columna
Carnet verde
Es difícil hablar sobre mayores libertades cuando en los últimos días hemos superado los 7 mil nuevos casos de covid-19. No podemos generar una falsa sensación de seguridad, porque pese a que el porcentaje de vacunación ya llegó al 50% de la ciudadanía y a los extensos confinamientos, las cifras de contagio en el país siguen siendo preocupantes.
Sin embargo, tenemos una ciudadanía encerrada desde hace más de un año; adultos mayores que han sido duramente afectados durante la pandemia, afrontando las estrictas restricciones que llevan consigo la falta de movilidad. Pese a ello, han sido los más activos en el proceso de participación.
El carnet verde está destinado a quienes cuenten con ambas dosis de la vacuna y enfocado en permitir actividades de bajo riesgo. Así quienes vivan en comunas en cuarentena o transición podrán salir a caminar o a pasear -algo fundamental para la salud física y mental- o realizar las mismas actividades que hoy están permitidas mediante Comisaria Virtual, pero sin realizar el trámite.
En cuarentena podrían salir a caminar, pero no participar de una reunión social, ya que implica mayor riesgo, pero sí podrían realizar viajes interregionales, ampliando así sus libertades.
A partir de julio, Europa implementará un pasaporte de vacunación que permitirá desplazarse por el continente a quienes cumplan con los protocolos impuestos por la comunidad europea. Un ejemplo que debemos analizar.
Es importante recalcar que la vacuna no nos exime de ser contagiados, ni de contagiar al resto, pero sí nos protege en gran porcentaje de tener que enfrentar los síntomas con mayor agudeza.
El carnet verde significará un cambio sustancial para la sociedad. Por supuesto, su implementación deberá ser evaluada, junto con la posibilidad de ir abriendo paulatinamente otras actividades que entreguen mayores espacios de libertad dentro de este escenario de pandemia.
Alejandro Santana Tirachini,, diputado por el distrito 26