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Alertan sobre la deforestación en Chiloé, un grave problema que la pandemia invisibiliza

Voces dicen que las restricciones por el covid no detienen la destrucción del bosque nativo sin el manejo adecuado y que siguen saliendo camiones desde la Isla cargados con leña. Más de 570 mil metros cúbicos del combustible se consumen al año solo en la provincia.
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César Cárdenas Ruiz

De acuerdo a la visión de expertos, la deforestación de bosque nativo que se ha explotado en la última década en Chiloé podría afectar gravemente las funciones ecológicas vitales del medio ambiente. En el territorio insular esta situación se ha vuelto muy compleja, puesto que la continua eliminación y degradación de bosques como consecuencia de la tala de especies nativas -principalmente para leña- están alterando considerablemente la estructura del paisaje.

El estado de la cobertura forestal y el uso de suelos boscosos reflejan un grave deterioro causado por la destrucción y transformación de los bosques nativos para los fines antes mencionados. De acuerdo a cifras publicadas en el libro "Tepuales tesoro de Chiloé y la Patagonia insular", del Instituto Forestal de Chile (Infor), el consumo de leña de tepú se acentúa aún más, según datos de Conaf (2016): "En Chiloé existe un total de 632.200 hectáreas de bosque nativo, lo que representa un 68% del total de la superficie provincial (incluyendo tipos forestales siempreverde, alerce y ciprés de las Guaitecas)".

Suma el texto que "los bosques dominados por tepú o con presencia de esta especie en la provincia de Chiloé alcanzan a 385.406 ha, es decir un 61% de los bosques nativos del archipiélago. La ciudad de Castro, con solo 43.306 habitantes (INE, 2012), consume cerca de 130 mil m3/año de leña y un 27% de este volumen corresponde a tepú (Neira y Bertín, 2009)".

En medio del contexto de pandemia por covid-19, Jan Bannister, encargado del Programa de Investigación en Restauración de Ecosistemas Forestales Nativos del Infor, explicó que si bien no existen estudios ni datos actualizados acerca de la materia, "sin duda la situación sigue, ha continuado, y no se sabe pero probablemente haya aumentado; se relevaron estos temas justo antes de la pandemia, obviamente e incomprensiblemente por la pandemia se olvidó un poco la gente de esta problemática ambiental en Chiloé".

El máster en Gestión Ambiental subraya que "el hecho de que estemos con la pandemia no quiere decir que la gente no siga sacando leña por todos lados, entonces las necesidades del mercado de la leña siguen, entonces el bosque se sigue degradando en Chiloé".

Aumento de multas, obligación de reforestar e incluso penas de cárcel, y una legislación mucho más fortalecida, son parte de las demandas de las comunidades que ven cómo esta problemática ha continuado en alza en el Archipiélago.

Al respecto, Bannister exhorta que "sin duda, necesitamos una mejor legislación, necesitamos mayor control y necesitamos que cambie la situación. Más allá de la fiscalización, acá hay un tema que es más importante como la responsabilidad de todos los ciudadanos, porque no se saca nada con fiscalizar, con controlar si es que a la gente le da lo mismo de dónde proviene su leña, si viene con plan de manejo o no, les da lo mismo el origen, si está seca o húmeda; ese tipo de control lo podemos hacer los ciudadanos también".

El mismo libro revela que en la comuna de Castro, principal consumidora de leña en Chiloé, el 68,6% de la leña empleada es luma o tepú, que corresponden justamente a las especies más dominantes en los tepuales (Neira y Bertin, 2009). Si se considera el consumo por especie de Castro como una muestra representativa del territorio isleño, se puede estimar un consumo total de 577.760 m3/año.

En otros números, la iniciativa "Bosques Insulares", de la cual también es parte el Infor, se encuentra analizando una serie de atenuantes a través de un estudio, cuyas cifras aún no han sido reveladas. Aunque de manera preliminar, de las 115 islas de Chiloé el 43% de ellas están cubiertas de bosque nativo, el 73% se puede considerar que se encuentra en estado degradado.

defendamos chiloé

Álvaro Montaña, geógrafo e integrante del Movimiento Defendamos Chiloé, expone que la deforestación del territorio isleño responde a la necesidad de los habitantes de calefaccionar las viviendas con el combustible más barato: la leña. Enuncia que el problema radica en que no existen subsidios suficientes para apoyar otras fuentes de calefacción alternativas, faltando políticas públicas para fortalecer el reacondicionamiento térmico de viviendas.

El profesional se refiere al proyecto instaurado en la capital chilota de una estación de monitoreo de calidad del aire. Ella es de carácter exploratorio que, previa gestión conjunta entre la Seremi del Medio Ambiente y la Municipalidad de Castro, permitirá constatar los niveles de contaminación atmosférica (material particulado 2,5) a través de un registro permanente de calidad de aire y meteorología de superficie.

"Esa es una buena noticia, por cuanto va a permitir medir la contaminación atmosférica en Castro, ojalá esto también se implementará en Quellón, en Ancud, para tener el dato de la contaminación atmosférica. ¿Por qué ese dato es importante? Porque si hay contaminación atmosférica por emisión de materiales particulados asociados al consumo de leña, se podría avanzar en soluciones que involucren fuentes alternativas de calefacción que no sea la leña nativa", postula el profesional.

