnginó.

La líder vecinal añadió que "está la Oficina de Seguridad Pública que tiene que ver con eso también, y no pasa nada; en cuanto al trabajo con las policías se ve en la Oficina de Seguridad Pública del municipio, pero es algo que tiene que ir más allá, ir al barrio, a la 'pobla', a hablar con los dirigentes, clubes deportivos, adultos mayores, todos pueden entregar algún aporte".

En este mismo contexto, remarcó que "se necesita un plan de acción para atacar el problema de la droga, el alcoholismo. Los espacios deportivos no están dados para que los jóvenes estén ahí y se van a la esquina a estar con los amigos y llegan ahí los que venden, se compran un 'pitito'; este tema viene desde hace mucho tiempo".

Un opinión diferente es la de John Hurtado, presidente de la Junta de Vecinos de Altos de Caracoles. Si bien vislumbra no ser testigo de forma frecuente de estos hechos, emplazó a las autoridades de distinta índole a hacerse parte en el resguardo de los jóvenes.

"Yo creo que los mismos jóvenes de acuerdo a la edad, van tomando un rol fundamental dentro de las sociedades y van cambiando. Ahora deben producirse hechos aislados, que nosotros no conocemos. Por eso nosotros llamamos a la autoridad local de turno, que deberían trabajar a la par, porque tampoco los jóvenes tienen oportunidades en un país que solamente se preocupa de hacer una política, y una política corrupta", expresó.

Pdi

La Policía de Investigaciones (PDI) ha debido desdoblarse en los últimos meses para dar continuidad a los procesos investigativos y a la vez contribuir a labores de orden público que han surgido como necesidad en virtud a la contingencia nacional por el covid-19.

Con los antecedentes existentes en Ancud, el comisario de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim), Mauricio Espinoza, detalló que para estos efectos se ha puesto a disposición del combate de la droga los equipos MT-0 (Microtráfico Cero), que desarrollan pericias profesionales con la misión de identificar e intervenir los lugares en los que está presente el tráfico de drogas (sin importar la cantidad), para así recuperar estos espacios públicos.

"Todos los años tenemos unos ciertos puntos bases que son con los que se trabaja durante el año. No obstante, todas las denuncias que puedan llegar a la unidad, son canalizadas a través del Ministerio Público y son todas investigadas. Las denuncias que se realizan que tengan que ver con el consumo o tráfico de drogas, o relacionadas con el tema de la Ley 20.000, son canalizadas de forma anónima", aergumentó el oficial.

Junto con esto, el encargado de dicha unidad policial, sostuvo que en este trabajo es fundamental la colaboración de las personas. Si es testigo de tráfico de drogas, debe contactarse con la policía civil, reiterando que toda colaboración será anónima, recalcando que cada antecedente fortalece las investigaciones.

"Las puertas están abiertas del cuartel para que la gente se acerque y pueda concurrir, o llamar por teléfono para aportar antecedentes. Los datos personales no se revelan, a objeto de resguardar la integridad de las personas", reiteró el detective.

Al margen de toda la información recabada, para el comisario Espinoza no se puede hablar de un alza en esta clase de infracciones en Ancud.

"Creo que no es efectivo, lo que pasa es que hay una sensación de inseguridad que tiene la gente respecto al tema de drogas. Se ha señalado que hay un alto consumo, pero por lo general son puntos que están establecidos y que se han estado trabajado constantemente durante el año", puntualizó.

Denuncia Seguro

El coordinador regional de Seguridad Pública de la Subsecretaría de Prevención del Delito, Patricio Navarro, hizo hincapié en la utilización de la idea gubernamental que mediante un call center, se facilita la entrega de antecedentes de delitos sin recoger y revelar datos del denunciante.

Se trata del programa "Denuncia Seguro" el que consiste en una plataforma telefónica de número 600-400-0101, la cual permite a la ciudadanía entregar información sobre hechos delictuales de manera completamente anónima, las 24 horas del día y los 7 días de semana. Los datos son analizados por un grupo especializado, que los derivan para iniciar la respectiva investigación.

Al respecto, el personero relató que "tratándose del asunto de la droga, que es algo que no está afectando tanto en la región por estos días, estamos en una enorme baja en el uso del 'Denuncia Seguro'; permite denunciar actos como el tráfico de drogas, y no el consumo, el tráfico".

Expuso el abogado que "todos tenemos conocimiento de donde se vende droga, las esquinas que se utilizan, los vehículos, conocemos las características de los individuos que hacen esto, pero no utilizamos el 600-400-0101, porque no lo conocemos o no sabemos".

Adjuntó el profesional que el principal compromiso de esta iniciativa es el anonimato de las personas que llaman para denunciar.

"Nosotros íbamos primeros a nivel nacional en el uso de este teléfono, pero no sé si es por la pandemia o algo especial, pero los vecinos no están dándole el uso adecuado a este teléfono que en primer lugar es absolutamente incógnito, nadie sabe que usted llamó, porque nadie le pregunta su nombre cuando usted llama, tampoco le preguntan su cédula de identidad", concluyó, instando a utilizar esta plataforma para visibilizar esta problemática socio-delictiva.