Suma el activista que se podrían sumar "temas de subsidio para nuevas fuentes de calefacción, y también ampliar y mejorar lo que ya se está avanzando en materia de aislamiento térmico. Una casa bien aislada significa menos consumo de leña"

Para Daniel Pantoja, presidente de la Federación de Uniones Comunales Rurales de Chiloé (Feucoruch), llama la atención la impunidad con que muchos individuos extraen madera de bosque nativo de forma indiscriminada: "Es vox populi que el tema del mal manejo del bosque nativo en Chiloé es a toda vista, eso está claro, porque Conaf no da abasto y no tiene el personal suficiente para hacer un mayor control y mayor rigurosidad en lo que está sucediendo".

Ejemplifica el dirigente: "Es cosa de ponerse en Chacao y ver cómo salen los camiones hacia Puerto Montt con leña". Adjunta que "eso demuestra que hay una sobreexplotación del bosque nativo, no existen programas y eso se agrava más porque Chiloé se está quedando sin agua, y no es por un problema de que no caiga lluvia, sino porque al intervenir tanto los bosques el agua se está escurriendo".

Detección de TALA ILEGAL

Desde el Ejecutivo, el seremi de Agricultura en la Región de Los Lagos, Eduardo Winkler, asevera que a través de inspecciones en terreno y con la ayuda de imágenes satelitales, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) frecuentemente está detectando talas ilegales en la provincia de Chiloé, las que mayoritariamente están asociadas a la elaboración de leña.

"Como Ministerio de Agricultura estamos en alerta y trabajando en varios ámbitos para abordar esta problemática. Se ha ido reforzando el rol de Conaf como fiscalizador y, también, las instancias de capacitación. La comunidad debe comprender que si no cuidamos el bosque nativo vamos a tener problemas graves de deforestación en la Isla y para retener el agua en los suelos, algo que tanta falta le hace en Chiloé en ciertas épocas del año", señaló.

La fuente acotó que los fiscalizadores de Conaf han comprobado que frecuentemente el tipo de corta está realizada sin criterios de sustentabilidad, en un ecosistema frágil de bosques de altura y suelos delgados, lo que hace sumamente compleja la recuperación de un nuevo bosque de la misma belleza y calidad, además del gran daño causado a las fuentes de agua y fauna nativa en peligro de extinción, como el zorro chilote y el pudú.

En algunos lugares afectados se ha encontrado maquinaria pesada, tipo retroexcavadora, para la apertura ilegal de caminos y acceso a nuevas zonas con bosques adultos vírgenes, de alto valor de conservación. Dado la magnitud y montos económicos asociados a la corta ilegal, se han ingresado denuncias a los juzgados de policía local correspondientes.

Entre las iniciativas que impulsa el Minagri para revertir esta problemática, según Winkler, se considera un trabajo ejecutado por el Instituto Forestal (Infor) que busca restaurar la capacidad de resiliencia de los bosques siempreverdes insulares del sur de Chile. El proyecto es financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de Conaf, tiene una duración de cuatro años y no solo aborda aspectos científicos y técnicos, sino que también considera un fuerte componente de participación de las comunidades de esos territorios.

El seremi defiende que se ha dado urgencia a la ejecución de estas iniciativas debido a que los datos de deforestación son alarmantes. "El catastro de vegetación de Conaf señala que solo el 43% de la superficie total de las islas menores está cubierta con algún tipo de bosque, el cual se encuentra muy degradado y el 80% de las islas tiene menos de un 10% de su superficie con bosques en condiciones de relativa buena conservación", menciona.

Adiciona que Conaf se adjudicó recursos para la conservación de bosque regionales y el combate del cambio climático, a través del Fondo Verde del Clima liderado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el cual mediante la iniciativa +Bosques desarrollará un trabajo de largo aliento para fomentar la recuperación y conservación de esta vegetación.

CONAF

Siguiendo en la institucionalidad, la Conaf, mediante su directora provincial Claudia Guineo formula que "durante los últimos años en esta provincia hemos constatado la existencia de una gran cantidad de explotaciones forestales de diversa magnitud, principalmente para la obtención de leña. Lamentablemente no todas las intervenciones se ejecutan de manera legal, con un plan de manejo forestal aprobado previamente por Conaf, y por lo tanto, no responden a manejos silvícolas sustentables en el tiempo. Es decir, existen muchas intervenciones que terminan degradando o incluso, en los casos más graves, eliminando el bosque nativo de Chiloé".

Bajo esta premisa, denota que "las cortas no autorizadas de bosque nativo, sin plan de manejo aprobado por Conaf, se encuentran sancionadas por la actual legislación del país, y en este sentido, esta corporación ha ejercido y continuará ejerciendo todas las facultades fiscalizadoras que la ley le entrega. Es importante mencionar que la provincia de Chiloé es una de las provincias en donde más acciones de fiscalización ejecuta Conaf a nivel nacional, lo cual se ve reflejado por la gran cantidad de denuncias que presentamos cada año ante los tribunales, por infracciones a la legislación forestal".

Así en más, la funcionaria sentencia que "durante los dos últimos años hemos fortalecido la unidad de fiscalización de la provincia para dar una mejor respuesta a la comunidad y, en especial, aportar en mayor medida a la conservación de los recursos forestales de la provincia".

"No se saca nada con fiscalizar, con controlar si es que a la gente le da lo mismo de dónde proviene su leña".

Jan Bannister,, ingeniero forestal de Infor.

80% de las islas de Chiloé tiene menos de un 10% de superficie de bosques de relativa buena conservación.